capítulo cinco.

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Good star.

──Oye

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──Oye...── sintió como lo jalaban de la camisa, gruñó como respuesta, tenía sueño.

Tenía que admitir que le dolía un poco el cuello y la espalda, pero no quería moverse de como se encontraba, sabía que le dolería más al fin y al cabo. Le pesaban los ojos y sentía la garganta seca, tenía sed, le picaba la nariz por el ambiente polvoriento del lugar y del aire en sí.

Escuchó que el otro maldijo en voz baja, antes de comenzar a moverlo por los hombros para que despertará.──Déjame...── le dijo, alejándolo de él con su mano y haciéndose bolita en su lugar.

──Oye, vamos, son las... Tarde, ¿ya? Tenemos que ver si queda alguien más con vida y ver la forma de volver a nuestro tiempo.

──Tu discurso me da sueñooo...── se sonrió al escuchar como el otro se enojaba, ahora notaba que este era más irritable y enojon que antes.

Antes de si quiera volver a tratar de dormir, sintió como lo jalaban del brazo de forma fuerte, una que lo asustó pero después le molestó al saber de quien se trataba. Logró levantarlo del suelo, _______ se giró para verlo a la cara.──Si vamos a estar juntos por mucho tiempo-

──No, creeme, lo último que quiero es eso── rodó los ojos ante comentario.

──Lo mismo pienso: pero en el probable caso de que sea así, tienes que saber algo; yo no sigo órdenes de nadie, y menos de niñitos ricos y malcriados como tú, ¿queda claro? Vuelveme a despertar y me aseguraré de que tú no vuelvas a hacerlo.

──¿Te tengo que tener miedo, acaso?── preguntó de forma irónica.

──A mí no, a lo que pasa si me voy y te dejo solo── le dio una sonrisa con la misma ironía. Tomó el pedazo de cortina y salió del lugar, pasando por su lado y empujando su hombro── la mente humana solo aguanta cierto tiempo estando sin compañia, ¿comprobemos quien aguanta más?

Supo que lo asustó cuando, después de unos segundos de avanzar por la calle polvorienta y destrozada, lo escuchó llegar cerca de él, pero quedarse unos pasos detrás. Ahora sabía que también era muy orgulloso.──¿Ahora eres mi guardaespaldas?── le preguntó de forma irónica, riendo y volteándose a verlo. El oji-verde negó y bajo la vista.

──Si ese fuera el caso, te estaría haciendo un favor.

──¿Por?

──Se nota que no sabes cuidarte.

Prefirió no responder, se pasó el pedazo de cortina por los hombros y siguió mirando el destrozado panorama, como todo se encontraba incendiado y en ruinas. Se metió las manos en los bolsillos, el aire que circulaba era denso pero frío, era difícil de describir.

El pensamiento de que probablemente el imbécil que estaba detrás suyo sería la única persona con la que pasaría quien sabe cuánto tiempo le empezó a carcomer la mente, una presión se formó en su pecho.

━━━ 𐙚 El aquí no es aquí ⋆ 🍂☕°。↝ 𝗙𝗜𝗩𝗘 𝗛𝗔𝗥𝗚𝗥𝗘𝗘𝗩𝗘𝗦. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora