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Pasó un día después de aquella terrible plática con su hijo, donde se sinceró con todo lo que le había estado carcomiendo por años. Se quiso golpear a sí mismo por no haberlo sabido antes, por no haber preguntado antes.

Ha sido el peor padre.

Y a palabras de Max, las cosas seguirían así hasta que Charles se aburriera de él o quisiera darle una mala pasada y publicar el vídeo por pura diversión.

Tenía que haber una manera de sacar a su hijo de aquel lío sin poner su carrera en la línea.

Podría hablar con Charles —golpearlo hasta que borre el vídeo en todos los sitios que tenga—pero se metería en problemas (aunque unos cargos extra en su registro no harían mucha diferencia).

Otra era conseguir el móvil del monegasco, para nada una tarea fácil y borrar los videos de su hijo pero ¿cómo lo haría?

Denunciarlo a las autoridades sería lo mejor en realidad pero no estaba seguro de que funcionara, tendrían a su hijo en los reflectores y Charles podría...no sabe pero podría hacer algo para salirse con la suya.

Podría intentar la primera si la tercera no funcionaba, sí, tal vez eso haría.

Prometió con juramento que no diría a nadie (su ex e hija) dado a que no las quería poner incómodas y más por el estado de su hermana. Max se atrevió a entregarle su teléfono y mostrarle los mensajes amenazantes que habían en los chats. Charles Leclerc era un controlador y manipulador de manual, egocentrico y narcisista que escondía con una capa de ser encantador y risueño, ayudando el hecho de su visual atractivo; así había logrado pasar de largo.

Le dijo a su hijo que le mandara las capturas y que hiciera un vídeo de la pantalla deslizando sobre los chats y asegurándose de que el número del piloto tifosi se mostrase en ellos. Max al principio titubeó, asustado de las posibles consecuencias que traería denunciarlo, si las cosas se hacían públicas estaría en problemas. Su carrera al riesgo de caer.

Jos le prometió que no sería así, él pelearía con uñas y dientes por que todo saliera bien, haría lo imposible por proteger a su hijo, del cual había perdido su confianza desde tiempo y pensó que era mejor guardarse todo para sí mismo.

También lo puso al tanto de los posibles amoríos que el contrario tenía, mientras que Max no era permitido salir sin Charles—tenía la ubicación activada en todo momento y llamaba o enviaba mensajes con cierta regularidad,—el otro tenía total libertad de salir y divertirse sin pedirle permiso a nadie y por publicaciones en su cuenta alternativa se había dado cuenta de las docenas de deslices que tenía, hombres, mujeres, había de todo.

Jos se tomó el tiempo de preguntar si algo más había pasado entre ambos, querría decir, si Max había sido abusado nuevamente después de aquella ocasión en el hotel de São Paulo. Para su fortuna, Max negó, al parecer Charles no volvió a hacer ningún movimiento con él, sus fiestas servían para quitarse las ganas.

Ahora sabía algo más, no era como una obsesión compulsiva por un amor adolescente, Charles simplemente lo tenía por poder. El bicampeon llamaba la atención que deseaba tener por lo que uso la mala relación que él tuvo con su hijo en el momento para aprovecharse.

Como deseaba golpearlo.

Pero no tenía tiempo para eso. Aún no.

Ahora mismo hablaría con sus abogados para ser asesorado y crear un caso contra Charles que si todo salía acorde al plan, no llegaría a tribunales y si llegaba, intentaría que ningún Cotilla—también llamados periodistas— lo supiera. No le serviría a ellos ni a Charles.

Max se quedó en las instalaciones bajo el cuidado de Helmut, al cual incluso le tenía más confianza que al propio Christian con respecto a su hijo. Este señor le había dicho absolutamente todo lo que hablaba con él otro sobre su relación. Estaba tan agradecido.

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⏰ Última actualización: Jan 01 ⏰

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