El oficial

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Namjoon estaba sentado en un pequeño sofá trabajando tranquilamente en su laptop mientras el pelinegro dormía de forma pacífica.

Ya solo le quedaba una semana para seguir trabajando en casa, y luego debía volver a la empresa, sabía que ya no podría pasar la mayoría del tiempo con su amado, pero al menos este ya no se encontraba en peligro. El hospital era un lugar seguro, contaba con guardias y cámaras de seguridad por lo tanto era casi imposible que le hicieran daño a su amor.

Eran más o menos las 6:00 PM, su jefa le había enviado un mensaje pidiéndole por adelantado y de forma urgente los archivos de las fotografías ya editadas para lanzar la primera revista, él había suspirado aliviado, por suerte había adelantado trabajo y ya tenía esos archivos editados junto a otros.

Menos mal

Seulgi había llegado hace poco, limpió con cuidado la herida de su amor, cambio las vendas ya usadas por unas limpias y así mismo le dio a Jin unas pastillas diciendo que se trataban de antibióticos que le ayudarían a la cicatrización y el mejoramiento de la operación. Y se marcho, no sin antes avisar el horario en el que le llevaría la cena.

El pelinegro había caído dormido mientras Nam le acariciaba el cabello y le arrullaba como si fuera un bebé. Después de arroparlo  con una manta que él mismo había llevado, alegando  que había frío, se dispuso a trabajar.

Llevaba más o menos dos horas editando y modificando las fotografías para las revistas, y ya se sentía cansado. Su espalda hormigueaba y la vista la sentía cansada y le ardía, a pesar de usar lentes sin aumento para trabajar, la iluminación de la pantalla le molestaba.

Soltó un suspiro

Se quitó los lentes y frotó sus párpados con el índice y el pulgar, y con un movimiento de cabeza quitó los mechones platinados que le caían en la frente y su mirada se dirigió a la camilla que estaba a unos metros de él.

Sonrió

Su amor se veía precioso durmiendo, sus bellos labios estaban entre abiertos soltando uno que otro suspiro, las mejillas se veían adorables y gorditas sin exagerar, tenía la cabeza levemente ladeada ala izquierda, mechones azabaches caían en su frente cubriendo una de sus cejas, la nariz de botón y su expresión relajada lo convertía en una obra de arte.

Su corazón empezó a latir como loco y unos deseos enormes de acercarse y besarlo nacieron, pero no lo hizo, no porque no quisiera, sino porque se veía tan sereno y pacífico que no quería despertarlo.

Cerro su laptop y la acomodó encima de su mochila, recargo la cabeza en el respaldo del sofá y cerró sus ojos, se sentía feliz, porque dentro de poco estaría devuelva con su amado en su hogar. Las noches frías y la soledad se quedarían en el pasado, ya no sería solo él.

Era cierto, lo que había sucedido no era nada fácil, su corazón aún estaba un poco vulnerable, pero esa sensación no era rival para el amor y cariño que le tenía a su esposo, aún les quedaba mucha vida por delante y ahora que tenían una nueva oportunidad para estar juntos no la iba a desperdiciar.

Escuchó la puerta abrirse lentamente y levantó su cabeza curioso por la persona que se asomaba por el marco.

— Buenas noches, Namjoon-ha — saludo Ho-seok en un susurro al notar al pelinegro dormido.

Nam respondió con una sonrisa y un movimiento de cabeza, el doctor movió su mano indicando que se acercará, el moreno se puso de pie y a paso suave salió de la habitación.

— ¿Que pasa Seok Hyung?— pregunto curioso ya en el pasillo dejando semi abierta la puerta tras de si.

— Lamento la molestia Namjoon-ha— susurro apenado, Nam negó — Verás... hay un oficial y dice que necesita  hablar seriamente con Jin-ha... — explicó.

Love Maze [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora