Sígueme el Juego

Capitulo 5

—¡Eleanor! — escucho un grito furioso.

Antes que estuviera cerca de mí. Empecé a correr hasta poder llegar a mi habitación, digo nuestra habitación; esa habitación era para los dos. El seguía gritando mi nombre y yo aumentaba mi velocidad, Alan estaba persiguiéndome; diciéndome que no corriera.

Entro a la habitación y cierro la puerta, me apoyo en ella para evitar que entrara.

— ¡Eleanor abre esa puerta!

— Si me hablas con ese tono ¡No abriré¡— digo advirtiendo.

— Bien, pero abre ya la puerta.

Abro la puerta y la cierro inmediatamente. Se podía notar en su rostro que estaba cansado de haberme perseguido, pero estaba calmado.

— Ahora, ¿Qué quieres? — no quería verlo aquí.

— Porque te comportaste así con ella. Me puedes explicar.

— Pues... porque estoy en mi luna de miel y, creí estaba prohibido las visitas ¿Qué pasaría si la reina se entera?

— Eso no pasara, si esta prohibido, pero no debiste hablarle así.

— Ya hablé, ahora sal — señalo la puerta, quería que abandonara la habitación en ese momento.

— No, tenemos que hablar de algo serio — comento.

Pongo toda mi atención en el ¿acaso hablara sobre lo de anoche?

— Yo no te amo, estamos claro.

— Igual yo, no te amo. Además, no eres gran cosa — comento.

— A la que amo es a Grace, quería convertirla en mi esposa, pero mi madre se negó. Este matrimonio lo hice con el propósito de poder agradar a mi madre, yo le comenté a mi madre sobre ti, sabia que eras la hija de Lady Allen, tu madre. Yo le pedí a tu hermano y a tú padre que no te comentaran nada de mí. Este matrimonio solo fue para poder complacer a mi madre, no te amo y, lo que paso anoche no es nada. Este reino necesita un heredero.

Yo ya sabia que no me amaba, pero solo me esta utilizando para darle un heredero a este país y, el linaje real este asegurado. Igualmente, no será muy apresurado en engendrar al bebe real, el rey sigue vivo y su hijo es joven.

— Solo tienes que seguirme el juego, señorita Allen.

— ¿Fingir que somos una pareja feliz?

— Exacto.

Ya tenia el presentimiento que esta propuesta llegaría. Fingir a todo un país que somos una pareja feliz. Suena divertido.

— Solo pido una cosa.

— ¿Qué es?

— Ya no soy la señorita Allen, ahora soy la princesa de este país. Quiero que tu amante se mantenga lo más alejado de mí, no la quiero ver, si la veo, este juego tuyo se acaba ¿entendiste?

— Bien — respondió.

— Ahora, vete — le señalo nuevamente la puerta.

El cierra la puerta cuando sale. Y después entra Alan, cierra la puerta y se acerca a mí.

— ¿Está bien, majestad?

— Si, no te preocupes, solo hablé con el y lo puse en su lugar — sonreí.

— No deben pelearse. Las personas pensaran que algo pasa entre ustedes — comento.

— Alan, estoy encerrada en estas cuatro paredes, ni una hormiga podrá informar que algo le pasa a mi feliz matrimonio con el príncipe, tranquilo — digo —. Además, te pedí que me dijeras la vida de Grace.