Suspiró por milesima vez, pensando en como le diría a San que lo habían invitado a una cita, realmente quería ir porque tenía curiosidad de que se sentía ir a citas, el chico era algo... Atractivo pero no se imaginaba nada más, quizás estaba ya acostumbrado a estar solo y con el excesivo cariño que San le brindaba, pero a veces quería un romance como el de las novelas que adoraba leer.
Además sentía que el mayor podría enfadarse, pero igual y sería solo al inicio por su desconfianza en las personas y su necesidad de protegerlo, pero San igual necesitaba de alguien más, que lo protegiera, así que este era un paso también para conocer gente y que ésa gente conozca a San y que San socialice más.Terminando sus clases lo espero en el mismo sitio que él y cuando aparecio en su mismo auto subió en el.
—Woonie, ¿cómo te fue?
—Bien... Sannie, tengo que decirte algo. —Se miró las manos nervioso.
—Dime. —Dijo, prestando atención a las calles mientras manejaba, pero aún así escuchando lo que sea que Wooyoung quiera decirle.
—Primero estacionate en ese lugar. —Señaló, quizás San no se lo tomaria tan bien y no quería que algo malo ocurriera. El mayor hizo una mueca de confusion pero aún así se estaciono y lo miró. —Tendré una cita. —Dijo rápidamente.
—¿Eso era todo? —Lo miró inexpresivo. Esta vez Wooyoung fue incapaz de leer su rostro, tal vez se lo había tomado bien...
—Sí, eso... Es lo que te quería decir. —Murmuró avergonzado por haberlo exagerando tanto.
—No irás, de todos modos, no se porque te molestaste en decirme.
Vio como San cruzaba sus brazos y evitaba su mirada, volteando la cabeza hacia la ventana.
—¿Perdón?
—No irás a esa mierda de cita, Wooyoung. —Aclaró.
—San... —Dijo con voz suave, tratando de evitar que el mayor se molestara o exaltara aún mas. —S-solo estaba avisandote... Tu eres mi mejor amigo y yo quería que lo supieras porque te tengo confianza, nunca había tenido una cita y esto es importante para mí.
—¿Nunca habías tenido una cita? —Preguntó, su voz sintiéndose tan amarga, sentía un nudo en la garganta, con ganas de golpearlo todo, de chocar con todo, sintiendo sus manos temblar de la impotencia, ¿su Woonie saliendo con alguien más? ¿con alguien que probablemente querría sujetar su mano? ¿Tomarlo de la cintura? ¿Tocar con sus asquerosas manos el cuerpo tan puro y limpio de su Woonie? Oh, no, definitivamente no.
—No, San, yo nunca...
—¿¡Y nosotros que se suponía que haciamos!?
Se exalto, hace mucho que San no le alzaba la voz.
—¿De qué hablas? San, calmate, mira, es buena idea, es momento de conocer a otras personas, estoy por entrar contigo a la universidad y así podría ayudarte a conocer a alguien y...
—No me interesa una mierda conocer a alguien más. —Lo cortó. —No me importa, Wooyoung, joder, ¿no te das cuenta? No necesito hablarle a nadie más, lo que necesito es que tú me entiendas, pero al parecer no estamos en la misma página. —Dirigió sus temblorosas manos a sus cabellos, los pensamientos de su Woonie dejándose tocar por alguien más lo aturdian, lo devoraban, no podía con eso. —Te llevare a casa. —Dijo intentando encender el auto, pero Wooyoung lo detuvo.
—San, Dios, no, no quiero que estemos enojados, espera, esto se puede arreglar.
—¿Cómo lo quieres arreglar? La única forma es que no vayas a esa puta cita y dejes de insistirme en conocer a otra gente.