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Los pensamientos de nuestros chicos estaban repletos de tantos sentimientos que no lograban regular en su cabeza ni en sus corazones. Algunos podrían describirlo como punzadas en el corazón y dolores de cabeza, otros como un extraño insomnio y con mariposas en su estómago, pero, aunque haya muchos síntomas el resultado era el mismo, ambos no podían dejar de pensarse ni de sentirse ansioso por eso.

Roier vagaba por los alrededores de la aldea con la misión de aclarar sus pensamientos, no era un secreto que desde la competición se ha comportado de manera casi evasiva con Spreen pero esto no era por algún malentendido o por algo negativo, era todo lo contrario. El castaño no podía comprender todo lo que paso por su cabeza cada que Spreen se lucia frente a él o le hablaba de tan cerca.

El ritmo acelerado de su corazón, piernas temblorosas y manos sudadas eran algunas de las cosas que provoco ver a su amigo en esas competiciones que revelaban la competitividad y ese lado tan arrogante de Spreen que no era fácil de observar en el día a día. Para Roier su oso favorito se veía tan...

-Sexy..-

Las mejillas del castaño se tiñeron al darse cuenta de lo que había dicho, no era normal pensar así de un amigo y menos de uno que lo cuida y quiere como un hermano mayor.

Suspiro con pesadez y decidió sentarse en una roca para ver el paisaje con tanta atención, como si en el pudiera hallar la clave de estos sentimientos que ahora azotan su vida de manera tan repentina.

-Que me sucede? -

Cerro sus ojos e intento callar sus pensamientos para relajarse lo cual estaba funcionando hasta que logro oír una voz que lo hizo levantarse con rapidez.

(Spreen? No no él... no puedo verlo aún no...)

-Roier?-

El castaño se quedó estático al oír su nombre y volteo a ver hacia donde vino esa voz encontrando al dueño de sus pensamientos.

-H-hola Spreen, que casualidad, yo estaba eh.. pensando y eso y tú...-

Roier se detuvo en seco al ver aparecer detrás de Spreen a un chico de estatura baja, ojos verdes y de cabello castaño.

Este chico tomo a Spreen del brazo y miro de manera curiosa y sería a Roier pero este solo lo veía con confusión y con un corazón palpitando de manera nerviosa

-Quien es corazón? - Pregunto Carrera a Spreen quien lo miro

-No me digas así, te le he dicho muchas veces- musito molesto para luego levantar la mirada hacia roier- roier, él es un amigo de otro pueblo, se llama carrera y Carre él es Roier él es mi...amigo-

Carrera miro el rostro de Spreen y frunció el ceño, aclaro su voz para luego sonreír.

-Pues mucho gusto-Musito simplemente- Spreen, vamos a casita rápido, quiero calentarme, hacia mucho frio en esa cueva fea a la que me llevaste- puso puchero carrera

Spreen miro a su amigo y luego a su amor secreto quien lo miraba con una mirada extraña que ocultaban un sentimiento amargo.

-Puedes irte tu solo Carre? - Pregunto Spreen con una sonrisa suave

-Pero...-

Carre no pudo acabar su reclamo por que spreen acomodo la capucha de su traje dejando ver las orejas de gato de esta y dejo unas caricias en su cabeza.

-Vamos, no quiero que te enfermes, ve a casa, yo tengo que hablar algo con mi amigo, si? -

Carre ante ese pedido tierno de Spreen solo pudo bajar la cabeza con nerviosismo y luego asintió.

-Bien, nos vemos en casa, te preparare una sopa deliciosa que aprendí hace poco-

Spreen y roier vieron a Carre irse mientras tarareaba una canción como un niño pequeño hasta que desapareció de la vista de ambos.

-Roier..- llamo Spreen haciendo que el nombrado lo voltee a ver- Tienes vendas? -

-Eh?, si, ¿por qué? -

El pelinegro levanto su camiseta dejando ver una herida que hizo gritar de susto a Roier y reír a Spreen por la expresión de su amigo.

-Se ve peor de lo que es, es algo superficial-

Roier rápidamente sentó a Spreen en una roca alta y comenzó a atender sus heridas.

-Debes tener más cuidado en las cuevas, no me gustaría que te pasara nada solo por buscar esos dichosos diamantes, además ya tienes muchos- musito molesto tratando de ocultar su excesiva preocupación.

-Si, realmente ya no hay nada que me interese en las cuevas, porque lo que más deseo...-

Spreen miro como roier vendaba ahora su muñeca y sonrió.

-No se consigue con diamantes...- 

Las miradas de ambos se encontraron, pero rápidamente voltearon sus cabezas para no ver al otro, pero Roier tuvo que seguir vendando la muñeca de Spreen pero esta vez en absoluto silencio

-V-viven juntos? - pregunto roier algo triste sin despegar la mirada de lo que hacía y mantenía una sonrisa de amabilidad en su rostro

Spreen miro a Roier y rápidamente comenzó a negar nervioso.

-No no, no es por alguna razón extraña, solo es que el apareció de la nada y no tenía donde quedarse- suspiro-No podía dejarlo a la deriva -

La risa de Roier hizo que Spreen se relaje y sonría ligeramente.

Con un ambiente algo más ameno ambos se quedaron viendo el rio disfrutando de la compañía del otro.

-Roier..- llamo Spreen- a ti te gustaría ir al baile conmigo? -

Roier lo veía con algo de vergüenza, pero solo pudo asentir y luego reír con nerviosismo.

-Obviamente iré, además ya compré mi mascara, ya lo veras, me vere genial, seré el favorito de la noche- bromeo Roier 

-No lo dudo- musito Spreen- y.. de qué color será tu traje? -

-Eh? ¿Por qué? - Pregunto Roier con confusión mientras veía a su amigo- no quiero que me copies-

Spreen rio y rápidamente negó el querer copiarse lo cual hizo reír a roier también ya que lo decía como una broma.

-Sera azul y el tuyo? -

-Negro - musito Spreen sin dudarlo

-Porque no me sorprende? -

-Oye! ¿qué intentas decir? -

-Que tu closet es suuper aburrido, todo negro o colores oscuros-

- ¡Eso no es cierto, tengo muchos colores! -

-¡¡Si, es cierto!!

-Lamentaras haber dicho eso-

Comenzaron una pelea de cosquillas donde Spreen fue el ganador y el que estaba sometiendo a roier debajo de el ahora mismo mientra sus miradas estaban absolutamente conectadas.

Spreen se levantó y ayudo a Roier a hacerlo también.

-Creo que es hora de irnos- menciono el pelinegro

-Ohh, si, está oscureciendo -

-Deja que te acompañe a casa-

-Claro...-

Oso Cariñoso¿? [SpreenxRoier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora