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Entró a su oficina sintiendo el cansancio invadiendo su cuerpo por completo, no habia dormido absolutamente nada en su terrible dia de descanso.
Correspondio las sonrisas de las secretarias como pudo.

—¡Doctor Jung, buenos días! —Lo saludó Lina, quien siempre era muy amable con él.

—Buenos días Lina. —Murmuró.

—¿Está bien, doctor?

—No es nada. —Le resto importancia y continuo con su camino.

—¡Espero que se encuentre bien, aunque estoy seguirisima que lo que le acaba de llegar lo pondrá de muy buen humor!

—¿Llegó algo? —Frunció las cejas pensativo, el no estaba esperando nada. —Bueno, gracias Lina.

—¡Que tenga buen día!

Abrió la puerta de su oficina y sintió que sus piernas flaquearon, bueno, esta vez se veía un poco menos tetrico.
Era una pequeña maceta de orquideas lilas.
No era tan anormal que llegaran a su oficina y no eran jodidas rosas negras.

Se acercó lentamente y tomó el sobre que estaba en su escritorio.

"Las orquideas representan belleza y perfección, es lo único que se me viene a la cabeza cada vez que te veo.

Woonie, te portaste mal con las rosas y con el dibujo, así que te hice algunos más, espero que no terminen igual o me enojare.

Te amo."

Sintió un cosquilleo por todo su cuerpo ¿eso no sonaba como una amenaza? No lo sabía, decidió no abrir los dibujos ahí, se esperaria hasta llegar a casa, acomodó las orquideas en su escritorio, ni siquiera se pudo concentrar en su trabajo, solo pensaba en ese hombre, en las bonitas orquideas, y en que no tenía idea de cual era su plan, ¿qué quería de Wooyoung? ¿Qué iba a hacer si se supone que el hombre estaba internado? No entendia que mierda sucedía, se estaba volviendo loco, y lo peor es que se sentía incapaz de hablarlo y enfrentarlo, no podía decírselo a Yeosang, ¿hablarlo con el doctor Jeong? Definitivamente no.

Para cuando terminó su última cita de ese día, tomó sus cosas y salió de ahí, se despidió esta vez de Lina, siempre era el último en salir del último piso del edificio, pero esta vez habían cancelado dos citas, así que logró salir antes.

Justo cuando iba saliendo Yeosang comenzó a llamarle.

Hey, ¿dónde estás?

—¿Trabajando? —Respondio con
duda, Yeosang sabía casi siempre
sus horarios, y hoy era un simple
martes, así que era obvio que estaría
en su trabajo a esta hora.

—Woo... Pasé por tu casa y te
juro que vi movimiento desde
la ventana de tu habitación.

Suspiró por la forma tan preocupada en la que se escuchaba su amigo.

Joder... —Resopló.

—¿Woo? ¿Estás bien? ¿Qué
esta pasando? Es ese paciente,
¿cierto?

—No Yeo... —Caminó por el
estacionamiento y entró a su auto.
—De hecho dejé de atenderlo.

Obsession - SanWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora