[Un ser en camino]

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Ir a una farmacia en el mundo de la vigilia era sumamente sencillo tanto para decirlo como para hacerlo. Si no fuera por un pequeño pero insignificante inconveniente. Sonaría absolutamente ridículo que un "hombre" pidiera una prueba de embarazo para él mismo

— ¿Estás segura de esto, Muerte? —preguntó el Rey de las Pesadillas muy nervioso.

—Tú solo confía en mí, compraré la prueba haciendo creer que soy yo quien la necesita. Tú solo me acompañaras y listo.

Ambos se adentraron a la pequeña farmacia ubicada en algún sitio de U.K., a modo de que nadie se diera cuenta de su presencia más que la encargada del establecimiento. El lugar era simple, no solo tenía medicamentos y cosas de salud, también tenían comestibles y golosinas (algo que de plano no entendía Morfeo). Muerte no pudo resistirse y tomó un paquete de gominolas que estaban en un estante, ganándose la mirada de póker de su hermanito gótico.

— ¿Qué? Son mis favoritas. —dijo con júbilo, recibiendo de Morfeo un ruedo de ojos con molestia.

Inmediatamente, se encontraron en el pasillo donde aparecían todo lo relacionado con los anticonceptivos, toallas femeninas, tampones, condones, pastillas de fertilidad y, a lo que habían venido, pruebas de embarazo.

Habían de muchas marcas y muchos estilos, lo que ponía nervioso a Sueño. ¿Cuál debía de tomar? ¿Cuál daría los resultados concretos? Ambas preguntas fueron brutalmente resueltas con una simple acción de Muerte: tomar una prueba de cada marca.

— ¡¿Qué estás haciendo?! —exclamó, sin darse cuenta de que la dependienta de la farmacia los miraba raro.

—Tú solo sígueme la corriente. —le susurró su hermana.

Ya con unas pruebas de embarazo en sus brazos, ambos hermanos fueron a la caja registradora. La dependienta, una mujer robusta y desaliñada, con cabello crespo y cenizo, les atendió. Si ambos fueran un poco más observadores, se darían cuenta que ella se parecía un poco a su hermanita Desespero. La diferencia era en la estatura, Desespero era más chaparrita que esa mujer.

— ¿Comprarán todo esto? —la mujer preguntó sorprendida, recibiendo un asentimiento de Muerte.

—Necesito comprobar si estoy en cinta para darle una sorpresa a mi novio. —responde sonriendo.

La dependienta mira a Sueño, dudosa. —Entonces él es tu...

—Hermano. El futuro tío del bebé. —responde alegre, ignorando que Sueño casi la asesinaba con la mirada.

Aún en duda, la dependienta comienza a registrar el costo de las pruebas de embarazo. Muerte tenía su bolsita de gominolas y las encondió en el bolsillo del saco negro de Sueño. Éste solo regañó a Muerte con la mirada y aceptó esconder sus dulces. Podrán pensar que Muerte era la hermana más responsable, pero a veces ella llegaba a salirse con la suya.

—Son 150 peniques.

Muerte, sin pensarlo, materializó un billete de libras esterlinas y 50 peniques en su mano y le pagó a la dependienta, quien colocó las pruebas en una bolsa de plástico y aceptó el dinero.

Tan pronto como esa pequeña tortura terminó, ambos hermanos se colaron por un callejón para abrir un portal hacia la Ensoñación. No tardaron mucho en llegar al palacio ni en llegar al baño. Inmediatamente, Muerte vació la bolsa de las pruebas y comenzó con una prueba cuyo costo era más barato. Sueño se sentó en el váter como si fuera una mujer apunto de orinar, colocó la prueba y orinó en ella.

Apenas terminó, hizo el mismo procedimiento con otra prueba.

Y con otra prueba. Y con otra. Y con otra. Y con otra.

Cuando se las terminó todas, esperó junto con su hermana a que arrojaran los resultados de cada una. Muerte se puso de rodillas hasta quedar a la altura de su hermano, quien seguía sentado en el váter, pero con su pantalón puesto.

5 minutos pasaron, las pruebas hicieron efecto. Todas ya tenían los resultados. Sueño, porque estaba muy nervioso, le pide a Muerte que vea lo que dicen las pruebas. Ella toma todas con ambas manos, para ver mejor cada resultado.

El rostro de tristeza de Muerte preocupa a Sueño. Parece que ya sabe la respuesta, pero tiene que verla con sus propios ojos.

—Sueño, lo siento.

Muerte muestra los resultados de todas las pruebas. Todas daban señales como "+", "P", "II" y "green".

El rostro de Morfeo nunca se había puesto tan pálido en su existencia.

Ahora todo estaba en juego.

💛[Un Amanecer Eterno]💛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora