El choque de los cuerpos de la pareja y sus gemidos son lo único que se escucha en esa habitación.
Gunwook arremetió con fuerza en el interior de su novio mientras este arañaba su espalda por el placer. Cuando ambos llegaron al clímax, Gunwook salió de su interior y se acostó a su lado.
—Te amo como no tienes idea, amor— dijo Taerae acomodando su cabeza en el pecho de su novio.
—También te amo, Tae— Gunwook abrazó a su novio, acariciando su delgada cintura y dándole un dulce beso en los labios.
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Hao estaba muy nervioso. Había citado al pelinegro en el parque de la ciudad, su parque favorito. Quería arreglar las cosas con Hanbin. Desde que salió del hospital por el ataque de –J, ha querido hablar con él. Realmente quiere decirle lo que siente.
El pelinegro llegó al parque 5 minutos después. A la vista de Hao, Hanbin era el hombre perfecto. El pelinegro vestía unos pantalones negros rotos y una camisa blanca sin mangas, dejando a la vista sus brazos medianamente trabajados con sus hermosos tatuajes. Definitivamente, Hao ama a Hanbin con toda su alma.
—Binie— el pelirrojo se puso de pie abrazando al pelinegro.
—Hola— Hanbin lo apartó—. ¿Cómo va tu mano?— preguntó refiriéndose a la mano vendada del pelirrojo.
—Oh, está bien, podemos hablar.
Hanbin no lo miraba como antes, parecía que seguía muy enojado y que solamente fue al hospital porque Gyuvin se lo pidió. El pelirrojo se sentía triste.
—¿Qué es lo que tienes que decir?
—Binie, yo— tomó aire—. Lo del Señor Wen fue un chantaje— el pelinegro alzó la ceja en señal de que parecía una broma—. No es una broma, Hanbin. Hace un par de años atrás, cuando tenía 16, en la fiesta de Yujin, su padre Lee Minho se me acercó, tomó mi cintura y me sacó a bailar porque estaba aburrido. Yo lo malinterpreté— sollozó—. Y-yo le dije que sería mejor que se suicidara, que Yujin no necesitaba a un padre como él, violador— el pelinegro lo escuchaba sorprendido—. Él se suicidó tiempo después. El señor Wen tenía un video de cuando le decía todas esas palabras al señor Minho y me dijo que si no hacía lo que él quería, se lo mostraría a Yujin.
El pelirrojo odiaba hablar de ese tema, no quería romperse frente a Hanbin otra vez, pero no pudo evitar llorar. El pelinegro, al ver a su pelirrojo llorar, lo atrajo hacia él.
—Cariño, perdóname— acarició su cabellera—. Yo no tenía idea de lo del padre de Yujin y te traté como a un promiscuo sin saber las razones. De verdad, te pido disculpas.
Tomó su rostro entre sus manos y le dio un beso suave y delicado que duró 10 segundos.
—Binie, yo quiero decirte algo más— el pelirrojo tomó valor tomando las manos de Hanbin—. Y-yo yo te amo, estoy enamorado de ti desde antes de que tuviéramos nuestro primer encuentro. Te amo como no tienes idea, con cada hebra roja de mi cabello te amo.
El pelinegro no decía nada, estaba sorprendido. A él le gustaba Hao, claro; el pelirrojo se metió en su cabeza y corazón y no había forma de sacarlo, pero le sorprendía que confesara que lo ama.
—Sé que estás saliendo con Karina y que prácticamente yo ya perdí mi oportun-.
—Qué— estaba confundido—. Yo no estoy saliendo con Karina.
—Bueno, yo te vi con ella y te veías muy feliz— bajó su cabeza con tristeza.
—Corazón— tomó su mentón para que lo mirara—. Karina me estaba pidiendo ayuda para confesarse a Winter.
En serio, Hao no podía pasar más vergüenza. Había hecho una especulación de que Hanbin salía con Karina cuando en realidad no pasaba nada más que amistad entre los dos.
—Oh, lo siento.
—Hao, yo sé que me amas— suspiró—. Tú realmente me importas, me gustas y te has metido en mi corazón. Sabes que he estado con otras personas y-
—Yo no quiero ser otro en tu lista, quiero ser el único en tu vida, Hanbin— le dijo con sinceridad—. Te amo de verdad, te amo de una manera tan difícil de entender. Me importas, amo cómo me haces sentir esa sensación de tranquilidad y paz cuando estás a mi lado, solo tú la provocas, Sung Hanbin.
No, Hanbin no iba a negar que amaba al pelirrojo con toda su alma. Claro que lo ama, lo ama como al mismísimo infierno. Sabía que se arriesgaría por –J, pero que se joda, él ama a ese pelirrojo de linda sonrisa.
—Te amo, Hao. Tú cambiaste mi vida, me hiciste ver cómo era la vida; por ti cambié y dejé el alcohol y los cigarros. Tú eres lo único que me importa en esta asquerosa vida, me enfrentaría al Rey del infierno por tenerte a mi lado.
El pelirrojo se abalanzó sobre el regazo de Hanbin y lo besó, envolviendo sus manos en su cuello con cuidado de no lastimar su mano.
Lo besó de forma suave, disfrutando del sabor del pelinegro, sus lenguas teniendo una batalla. Aún recuerda cómo se había lanzado hacia el pelinegro en los baños de la universidad, había valido totalmente la pena.
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—¿Estás bien?— preguntó el pelinegro.
—Sí, es solo que ya sabes, han sido muchas cargas emocionales estos días: primero lo de Ricky, lo del Señor Wen, lo del ataque de –J... demasiado estrés— respondió el menor sentándose en el regazo de Heeseung.
—Lindo, no tienes que pensar en eso. Son tus amigos y está bien que te preocupes, pero tienes que estar bien aquí— tocó su frente—. Necesitamos que tu salud mental esté bien, ¿entiendes, hermoso?
El menor asintió, envolviendo sus brazos en el cuello del mayor, acercando sus labios a los de este, besando de manera suave y tierna, mientras el mayor acariciaba su delgada figura y él su sedosa cabellera.
Estaba feliz de tener al mayor a su lado, realmente le gustaba mucho Heeseung. Jamás pensó que estaría con alguien, por su personalidad siempre fue considerado egocéntrico, frío y asocial, pero el menor solo es un joven que se esconde dentro de un capullo para evitar ser lastimado.
