Camila Cabello P.O.V
El silencio dentro del aula era tan notable que el sonido de las manecillas del reloj comenzaba a irritarme. El nuevo profesor de matemáticas estaba escribiendo en la pizarra una cantidad importante de problemas que nunca podría resolver ni en un millón de años.
- ¡Camila! ¿Podrías decirme por dónde debo empezar para resolver esta ecuación? - el profesor, que quizás era demasiado joven para este papel y demasiado guapo para ser tan molesto, decidió fijarse en mí. Mierda.
- Shawn, no tengo idea, elige a otra persona. - dije de mala gana.
- Estás aquí precisamente por eso, yo estoy aquí para ayudarte. - Tomó un mechón de cabello que le cayó sobre la cara. Volviendo su atención al tablero, completando los cálculos.
Después de que terminó mi clase de matemáticas con el profesor Shawn, me levanté para empacar mis materiales, metiendo todo lo que había usado en mi mochila, miré a mi alrededor y todos ya se habían ido. Estábamos solo Mendes y yo.
- Creo que necesitas lecciones privadas. - me llamó la atención la voz del profesor, cuando ya me dirigía hacia la puerta. - Sabes, suelo hacer esto los fines de semana en mi casa. - dijo sugestivamente. Podría jurar que escuché malicia en su tono.
- ¿Esto es coqueteo, Shawn? A la policía también le gustaría saber esto. - sonríe falsamente y sale de la habitación. Que ridículo.
Fui a la cafetería, pero parecía que no era mi día de suerte. Gavi estaba sentado con mis amigas sonriendo despreocupadamente, no le conté lo sucedido, me sentí un poco mal por no ser honesta. Después de todo, todo lo que pasó entre nosotros no fue más que un interés subcontratado por mi parte.
- Te extrañé, Mila. - Dijo Gavi colocando sus brazos sobre mis hombros. Me senté a su lado, irónicamente porque era el único asiento libre. Estaba avergonzada.
- Hola chicas, hola Gavi. Necesitamos hablar más tarde.
- Mila quiere quitarle la virginidad al chico. - Provocó Stella y Alana se unió a la ola.
- Acepto la propuesta. - me dio un abrazo.
- Eres ridículo. - Los ignoré, tomando las patatas del plato de Stella.
- Puedes venir a mi casa, después de clase. Podemos hablar ahí.
- Gavi, estoy un poco comprometida. - Tenía todas las miradas en la mesa puestas en mí.
- ¿Con Lorenzo? Mila, él te va a cambiar. En un momento u otro, eres sólo su entretenimiento. - dijo con amargura.
- me pidió una oportunidad, me gusta. Lo siento, pero no puedo estar contigo. - Fui honesta.
- Está bien, ya me voy. - se levantó de la mesa.
- Sí, creo que le gustas. - concluyó Alana.
El día parecía no querer terminar, tuve mis últimas tres clases en la misma clase que Gavi, se veía terrible, cuando finalmente terminó salí de la escuela a toda prisa. Sintiendo un dolor de cabeza infernal, me encontré con Lorenzo en el estacionamiento, prácticamente me tiré en el asiento del copiloto del troller, masajeándome las sienes. Lorenzo me miró como si fuera un fantasma.
- ¿Estás bien? - preguntó preocupado.
- ¿Te veo bien? - Cerré mis ojos.
- Está bien, vámonos a casa.
Lorenzo me llevó a su departamento, cuando llegué me acosté en la enorme cama matrimonial de su habitación. Se acostó a mi lado y me abrazó.
- ¿Qué pasó? No te quedes así, odio verte en silencio. - Empezó a hacerme cafuné.
- Lo, hoy no fue un día fácil, odio a los hombres, excepto a ti, a mi padre y a Otávio. Los demás podrían ser fácilmente exterminados si se concedieran mis deseos. - Bromeé y él sonrió.
- ¿Soy un buen hombre entonces? - sus iris verdes brillaron.
- Eres un buen hombre en todo... - Le dije al oído, sintiendo que se le erizaba la piel.
- Camz... Estoy cansado, mi pie aún está mejorando, era testarudo al conducir. Dame cariño por favor, para mí tampoco fue un día fácil. - Por primera vez pude notar que estaba triste y quise tener sexo. Como siempre.
- Lo siento, ¿qué pasó? - Empecé a acariciarle la barba.
- Cosas del club, Tom... cosas aburridas, no quiero hablar de eso.
De todos modos, respeté su decisión de no sacar el tema, llamé a mis padres para decirles que hoy no dormiría en casa y mi madre contestó el teléfono.
- Mila... ¿te estás protegiendo? Sé que estás con él.
Esa fue la pregunta que me hizo y no le di muchos detalles, pero tampoco negué mi relación con Lorenzo.
Después de la ducha, pedimos pizza, y pusimos una película para ver, podía dormir abrazada a él todos los días, el clima afuera era agradable, empezaba a llover, me acurruqué más en los brazos de Lorenzo. Tratando de encajar aún más en su cuerpo, era como si el mal día que tuve fuera insignificante.
- Eres tan hermosa... - Me besó en la frente.
- Lo... ¿estás saliendo conmigo? - Le pregunté y él sonrió.
- ¿No era yo quien debía pedir eso?
- Pero estás tardando demasiado, no tengo paciencia.
- Quiero salir contigo, pero hay varias condiciones que no sé si estás dispuesto a cumplir. - Me senté en la cama.
- Quieres que sea un secreto, ¿no?
- Camz, si sueñan que salgo contigo, las cosas no me irán bien. Me propusieron fichar por el Barcelona, me quieren fichar, no puedo meterme en nada que afecte a mi imagen.
- ¿Estás diciendo que afecto tu imagen?
- No, tu edad sí. Eres demasiado joven, Camila. - él suspiró.
- No creas que soy demasiado joven cuando me comes. - Fui grosera.
- Todos tus argumentos se reducen a esto, no te obligo a tener sexo conmigo. Siempre me buscas. - Respondió Lorenzo, de verdad, no se equivocó.
- Voy a dormir en el sofá. - Salgo de la habitación, con él detrás de mí, caminando lentamente debido al esguince en el pie.
- Puedo dormir en el sofá, lo siento, por favor, no quise ofenderte. - Volteé a mirarlo, ¿por qué es tan hermoso? Era casi imposible que no le agradara. Mi postura cayó.
- Odio a tu jefe, pero te amo. - refunfuñé tirándome en el sofá.
- ¿T-tú me amas?
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Bueno, este es el ultimo de esta madrugada, ya deberia estar dormida por la universidad, pero es que cada ves los capitulos son mejores jajaja, nos vemos mañana :3
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Your Hands - Camren Alternativo
Fiksi PenggemarLorenzo Michel es el mejor amigo del hermano de Camila Cabello, además de ser el capitán del equipo de fútbol del club de la ciudad. Lorenzo acaba de cumplir 21 años, mientras que Camila sólo tiene 16. Lo que Lorenzo no sabe es que Camila está secre...