Cap-22

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"Deseo"

Megan susurró instrucciones urgentes sobre cómo entrar por el patio trasero mientras yo me vestía rápidamente, mi corazón latiendo con anticipación por el encuentro que nos esperaba. Sin pensarlo dos veces, me despedí rápidamente y me dirigí hacia su casa.

El camino hasta su casa se sintió interminable, pero finalmente llegué al patio trasero. Con cuidado, siguiendo las instrucciones de Megan, me deslicé por la ventana que había dejado abierta para mí.

Una vez dentro, el silencio de la casa envolvió mis sentidos, aumentando la anticipación y el deseo que sentía por Megan. Estaba lista para entregarme por completo a la pasión que ardía entre nosotras.

Mi corazón dio un vuelco al ver a Megan sentada en el sofá, bañada por la luz de la luna que se filtraba por la ventana. Sus ojos centelleaban con deseo mientras me miraba, y mi cuerpo se estremeció ante su belleza sin igual. Con cada paso que daba hacia ella, el deseo ardía más intensamente en mi pecho.

Lydia: Hola, preciosa ―susurré al acercarme, mi voz cargada de anhelo y pasión.

Megan me recibió con una sonrisa traviesa, sus labios entreabiertos con anticipación. No pude resistirme a acercarme más, dejando que el deseo nos envolviera en una atmósfera cargada de electricidad y ansia.

Megan: Hola, amor ―respondió Megan, su voz suave y melodiosa, provocándome aún más.

Sin palabras, me acerqué y la tomé entre mis brazos, sintiendo el calor de su cuerpo contra el mío. El deseo ardía entre nosotras, y supe que esta noche sería una de las más memorables de nuestras vidas.

Nuestros labios se encontraron en un beso ardiente y apasionado, y el mundo a nuestro alrededor desapareció por completo. Sentí el calor de su aliento en mi piel mientras nos entregábamos al éxtasis del momento, nuestros cuerpos fundiéndose en un abrazo intenso y lleno de deseo.

Entre besos y susurros, me tomé un momento para contarle a Megan lo que había pasado en mi oficina cuando estaba sola, pensando en ella. Le susurré al oído cómo mi mente y mi cuerpo habían estado completamente dominados por el deseo de tenerla cerca, de sentir su piel contra la mía una vez más. Cada palabra que salía de mis labios estaba cargada de anhelo y pasión, reflejando la intensidad de mis sentimientos por ella.

Megan respondió con un suspiro de placer, sus labios buscando los míos con una necesidad desesperada. Nuestro beso se volvió más profundo y frenético, y supe que esta noche sería una de las más memorables de nuestras vidas. Nos entregamos por completo el uno al otro, dejando que el deseo nos consumiera en una danza apasionada de amor y lujuria.

Con un movimiento decidido, me quité la ropa con urgencia, dejando que cayera al suelo mientras me acercaba a Megan con determinación. La tomé en mis brazos y la llevé hasta la cama, donde la deposité con suavidad antes de unirme a ella en un abrazo apasionado.

Nuestros cuerpos se encontraron en un torbellino de deseo y ansias, cada roce y cada caricia encendiendo la llama de la pasión entre nosotros. Me perdí en el calor de su piel, en la suavidad de sus labios mientras nos entregábamos el uno al otro con una intensidad abrumadora.

Cada beso, cada caricia era un tributo al deseo que ardía entre nosotros, una promesa de placer y éxtasis compartido. Nos sumergimos en el momento, dejando que el tiempo se detuviera a nuestro alrededor mientras nos entregábamos al amor y la pasión que nos consumía por completo.

El mundo exterior se desvaneció mientras nos sumergíamos en un abrazo ardiente, nuestros cuerpos entrelazados en un baile frenético de deseo y pasión. Cada caricia era una invitación al éxtasis, cada beso un susurro de amor y anhelo.

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