Narrador.
—No tienes aliados en este mundo, mucho menos por tu sangre de demonio —respondió.
Sus palabras no calaban en él, porque ya las cargaba consigo cada día de su existencia. No necesitaba que le dijeran lo que ya sabía.
—Todos los que te aman te abandonan o te abandonarán —declaro con una voz aterciopelada digna de una diosa mentirosa. Fue lo que dijo aquel cuerno que hacia decir que en su interior era la voz de una Valkiria la que hablaba. — Tarde o temprano, tu preciada reina lo hará también.
Apretó sus puños con fuerza tratando de contenerse.
—¿En serio piensas que estará siempre a tu lado? Ella pronto dejará de amarte y su "felices para siempre" se hará cenizas. Siempre serás un mounstro, el triste verdugo que se enamoro de su víctima.
—No sabes de lo que hablas—. La señaló con molestia, había tocado una fibra sensible.
—¿No sé de lo que hablo? Fue un milagro que se encontrarán. Solo es una maldita traidora de la raza de las diosas.
El rencor era la palpable en la habitación. Ada no era una traidora para su pueblo, pero para las diosas que, sí lo eran, era la aberración del reino.
—No te permito hablar así de mi esposa —reprendió poniéndole un alto, siendo inconscientemente el precursor de su molestia y de su odio.
Su magia demoníaca salía a flote sin que se diera cuenta, haciendo cenizas aquel cuerno.
—Cualquiera que se interponga en mi camino saldrá perdiendo, no dejaré que su asquerosa sangre vuelva a lastimarla —declaró el demonio, antes de abandonar la habitación.
¡Un nuevo compañero!
—No puede ser —jadeó Meliodas al verlo en la puerta de su taberna.
Elizabeth empezará a tomar un viaje con ellos, y al parecer él también lo haría. No se perdió la noticia sobre no paradero de la princesa de Lionés y decidió asistir a primera hora a la taberna del muchacho.
Tenía conexiones en el lugar, Ada nunca lo echaría así que se aprovecharía un poco de esta noticia.
—¿En serio no les parece sospechoso que este hombre haya aparecido de la nada? —cuestionó King flotando alrededor del mencionado.
—Da un poco de miedo —susurró Diane tomando su distancia.
—He de mencionar que su poder magico es curioso, por decirlo de una forma —murmuró Merlin realmente interesada.
—¡No sean crueles con el Señor Lewin! ¡Él me salvo la vida, ayudó a mi hermana Margaret y a la señorita!
—Ya escucharon, dejen a mi Lewin en paz —discutió Ada con una sonrisa divertida en sus labios.
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Te Protegeré Con Mi Vida | Meliodas
Fiksi Penggemar"Prometí que te protegería, ningún hombre o mujer te haría daño en mi presencia. Pero mi presencia era la que se encargaba de herirte y lastimarte. Jamás podría olvidarte, aunque ambos lo intentamos era imposible. Antes de la maldición te amaba con...