—¿De qué hablaste con lord Allton?
—¿Umm?
—¿De qué hablaste con lord Allton? —repitió la pregunta.
No le tome importancia solo veía en la ventana para ver todas las cosas que habría durante el camino al otro palacio. No quería hablar con él, además no quiero sacar un tema de conversación con Anthony.
—¿Ahora te interesa lo que hable con mis invitados?
—Ten pregunte por curiosidad. Es algo tan sencillo, solo responde. — me hablo de forma exigente.
Yo seguía mirando en la ventana.
— Es descortés que no me veas cuando te hablo.
— ¿Te molesta que no te vea a los ojos? — El no respondió, solté una risa pequeña —. Que ridículo.
Deje de mirar la ventana para verlo. El seguía observando con esos ojos azules, parecía tierna su mirada; pero tenía cierto rasgo de seriedad en sus ojos. Pero no me intimida, solo me parece lindo y tierno como un cachorro.
— Pues si quieres saber de qué fue lo que hablamos con lord Allton... pregúntaselo. — dije como punto final a su respuesta.
En ese instante, Anthony me agarro de las muñecas acercándose a mi desafiante. Lo mire a los ojos, sus ojos tiernos me miraban.
— ¿Porque te comportas de una manera tan aniñada? — Sus labios se acercaban a los míos, pero guardaban su distancia. Podía sentir su respiración en mi rostro.
— Soy una princesa y también soy una Allen. — hable de manera seductora.
Nuestros labios se rozaron, no estábamos presionándonos los dos. Quería volver a sentirlo, pero quiero que el comience todo; pero él también quiere eso.
— Bésame.... Te detesto, pero te necesito.
La que dijo esas palabras no era mi yo real, era otra mujer que estaba desesperada por sentir nuevamente la sensación de satisfacción. Ya había hecho su cometido de excitarme al estar cerca de mí, ahora no debe ser tímido.
Me beso con desesperación. Yo lo deje seguir, quería que hiciera lo que sea con mi cuerpo, esta vez le daría permiso. No me importo su estábamos en un carruaje y con gente que podría escuchar lo que estábamos haciendo, no me importa.
Comenzó a bajar las mangas del vestido, sin parar de besarme con desesperación. Sonreí por la alegría que sus besos me daban. Levanto mi falda. Cerro las cortinas de las ventanas. Sus besos bajaron hasta mi clavícula. Gemí por la manera de cómo me hacía satisfacer.
— ¡Puedes dejar de besarme, por favor! ¡Ah-h! — lo dije entre gemidos. Quería que estuviera dentro de mí.
Me dio una sonrisa de satisfacción. Entro despacio, sin tratar de lastimarme. ¡Dios, extrañaba mucho esta sensación!
— No pensé que me extrañaras tanto, y así dices odiarme. — Me apego más a las paredes del carruaje.
Gemí alto cuando dio la primera estocada. Me agarré firmemente de sus hombros, envolví mis manos en su cuello. El me siguió embistiéndome, pero con más rapidez. Las ropas para nosotros se están volviéndose incomodas. Él se quitó la chaqueta quedando solo en camisa. Bajé mis manos hacia su espalada y comencé a agárrame de ella, lo apegué más a mí. Ya estábamos llegando al límite.
— ¡Ah!..¡ah...ah! ¡ah! — lo susurraba en su oído y eso lo hacía que me embistiera más rápido. Me curvee la espalda.
— ¡Eleanor! — dijo mi nombre entre gruñidos. Sujeto mi cadera.

ESTÁS LEYENDO
Sígueme el Juego
Ficção HistóricaSer soltera es lo más horrible para una mujer. Ya que tu nombre seria la solterona del año. Eleanor Allen no quiere seguir llevando el título de solterona del año. Decide conseguir un esposo a como dé lugar, pero no hay el indicado para ella. Frustr...