|| 𝓚atherine 𝓟otter ||
«Las almas gemelas se encuentran, ya que tienen el mismo escondite...» me decían
«¿Un Slytherin y una Gryffindor pueden estar juntos?» esa pregunta resonaba en mi cabeza...
Dos mellizos sobrevivieron al Señor de las Tiniebla...
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...
Durante los días siguientes, kate pasó bastante tiempo esquivando a Gilderoy Lockhart cada vez que lo veía acercarse por un corredor. Pero más difícil aún era evitar a Colin Creevey, que parecía saberse de memoria el horario de los mellizos. Nada le hacía tan feliz como preguntar «¿Va todo bien, Harry, Katherine?» seis o siete veces al día, y oír «Hola, Colin» en respuesta, a pesar de que la voz de Harry en tales ocasiones sonaba irritada. Kate intentaba de convencerlo diceindole :«Somos sus ídolos, ten paciencia». Pero no funcionaba.
Hedwig seguía enfadada con Harry a causa del desastroso viaje en coche, y la varita de Ron, que todavía no funcionaba correctamente, se superó a sí misma el viernes por la mañana al escaparse de la mano de Ron en la clase de Encantamientos y dispararse contra el profesor Flitwick, que era viejo y bajito, y golpearle directamenteentre los ojos, produciéndole un gran furúnculo verde y doloroso en el lugar del impacto.
Así que, entre unas cosas y otras, Kate se alegró muchísimo cuando llegó el fin de semana, porque Harry, Ron, Hermione y ella habían planeado hacer una visita a Hagrid el sábado por la mañana.
Pero Katie Bell, cazadora del equipo de Gryffindor, despertó a Kate con un zarandeo varias horas antes de lo que ella habría deseado.
— ¿Qué sucede? —preguntó Kate aturdida.
— ¡Entrenamiento de quidditch! —respondió ésta de mala gana—. Wood tiene nuevas tácticas...
Kate miró por la ventana, entornando los ojos. Una neblina flotaba en el cielo de color rojizo y dorado. Una vez despierta, se preguntó cómo había podido dormir con semejante alboroto de pájaros.
— Katie —observó Kate con voz ronca—, si todavía está amaneciendo...
— Lo sé —respondió Bell. Era una muchacha alta y rubia. Sus ojos castaños, exclamaban seguir durmiendo—. Forma parte de nuestro "nuevo programa de entrenamiento".
Bostezando y un poco temblorosa, Kate saltó de la cama e intentó buscar su túnica de quidditch
— Nos veremos en el campo dentro de quince minutos...— y se alejó sin más. Encima de la túnica roja del equipo de Gryffindor se puso la capa para no pasar frío, se colocó el gorro de lana que le obsequió Malfoy, y garabateó a Hermione una nota en la que le explicaba adónde había ido.
No se podía ir, observó la carta que Draco le había entregado y se la llevó dentro de la capa. Estaba dispuesta a pasar, por lo menos un día, pascua con Draco y sus padres. Bajó a la sala común por la escalera de caracol, con la Nimbus 2.000 sobre el hombro. Al llegar al retrato por el que se salía, oyó tras ella unos pasos y vio queHarry bajaba las escaleras de malhumor. Colin Creevey bajaba las escaleras corriendo, tras él, con la cámara colgada del cuello, que se balanceaba como loca, y llevaba algo en la mano.
