[Cuando la mente se nubla y el corazón se quiebra...]

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Informar a todos los habitantes de la Ensoñación sobre su embarazo inesperado no era algo completamente planeado. Todos los empleados de su palacio ya estaban al tanto y lo felicitaban, y había compartido su decisión de criar al bebé con Muerte, quien también felicitó a Hob y le advirtió de manera poco discreta que acabaría con él si lo abandonaba. Algunos habitantes del reino ya habían empezado a notar las frecuentes visitas del inmortal al castillo del Rey, generando especulaciones y suposiciones, hasta que Morfeo decidió anunciar la noticia a su reino en una gran asamblea.

Cuando eso sucedió, la mayoría de las criaturas del reino aplaudieron y celebraron la llegada de la futura princesa. Varios incluso quisieron ofrecer alimentos de sus propias casas para que su señor pudiera cuidar del embarazo con esmero. Hob se quedó maravillado por la atención y el apoyo del pueblo hacia la futura madre de su hijo. Confesó sentir un poco de celos por la atención que su esposo recibía de sus súbditos, ya que cuando compartió la noticia con sus colegas en la universidad, ellos solo ofrecieron condolencias y deseos de buena suerte. No los juzgaría completamente, pues todos eran padres de niños pequeños y preadolescentes, y comprendía perfectamente lo que era cuidar de niños con la energía de una batería de coche de juguete.

Cuando compartió la noticia con sus empleados del New Inn, todos se emocionaron y lo felicitaron. Fue sorprendente cómo un joven camarero le brindó ánimo para su nueva aventura después de que le relató la historia de la muerte de su primogénito y de su primera esposa. El joven le confió las numerosas veces que fue enviado a diferentes hogares de acogida. Asimismo, su cantinera le ofreció consejos para cuidar de su esposa embarazada, siendo ella la única mujer en una familia de hombres y donde todas habían fallecido en el parto o durante el embarazo. Sin duda, no estaba solo; contaba con un círculo de apoyo al que podía recurrir.

—Se nota que nuestro pequeño será querido y amado en la Vigilia. Por un momento pensé lo contrario. —le cuenta lo vivido a su eterno embarazado, con quien se encuentra recostado en su gigantesca cama digna de un rey de los sueños. Su vientre aún plano y expuesto por su camiseta levantada, era masajeado por su mano ligeramente callosa.

Mi hermana Muerte será nuestro principal apoyo de mi parte, aún no lo saben los demás. —le contó Sueño, con un toque de tristeza en su voz. —Destino ya debe de saberlo, no necesito notificarle. A Delirio no la he visto, siempre me visita y se queda a veces a dormir aquí. El Pródigo sigue en algún lugar de la Vigilia, no sabemos exactamente donde está. Y...

Aquella voz que poco a poco se apaga muestra un genuino signo de dolor y traición en ella. Tal parece que ese hermano sería el principal problema para el embarazo. La mirada cristalina provocada por el pronto llanto a llegar sólo preocupo más a Hob.

Desespero seguramente participa en la broma y debe estar burlándose de mí también. Siempre respalda las bromas de Deseo e incluso le sugiere cómo puede herirme. —lágrimas caen de los ojos celestes de Sueño. —A veces pienso que soy culpable de sus bromas, ya que siempre me he enfocado en mi trabajo y únicamente en mi rol. No estoy seguro de haber sido un buen hermano para ellos y lamento no haber estado presente cuando me necesitaban. Supongo que por eso mi hermano decidió abandonar su reino y nuestra familia.

Hob procedió a cambiar la posición en la que Morfeo yacía. De estar completamente boca arriba observando las constelaciones desde su cama, pasó a estar de lado, permitiendo así que Hob lo abrazara y mitigara la tristeza de su hermoso rostro.

—Las relaciones familiares son complicadas, paloma. Son como el mar; a veces hay tempestad y otras veces calma, lo que las hace impredecibles. —le plantó un beso en la frente y acomodó a Morfeo para que se acurrucara en su pecho, sintiendo la calidez de su contacto en su rostro.

Entonces, mi familia sería como un gigantesco remolino submarino. Nuestra desgracia nos arrastra hasta el abismo. —Se percata de que las lágrimas resbalan por sus mejillas y oculta su rostro para que Hob no lo vea. —He herido a muchas personas que he conocido, Hob. No deseo hacerlo contigo ni con nuestro hijo.

El humano le da un beso en los labios, lo que provoca que el Eterno olvide sus errores pasados. Morfeo se queda atónito ante la acción de su pareja, y ahora Hob está sobre él, sus miradas se encuentran.

—Hemos cometido errores, algunos imperdonables. —roza su nariz con la de Sueño.— Pero podemos aprender de ellos. No deberíamos castigarnos por lo sucedido, así evitaremos repetirlo.

Nuevamente Hob acaricia el vientre plano de Sueño, pero esta vez por encima de la tela de la camisa. Volvieron a besarse, aumentando un toque de deseo pasional en eso. Tenían una pequeña batalla de lengas que poco a poco escalaba cuando fueron interrumpidos por un graznido.

— ¡Perdón por interrumpir su "asunto"! —habló el cuervo, ganándose una mirada asesina de su jefe. —Lo siento jefe, pero parece que tiene una visita ahora. Está esperándolo afuera.

Morfeo suspiró. — ¿Puedes decirnos quién es?

—Es su hermana Delirio, vino de visita.

No dudó nada y se separan ambos para ir a atender la visita de la pequeña Delirio.

[💛💛💛]

— ¡Hermano!

La menor de los siete hermanos se encontraba en el salón del trono, llena de emoción por verlo y felicitarlo. En cuanto los vio a él y a su pareja llegar, no pudo contenerse y le dio un abrazo con toda la efusividad que una niña pequeña puede mostrar.

— ¡Ya estoy enterada de todo! La Muerte me lo contó cuando nos encontramos en la Tierra. ¡Voy a ser tía otra vez! —exclamó con alegría, mientras Morfeo acariciaba su rebelde cabello pelirrojo adornado con mechones de colores, de donde emergían mariposas volando.

Gracias por tu apoyo, Del. Realmente lo aprecio.

Ella alza la mirada y le ofrece una sonrisa, luego felicita a Hob por su próxima paternidad, a lo que él responde con un agradecimiento. De repente, un estruendo sacude la sala del trono, sobresaltando a los hermanos Eternos y al humano inmortal. Hob se percata de algo y, segundos después, se abre un portal hacia su reino. Su tiempo de descanso había concluido.

—Disculpen, pero debo partir —dice, y con rapidez deposita un beso en los labios de su pareja, provocando su rubor y una risita sofocada en su joven cuñada—. Nos vemos esta noche, amor. Te amo.

También te amo, mi amado —le responde él con una sonrisa y las mejillas sonrosadas.

Después de despedirse de su pequeña cuñada con un beso en la frente, Hob se marcha cruzando el portal hacia su mundo para dirigirse inmediatamente a su trabajo.

Sueño, voltea a ver a su hermanita y se da cuenta que el tono pelirrojo de su cabello era más oscuro.  Una clara señal de que estaba molesta. Los cambios de humor de Delirio eran un caso para tratar con ella constantemente y debía saber como responder a ellos.

¿Sucede algo, Delirio? —le pregunta preocupado.

Ella suspira, cambiando la mirada seria por una relajada pero triste. —Muerte me contó como pasó. La broma puesta por Deseo. Pero necesito oírlo de tu boca. Entiendo si no quieres contarlo, no voy a juzgarte.

Morfeo no puede evitar ponerse triste, toma a su hermanita de la mano y la guía a una de sus tierras del reino para poder contarle sobre la broma puesta por Deseo. Éste y Delirio eran sumamente cercanos, no tanto como con Desespero; no obstante, la pequeña se daba cuenta de que desde aquel día su relación era cada vez más tensa. Aumentó incluso cuando El Prodigo los dejó, por lo que era ella quien calmaba las cenas familiares cuando se descontrolaban.

Ahora sin duda, había ido demasiado lejos y genuinamente no quería mas guerras en la familia.

Delirio podría ser la más pequeña de la familia, pero no significaba que fuera la más débil de sus hermanos.

💛[Un Amanecer Eterno]💛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora