4 Un poco del ayer.

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Estaba claro que en el pequeño mundo de Seokjin, Min Yoongi era un alfa horrible y eso no cambiaria, no es que le importara, pero la verdad es que si, quería quedar extrañamente bien con el omega, si convivirían un años juntos al menos quería que tuviera un par de recuerdos agradables a su lado, no que lo recordara como el hombre que financiaría la operación de su madre, esa que iba a correr de todas maneras de su bolsillo pero se vio obligado a intercambiar por así decirlo.

Sabia que Jin se negaría de todas las formas posibles de aceptar casarse con él y ayudarlo con el testamento, así que su única alternativa habia sido aquella, además como bien lo dijo su madre pudo conseguirse a cualquier omega para hacer su farsa pero Jin, él seria creíble y pese que decía odiarlo seria al unico que le tendría confianza de hacer tal cosa, no tenia a nadie mejor en mente cuando decidió que perder la empresa no era una opción.

-Listo - decia Jin saliendo de su habitación mientras este se habia quedado en la sala esperándolo.

-¿Seguro de que ya llevas todo? - pregunto desconfiado, no quería que su esposo estuviera dando demasiadas vueltas a su casa de soltero y que levantara alguna sospecha.

-Si - respondió levantando una bolsa de unos cinco kilos, demasiado grande para una caja de pastillas.

-¿Qué llevas ahí? - quiso saber - un consolador.

Si, él tenia la culpa de que el chico frente suyo lo mirara como un pervertido de lo peor.

-Tu . . . - decia Jin molesto - eres un idiota.

Seokjin metió las manos a la bolsa y saco una caja blanca sin duda los supresores de omega y un oso, un oso que Yoongi recordaba a la perfección.

-¿Cómo es que aun lo tienes? - preguntaba quitándoselo de las manos - tiene tiempo que no veía uno igual, de joven me encantaba.

-Si, no lo dudo - respondió Jin - es horrible.

-Claro que no, ¿cómo es que lo tienes?

-Pienso ponerlo a la vista para que cuando lo vean pregunten y yo pueda decir que es algo que me diste, ¿te parece mi idea?

-Si, es algo tierna.

El resto del domingo fue más tranquilo que el día anterior, incluso la cena transcurrió entre susurros de Jin con Youna y de miradas discretas de la madre de este en dirección a su esposo, esta estaba empezando a creer que si eran un matrimonio perfecto, así que lo dejaba tranquilo.


-Tiene una junta a las diez, comida a la una y otra reunión más a las tres de la tarde con los nuevos socios - decia Soobin su nuevo asistente mientras corría a su lado y el de Jin a su oficina.

-¿Comida con quien? - pregunto Yoongi sin poder recordar aquello.

-Con la hija de los Lee - respondió.

-Cancélala - no podia andar perdiendo el tiempo por ahí con alguien más, su esposo iba a su lado - consígueme los documentos donde estaba trabajando el señor Son y un resumen de su trabajo el ultimo mes, mi esposo se hará cargo de ese puesto de hoy en adelante.

-Si señor - menciono el asistente saliendo de la oficina a una velocidad que le impresiono.

-¿La señorita Lee? - preguntaba Jin sentándose frente de él.

-No es lo que piensas, no exactamente.

Jin solo negó con la cabeza al tiempo que jugaba con una pluma en un par de hojas en blanco, era un infantil aun cuando lo negara.

-Me siento mal - dijo después de un rato.

Yoongi penso de inmediato en su celo, pero lo habia visto tomar un par de supresores aquella mañana aparte de llevarse unos cuantos en la bolsa de su camisa, y el aroma a rosas natural del omega no se distinguía en el aire.

Esposo en alquiler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora