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Los ojos color miel intentaban seguir con su mirada a ese despechado azabache que se alejaba y se disipaba entre la multitud hasta que esta figura desapareció por completo.

Roier seguía mirando hacia ese lugar mientras continuaba con el baile con Cellbit quien le llamo la atención haciendo que lo voltee a ver 

-Sucede algo Cariño? - Pregunto Cellbit sorprendiendo al castaño por ese tan cariñoso apodo que logro incomodarlo

-Eh?..N-no, solo - Las manos de Cellbit se posaron en la cintura de Roier y pegando sus cuerpos provocando un gran nerviosismo de parte del más bajo

Antes de que pudiera terminar lo que iba a decir Cellbit fue jalado del hombro siendo obligado a separarse del castaño y quien con algo de confusión miro detrás de su compañero de baile.

-Es mi turno Cellbit-

La voz de Spreen resonó en la mente de Roier, sus mejillas se sonrojaron y su mirada estaba pegada en ese hombre de cabello azabache que se veía como un príncipe de cuentos de hadas.

Los orbes de color violeta miraron hacia los de color miel y de manera instintiva el pelinegro relajo su rostro para darle una mirada suave y delicada a su amado.

Spreen se paró frente al castaño y ofreció su mano que era cubierta por unos guantes de color negro

-Me concede esta pieza? - pregunto con una bella sonrisa que haría derretir a cualquiera y Roier no era la excepción.

Sin poder musitar sonido alguno coloco su mano sobre la del azabache con lentitud mientras que sus miradas no se despegaban una de la otra.

Con tranquilidad fueron al centro de la pista, una vez allí Spreen se deshizo de sus guantes, aunque eso confundió a Roier pero Spreen solo le sonrió de manera ladeada e inclinando ligeramente su cabeza para luego acercarse,

-Quiero sentirte- musito con suavidad cerca del oído de Roier induciendo a una reacción nerviosa de su acompañante -Acaso está mal?, ¿te incomode? - pregunto con un tono coqueto pero adorable 

-N-no, no quise ehh-

Spreen tomo la mano de Roier y coloco su otra mano en la cintura de su compañero.

-Está bien, lo entiendo, no te preocupes-

La música empezó a sonar dando inicio a la noche más feliz de estos dos locos enamorados que no podían dejar de mirarse con nerviosismo y pena, pero con mucho amor, un amor que se podía palpar en el mismo aire.

La danza delicada, los giros fugaces y las pequeñas risas era lo que predominaba en su bello danzar, hacían caso omiso a miradas o a voces externas, solo se veían el uno al otro, 

El mundo se había esfumado por completo y la melodía los envolvía con suma suavidad, cada paso, cada carica y respiración provocaba mucha más tensión en ambos, una tensión que no se quedaría sin actuar.

De manera sorpresiva comenzaron a caer con lentitud pequeños fragmentos de hojas de color de diversos colores creando un entorno todavía más fascinante y soñado para ambos pero que no detuvo su baile en ningún momento.

Sin darse cuenta sus pechos estaban uno contra el otro, sus corazones palpitaban de manera desaforada y sus rostros estaban cada vez más cerca.

-Lo único que quería esta noche era tenerte aquí, conmigo- susurro captando mucha más la atención de Roier que no podía dejar de verlo y soñar con sentirse aún más cerca de el

Oso Cariñoso¿? [SpreenxRoier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora