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Una vez que habló con el doctor Jeong seriamente quedó en que no volvería a pisar el edificio X, no quería saber nada, se dijo a sí mismo que solo se trataba de una coincidencia, Jeong San se parecía mucho a su amigo de la infancia y ya estaba, si lo llamó por su nombre fue porque portaba un gafet, todo era una enorme coincidencia, no iba a dejarse caer por eso. Ni siquiera le contó a Yeosang lo que había sucedido, solo le menciono que era algo que estaba fuera de sus manos y su decisión era clara y firme, para que no sacara el tema de nuevo, no quería saber nada de lo que había ocurrido. El estaba bien antes de todo, joder.

—¡Anda! Ahora si no tienes excusa para negarte, ya adelantaste todo tu trabajo y voy a ignorar que lo hiciste para no pensar en otras cosas, así que te estoy haciendo un favor en no hacerte un interrogatorio, por lo que tendrás que pagarme acompañándome. —A veces se preguntaba porque se había hecho amigo de Kang Yeosang... ah si, se suponía que habían tenido una cita para conocerse y ser algo más, pero ambos quedaron en que no funcionaria para nada y lo mejor era ser amigos.
Suspiró, y blanqueo los ojos.

—Siempre que te acompaño me abandonas y te largas a follar. —Observó con una mirada cansada como Yeosang se ponía rojo y por milésima vez se negaba que se iba a follar cuando siempre que se desaparecía con un tipo guapo y más grande que él en los baños, regresaba todo sonrojado, con la ropa mal puesta y oliendo a nada más y nada menos que sexo.

—Oh, vamos, no es verdad, no siempre.

—A veces me preocupa tu libido tan alto Yeosang. —Negó haciendo una falsa mueca de asco, era broma, lo único que sentía era envidia, pues él por más que lo intentara no podía liarse con ningún tipo.

—Más bien a mi me preocupa tu libido tan bajo. —Lo acusó. —Amigo, ¿en serio no te has acostado nunca con ningún tipo? ¿en tus 25 años de edad?

—Ya te lo había dicho, Yeosang...

—Sí, si, si, entiendo que pasaste por un momento difícil, pero hombre, han pasado años que te liberaste de todo eso, entiendo lo difícil que fue, pero no te hará daño salir a divertirte y despejarte.

—Estoy más enfocado en mi trabajo por ahora. —Murmuró, inseguro.

¿Cómo le iba a explicar a su amigo que después de todo nadie despertaba su interés y por un momento sentía que estaba traicionando a su difunto mejor amigo y primer amor? No podía decirle que sentía que aún le pertenecía a él, lo mandaría directo a terapia, otra vez, y no estaba dispuesto a eso, además no era tan anormal, ¿verdad? Podía vivir con eso, por supuesto que si.

—¡Vamos, Wooyoung, que si un hombre guapo me roba te sentirás culpable y no podrás vivir con eso!

—Yo creo que si puedo.

—¡Wooyoung!

—Ugh, bien, bien, iré, pero tan pronto como me dejes ahí solo te abandonaré y no volveré a salir contigo, jamas Yeosang, y cambiaré la contraseña del Internet.

Su amigo celebró y le prometió que le daría la mejor noche de su vida.
No sabía que se refería a presentarle a un conocido, claro, era guapo, pero no era... No cumplía con sus gustos, no, había algo incorrecto en verlo de otra manera, el tipo se portaba amable con el, era amable y gracioso, rodeaba sus hombros con su brazo pero era un abrazo amigable, algo se sentía mal en eso.

—Iré por otra bebida. —Se levantó.

—¿Necesitas ayuda? —Preguntó Yeosang.

—No, gracias, vengo rápido. —Salió de ahí rápidamente y se desvio, caminando a la salida, necesitaba respirar. —Dios, ¿por qué? —Se quejó, frotándose el rostro, hasta hace unos meses había logrado disfrutar de otras compañías, bailar con otros chicos, hablarles, pero nada más, la única vez que trato de besar a otra persona no dejó de llorar, sintiéndose sucio.
Esa fue la última vez que intentó acercarse a hombres con otras intenciones, pensando que cuando se diera la oportunidad sería a su tiempo, no iría buscando a quien quiera que vaya a estar en su futuro, pero sinceramente ya sentía que él tenía un problema, un problema muy serio y ahora más que nada lo confirmo, volviendo a pensar en ese hombre, en esos ojos, si es que era él... Ya no quedaba nada del joven que fue su mejor amigo, San si era un poco más alto que él, pero definitivamente su rostro más maduro, sus facciones, su mirada, su cuerpo aún más grande, gimoteo recordando el dibujo, Dios, no había dejado de pensar en eso, y sobre todo su voz, no lo reconocía, de no ser por esos ojos, esos labios, y la mirada llena de anhelo y brillo que tanto reconocía.

Obsession - SanWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora