[10] El segundo tiempo

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•~ El segundo tiempo •~

En este capítulo su escritora anda de sufrida, así que no juzguen.

Ya estaba por acabar el descanso y aún podía ver a los chicos transpirar por el esfuerzo del primer tiempo. La chica de ojos rosas no volvió a aparecer. Los de Decelis y Sunshine City se fulminaban con la mirada y creo que había escuchado que algunos se estaban peleando en la esquina.

Voltee a dónde estaba el equipo de Decelis descansando, y parecían estar planeando la jugada para dentro de unos minutos. Después del momento con Najak, Tahel me había pedido si le llevaba una botella de agua, ya que a él se le había olvidado.

—Aqui tienes —le tendí la botella y él la tomó, bebiendo media botella de un sentón.

—¡Gracias! —él regresó corriendo a dónde estaban los demás.

Me quedé recargada en la baranda de metal para estar cerca por si necesitaban algo más, además de que debía de recibir a Giri y Arista ya que llegarían pronto para animar a los chicos. (Les juro que ya me había olvidado de esos dos).

   🐺

—¡¡Esos son mis chicos!! —exclamó Giri, abrazando a Louis y Tahel al mismo tiempo—. ¡Hoy iremos a comer ramen! —anunció; a Najak, Tahel y Luka se les iluminó el rostro.

Hoy habíamos ganado 27 - 24 contra los pálidos de Decelis. Todos los de Sunshine City estábamos de fiesta.

Najak había hecho como prometió, al anotar el gol ganador me miró, dedicándolo en silencio.

—¡Ayarii! —Tahel prácticamente saltó encima de mi y me abrazó. Correspondí al abrazo y el se alejó apenas un poco para quedar a centímetros de mi rostro (Tahel estaba sudado)—. ¡Viste como si ganamos!

—¡Claro que si! —respondí, dándole atención a sus preciosos ojos claros. Tahel realmente estaba muy cerca.

—¡Quítate enano! —Camill puso una mano entre el rostro de Tahel y el mío y lo alejó de un empujón, posicionandose frente a mi.

—¡Oye, yo estaba ahí primero! —se quejó Tahel detrás de él, asomándose por encima de su hombro.

—¿A mí no me vas a felicitar? —preguntó Camill, mirándome a los ojos, serio pero sus orejas estaban tan rojas como un tomate—. Digo, yo también anoté un par de veces, cinco para ser exactos, pero ¿quién lleva la cuenta, no? —hizo un intento de sonrisa, pero me dio miedo.

—Ajá —lo abracé, sintiendo que él lo correspondía al instante, apretándome fuerte contra su pecho. Me sonrojé un poco, pues sentía mis mejillas arder. Me separé un poco después de lo que sentí como una eternidad sintiendo su confortante calor y lo miré: estaba completamente sonrojado—. Felicidades por ganar —le sonreí tiernamente, pensando en lo lindo que se veía así: sonrojado y vulnerable.

Nos habíamos quedado cerca; se sentía raro el estar de esta forma con él después de que por dos semanas solo peleasemos en las clases al ser compañeros de asiento.

—¿Todo bien? —preguntó Arista, acercándose a nosotros, Camill se separó al instante, rompiendo el abrazo. Un vacío se había instalado en mi pecho al sentirlo tan lejos—. Los demás ya van para las camionetas.

—De acuerdo, ya vamos —musité, sintiéndome extraña de un momento a otro. Hace mucho que no me sentía así... Cómo si me faltase algo.

Después de eso nos fuimos y cenamos en un restaurante de ramen. Cómo era de esperarse, la cuenta fue enorme con todo lo que comieron los chicos y sinceramente ya no me sorprendía, en realidad me hacía gracia ver cuánto les gustaba la comida.

DARK MOON - &TEAM #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora