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Despierta después de varias horas

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Despierta después de varias horas. Horas que se sintieron como días; como años.

Sus ojos pesan y su cabeza da vueltas. Tiene la boca seca y le duelen las muñecas.

Lo primero que ve es una luz blanca y brillante sobre si, borrosa. El resto es solo oscuridad.

Cierra los ojos nuevamente al sentir un dolor tirante en la parte lateral de su cabeza, y al intentar moverse, esto duele más. Jadea y se resigna a quedarse así, hasta que el mareo o el dolor disminuya.

Aprieta los labios y los ojos, pensando.

¿Dónde estoy? Se pregunta, tratando de estirar las piernas o enderezarse un poco, pero se le hace imposible.

Piensa que esto puede ser cosa de viejo o algo así, pero no, siente que algo fuertemente le impide moverse. Tampoco es un viejo demacrado ─ no tanto quiere suponer ─ para no poder moverse rápidamente.

Inhala hondo, y siente como se le refresca un poco la garganta y le da una pequeña puntada en el pecho.

──¿C-cinco? ──murmura, tratando de mover la cabeza al lado contrario, pero se interrumpe al dolor insoportable que le generó.

¿Dónde estaba él?

Ahora, habiéndose hecho esa pregunta, trata de moverse y levantarse, tragándose el dolor y las ganas de llorar por él.

Ahí, entra en cuenta que el dolor en las muñecas y que no pueda mover las piernas no es porque sí; está amarrado.

Siente sus manos atadas tras su espalda doler por lo delgada y apretada que era la cuerda. Le ardía la piel y sentía que no tenía fuerza para moverlas.

La silla en la que está es incómoda, tiene frío y le duele el cuello.

No tiene miedo, pero si está nervioso por lo que pueda pasar. No conoce el lugar, pero está preparado para lo que fuera.

Le asusta más el hecho de que Cinco no está con él.

Empieza a recordar lo último que se aloja en su mente, inmensamente tranquilo para la posible situación que estaba viviendo.

Recuerda esa mañana como si hubiera sido la más importante de su vida. Los extraños y blanquecinos rayos de luz entrando por las cortinas de la biblioteca, el silencio absoluto, la tranquilidad.

Él ya llevaba un rato despierto, pero Cinco no.

Tiene la clara visión de él estar mirando a la nada mientras el oji-verde lo abrazaba por detrás, porque estaba acariciando sus manos y sentía su tranquila respiración contra su cuello.

No conoce muy bien cuanto tiempo pasó desde su aburrido mirar en el suelo a cuando se le activaron todos los sentidos al ver esa luz azul entrar por la cortina.

━━━ 𐙚 El aquí no es aquí ⋆ 🍂☕°。↝ 𝗙𝗜𝗩𝗘 𝗛𝗔𝗥𝗚𝗥𝗘𝗘𝗩𝗘𝗦. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora