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|| 𝐃𝐈𝐀𝐆𝐎𝐍 𝐀𝐋𝐋𝐄𝐘! ||

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Los útiles escoleres para Hogwarts

Un mundo lleno de caramelos, lirones, gatos y magía. Katherine vió un pequeño gato que paseaba de un lado al otro, y, se colocó enfrente suyo, y dijo: ― Despierta, Kath despiertate ―
― ¿Qué?―. preguntó extrañada―. Los gatos no hablan
― ¡Kath, despiertate ahora― Harry la despertó de un grito, y ella se levantó de golpe, chocando con la cabeza de su hermano.
― ¡Auch!, ten más cuidado―dijimos al mismo tiempo, de fondo se escuchaba la risa de Hagrid. Hagrid continuó riendo
― Es algo gracioso que hablen al mismo tiempo, pero es algo escalofriante―
― No es tan escalofriante―dijieron al únisono, Hagird se espanto un poco
― Bueno, recojan sus cosas. Tenemos muchas cosas que hacer hoy. Debemos ir a Londres a comprar todas las cosas del colegio.―
― Hagrid, aquí hay una lechuza― comentó Katherine, acariciandola.
― Págale ―.
― ¿Qué? ―dijo Harry confundido.
― Quiere que le pagues por traer el periódico. Busca en los bolsillos.―

El abrigo de Hagrid parecía hecho de bolsillos, con contenidos de todo tipo:manojos de llaves, proyectiles de metal, bombones de menta, saquitos de té...
Finalmente Harry sacó un puñado de monedas de aspecto extraño.-Dale cinco knuts -dijo soñoliento Hagrid.
¿Knuts?―preguntaron. Harry estaba dando la vuelta a las monedas mágicas y observándolas. Acababa de pensar en algo que le hizo sentir que el globo de felicidad en su interior acababa de pincharse
― Mmh... ¿Hagrid? ―Harry cambió su expresión.
― ¿Sí? ―dijo Hagrid, que se estaba calzando sus colosales botas―. Nosotros no tenemos dinero y ya oíste a tío Vernon anoche, no va a pagar paraque vayamos a aprender magia―
―¿Qué dices?― Katherine de su mochila, sacó un frasco de vidrio, lleno con todos sus ahorros. 
Los mellizos se las habían estado ingeneneando para conseguir más dinero; haciendo tareas, vendiendo peluches y objetos viejos de Dudley...

―Pueden intercambiar su dinero por dinero de magos. Pero es preferible que saquen de su boveda. Después de todo, son sus ahorros―
― ¿Tenemos boveda? ― preguntaron. Hagrid, poniéndose de pie y golpeándosela cabeza.
― ¿No creerán que sus padres no les dejaron nada?―
― Pero si su casa fue destruida... ―dijo Katherine triste, mirando a Harry.
― ¡Ellos no guardaban el oro en la casa, muchachos! No, la primera parada para nosotros es Gringotts. El banco de los magos. Coman unas salchichas, frías no están mal, y no me negaré a un pedacito de su pastel de cumpleaños. ―
― ¿Los magos tienen bancos?-
―Sólo uno. Gringotts. Lo dirigen los gnomos.― Harry dejó caer el pedazo de salchicha que le quedaba. ―
― ¿Gnomos? ― Harry y Katherine estaban confundidos
― Ajá... Así uno tendría que estar loco para intentar robarlos, puedo decírselos. Nunca se metan con gnomos quieras guardar. Harry, Kath. Gringotts es el lugar más seguro del mundo para lo que quieras guardar, excepto tal vez Hogwarts... Por otra parte, tenía que visitar Gringotts de todos modos. Por Dumbledore. Asuntos de Hogwarts. ―Hagrid se irguió conorgullo―. En general, me utiliza para asuntos importantes. Buscarlos ... sacar cosas de Gringotts... él sabe que puede confiar en mí ―.
― ¿Lo tienen todo? Pues vamos. ―Harry y Katherine siguieron a Hagrid fuera de la cabaña. El cielo estaba ya claro y el mar brillaba a la luz del sol. El bote que tío Vernon había alquilado todavía estaba allí, con el fondo lleno de agua después de la tormenta.
― ¿Cómo llegaste aquí?―preguntó Harry; mirando alrededor, buscando otro bote.
― Volando ― dijo Hagrid
― ¿Volando ― lo miraron con sorpresa
― Sí... pero vamos a regresar en esto. No debo utilizar la magia, ahora que ya los encontré.― Subieron al bote. Harry todavía miraba a Hagrid, tratando de imaginárselo volando―. Sin embargo, me parece una lástima tener que remar ― dijo Hagrid, dirigiendoles una mirada de soslayo―. Si yo... apresuro las cosas un poquito, ¿les importaría no mencionarlo en Hogwarts?―
― Por supuesto que no ― respondieron, deseosos de ver más magia. Hagrid sacó otra vez el paraguas rosado, dio dos golpes en el borde del bote ysalieron a toda velocidad hacia la orilla.
― ¿Por qué tendría que estar uno loco para intentar robar en Gringotts?- preguntó Harry.
― Hechizos... encantamientos ―dijo Hagrid, desdoblando su periódicomientras hablaba—...
― ¡Oh!―
―Dicen que hay dragones custodiando las cámaras de máxima seguridad. Y además, hay que saber encontrar el camino. Gringotts está a cientos de kilómetros por debajo de Londres, ¿saben? Muy por debajo del metro. Te morirías de hambre tratando de salir, aunque hubieras podido robar algo.―
― ¿Dragones?, ¡quiero ver uno!―. A Katherine le brillaban los ojos.
Harry permaneció sentado pensando en aquello, mientras Hagrid leía superiódico, El Profeta. Harry y Katherine habían aprendido de tío Vernon que a las personas les gustaba que las dejaran tranquilas cuando hacían eso, pero era muy difícil, porque nunca había tenido tantas preguntas que hacer en su vida.

𝓓ayligth || 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora