Lorenzo Michel es el mejor amigo del hermano de Camila Cabello, además de ser el capitán del equipo de fútbol del club de la ciudad. Lorenzo acaba de cumplir 21 años, mientras que Camila sólo tiene 16. Lo que Lorenzo no sabe es que Camila está secre...
Estaba acostado en mi cama, en mi departamento, Camila y Luna ya estaban conmigo. Luna dormía a mi lado mientras su madre se duchaba. Han pasado dos días desde mi cirugía, no puedo caminar mucho, ni siquiera con muletas porque cada vez que pongo el pie en el suelo siento dolor. Shay se tomó la semana libre para quedarse en casa, ayudando a Camila, Luna es muy tranquila, por eso me quedo con ella en la cama, como puedo, a ella no siempre le gusta acostarse.
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Los medicamentos postoperatorios me dan sueño y aquí estoy, excluido de otra temporada. Eso fue demasiado desalentador para mí, pensé en tomarme un descanso de mi carrera hasta recuperarme de todas mis lesiones. Pasa más tiempo con Camila y mi hija, las necesito. Pero tengo un contrato que no me permite ese lujo, así que mi plazo máximo es de seis meses, pueden pasar muchas cosas de aquí a entonces.
- Hola Lo, ¿durmió? - Camila salió del baño envuelta en una toalla, su cabello mojado caía sobre sus hombros. Ella era hermosa.
- Dormiste, amor. Ven aquí para que pueda darte un olor. - pregunté y ella se sentó en el borde de la cama.
- Extraño tu barba... - Dijo Camila con picardía, tuve que quitármela por culpa de Luna, que estaba empezando a tener alergias.
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- ¿Soy feo sin ella? - Bromeé.
- Creo que es imposible que te veas feo. Me agarró la cara y me dio un largo beso. - Pero te prefiero con barba, parece más un hombre más maduro. Sin barba pareces un adolescente, eso no me gusta.
- Está bien, lo dejaré crecer. No lleva mucho tiempo. No me diste un regalo de cumpleaños. - Le mordí el cuello.
- Mi coño está fuera de discusión, lo sabes. - Me reí.
- Pero tu boca... - Bromeé.
- Lorenzo Michel, estoy recién pariendo, respétame. - Me dio una palmada en la mano.
- Está bien, me detuve. - Camila se levantó para vestirse y cargué a Luna que ya estaba despierta y moviéndose, probablemente ya tenía hambre. Camila llegó rápidamente y le dio de comer.
