Me aparté entre ellos. Ellos se miraron fijamente. El príncipe Jared se veía con una expresión tranquila en su rostro; pero Anthony era todo lo contrario, estaba enfadado e incómodo por su presencia. Por verlo de esa manera seguramente era capaz de golpearlo en el rostro.
Qué bonita reunión familiar.
— Es un gusto, verlo, majestad. Me encontré con su majestad y decidí preguntarlo por usted.
— Ya me tienes presente. ¿Sobre qué querías hablarme?
— Vine a visitarlo y a felicitarlo. Es algo que usted siempre deseó y por ser su.... Hermano —hizo una reverencia.
— ¿Te irás pronto, príncipe Jared?
Mire molesta a Anthony por hablar de esa manera. Aunque al él no le importo. Talvez está molesto conmigo por lo que le dije, pero no me arrepentía de nada. Decidí decirle a Jared que fuera al salón real y me esperara ahí. Él se puso serio a tal descortés pregunta que le hizo Anthony. Jared fue a salón real, mientras Anthony y yo nos quedamos ahí; solo los dos.
— ¿Cómo puedes actuar de esa manera? —pregunte en voz baja, pero Anthony si escucho mi pregunta.
— No la entiendo, mi reina. —se hizo el inocente —. Veo que le agrado la presencia del príncipe Jared, ¿o me equivoco?
— Es muy delicado y refinado, aunque verlo serio lo hace ver atractivo. —respondí. Anthony se quedó perplejo ante mis palabras —. Quería mi opinión acerca del príncipe Jared, ¿no, mi rey?
Lo vi apretar sus labios y mirar de lado. Hice una reverencia y me alejé de su lado. Fui hasta al salón real en donde me esperaba el príncipe Jared. Cuando llegue a la puerta, los guardias abrieron las puertas. Cuando entré, vi a Jared sentado esperando. Volteo al verme entrar. Me acerco a él y me pare frente a él.
— ¿Desea té? —fue lo único que se me ocurrió decir. Aunque es una persona que no es muy bienvenida de estar en palacio, no quería que se llevara una mala impresión de mí.
— Qué amable es usted, majestad. Por supuesto.
Llame a unas de las criadas que se encontraban dentro del salón real para que trajera te para el príncipe Jared. Asintió y se fue por el té.
— No fue muy bien recibido, alteza. Me disculpo por las palabras del rey.
— Hemos tenido unos inconvenientes en el pasado. No se disculpe en nombre de su majestad.
Yo asentí. La criada trajo en una tetera el té. Inmediatamente, sirvió una taza para el príncipe. Alteza agradeció con una amable sonrisa por la atención que le daba. Tomo un sorbo de su té.
— ¿Por qué no toma él té conmigo?
Tenía muchas preguntas por hacerle a su alteza, pero decidí no mencionarle. Me senté a su lado. Agarre el plato y sostuve el asa de la taza, tome un sorbo del té tibio.
— Majestad —llamo mi atención — ¿Hay algo que quiera preguntarme?
— No en realidad o no sé... Bueno... Yo....
— Puede preguntarme lo que sea — expreso —. Creo que se deberá estar preguntando por qué estoy aquí, ¿no, alteza?
— Si... Pero no quiero incomodarlo o si no me quiere....
— Su majestad y yo no tenemos un gran vínculo. —me interrumpió—Todas nuestras vidas la pasamos escuchando como nuestras madres se tenían odio y eso también los malos comentarios que tenían cada una de nosotros. Mi madre hablaba lo muy arrogante y mal que era Anthony..., digo su majestad. Y estoy seguro de que.... Su madre hablaba mal de mí — tomo un sorbo de su té y lo puso en la mesa de al frente —. Anthony y yo somos muy diferentes, aunque no lo conozco a la perfección. Es afortunado de tenerlo como esposa, le será de mucha ayuda, sin duda.
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Sígueme el Juego
Ficção HistóricaSer soltera es lo más horrible para una mujer. Ya que tu nombre seria la solterona del año. Eleanor Allen no quiere seguir llevando el título de solterona del año. Decide conseguir un esposo a como dé lugar, pero no hay el indicado para ella. Frustr...