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|| 𝗡𝗢𝗕𝗢𝗗𝗬'𝗦 𝗟𝗘𝗧𝗧𝗘𝗥𝗦! ||

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 La fuga de la boa constrictor nos acarreó al castigo más largo de nuestra vida.

  Cuando nos dieron permiso para salir de la alacena ya habían comenzado las vacaciones de verano y Dudley había roto su nueva filmadora, conseguido que su avión con control remoto se estrellara y, en la primera salida que hizo con su bicicleta de carreras, había atropellado a la anciana señora Figg cuando cruzaba Privet Drive con sus muletas.

 Harry y yo nos alegrabamos de que el colegio hubiera terminado, pero no había forma de escapar de la banda de Dudley, que visitaba la casa cada día. Piers, Dennis, Malcolm y Gordon eran todos grandes y estúpidos, pero como Dudley era el más grande y el más estúpido de todos, era el jefe. Los demás se sentían muy felices de practicar el deporte favorito de Dudley: cazar a Harry, en mi caso, perseguirme.

Por esa razón, pasábamos tanto tiempo como nos resultara posible fuera de la casa, dando vueltas por ahí y pensando en el fin de las vacaciones, cuando podría existir un pequeño rayo de esperanza: en septiembre Harry estudiaría en secundaria y, por primera vez en su vida, no iría a la misma clase que nuestro primo. Dudley tenía una plaza en el antiguo colegio de tío Vernon, Smelting. Piers Polkiss también iría allí. Harry, iría a la escuela secundaria Stonewall, de la zona, pero en cambio, yo iría a un colegio para corregir mis modales; un colegio de monjas. Dudley encontraba estos hechos muy divertidos.

― Allí, en Stonewall, meten las cabezas de la gente en el inodoro el primer día ―dijo Dudley a Harry.― ¿Quieres venir arriba y ensayar? ―
―No, gracias ―respondió Harry-. Los pobres inodoros nunca han tenido que soportar nada tan horrible como tu cabeza y pueden marearse.― Luego salió corriendo antes de que Dudley pudiera entender lo que le había dicho, yo solo reí burlonamente
― Sabes, podrías ensayar tus modales ―sonreí con sorna-. Mejor ve arriba a ensayar ―le dije desafiante a Dudley
― Mira quién habla, que bien que vayas a un colegio de monjas para corregir tus modales―comenzó a reír― Con el complejo de hombre que tienes― Harry, que estaba muy enojado, y se puso frente a mí
―¡Ella no necesitá ir a ese colegio!, Kathe es buena y educada con los que se lo merecen, y...―Harry no sabía que más decir...― ¡Y ella no tiene complejo de hombre, solo se defiende!― felizmente mire a Harry,  Dudley le sacó la lengua y prefirió dejar la conversación, y estaba llendo a buscar bocadillos a la cocina

― Muchas gracias Harry ―. Estaba feliz del hecho de que Harry me defendiera...
―No hay problema, de igual manera eres tú la que siempre me defiende...―
―Emm, ¿terminaron?― Dudley se había asomado a la puerta
―Sí―conteste de mal humor
―Mamá dice que vayas a lavar los platos―me hizo una mueca burlona, suspire exhausta y me dirigí a la cocina.

...

Un día del mes de julio, tía Petunia llevó a Dudley a Londres para comprarle su uniforme de Smelting, dejándonos a Harry y a mí en casa de la señora Figg. Aquello no resultó tan terrible como de costumbre. La señora Figg se había fracturado la pierna al tropezar con un gato y ya no parecía tan encariñada con ellos como antes. Dejó que viéramos la televisión y nos dio un pedazo de pastel de chocolate que, por el sabor, parecía que había estado guardado desde hacía años.

𝓓ayligth || 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora