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Narras tu:

Me desperté sola, que raro, Lupita siempre me despierta, me senté en mi cama, no había nadie más en el cuarto, entro de golpe mi perro y se me subió encima y me empezó a lamer la cara, mire un reloj de madera que tenía en mi cuarto, mis ojos se abrieron, ¡1:00 de la tarde! ¿Por qué nadie me levanto? ¿Que pasaría?

Fui y de detrás de una cabeza de vaca que tenía de decoración, de detrás de ella tome una pistola, algo debe haber pasado, me levanté aún con mi pijama de dinosaurio y abrí la puerta, una mucama que estaba limpiando un florero en el pasillo me miró con un poco de miedo y rareza.

Ay que vergüenza, guarde el arma y disimulé.

- Em... ¿No está la Lupe por aquí? Es que le quiero jugar una broma.

Mucama: No, le dieron órdenes de no despertarla hasta tarde, de echo le dieron día libre.

- Oh... A bueno pues :3

Mucama: ¿Es de juguete verdad? —Su mirada no se apartaba del arma.

- ¡P-pues si! ¿Cómo voy a andar por ahí con una pistola? ¡No seas ocurrente! Es de... ¡Balines, si es de balines! —Tartamudee un poco.

Mucama: Ah... Bueno, tenga buen día.

Y con eso se fue, ¡Ay! Que vergüenza, ¡Todavía tengo pijama de dinosaurio wey! Me fui a cambiar, pensé: "que raro, mi abuelo siempre pide que me levanté temprano para que me aliste desde temprano".

Ya con una camisa blanca cualquiera, unos pantalones de campana/vaqueros y unos tenis blancos Nike con azul marino baje. Me puse una pulsera azul marino que me regaló Cristina borracha, de echo quien sabe que paso con ella.

Saque mi celular del bolsillo del pantalón, lo prendí y tenía como 500 notificaciones de felicitaciones, invitaciones a festejar los 18, y de la familia de mi papá esas las ignore, siempre me traen malos recuerdos, aunque agradezco que se acuerden, detuve mi caminar, lo pensé, les di like a las felicitaciones, después oi como mi perro corría hacia a mi, sin querer se cayó.

Rei y los dos bajamos las escaleras.
Estoy de muy buen humor.

Llegué a la puerta de la terraza y me senté en una mesa de madera bajo una palmera a ver cómo mi perro jugaba con las olas. Y me puse a desayunar.

Me taparon los ojos.

?: ¿Quién soy?

- Mi comadre, mi mejor amigo.

?: ¡Chingada madre! ¿Cómo supiste?

- Siempre usas de la misma colonia, aún ciega sabría que eres tu Mario

Mario: Ah.

Les presento a Mario González Avitia, uno de mis mejores amigos, el es hijo de otro socio de mi abuelo, el se había ido de viaje a Italia, lo extrañe.

- Te extrañe estúpida.

Mario: Y yo a ti babosa.

Nos abrazamos.

- ¿Qué hiciste en tu viaje de revelación espiritual y de chacras y no se que chingados? —El, frunció el seño.

Mario: Me hice más gay de lo que ya era, los italianos son hermosos amiga, pa' la próxima tienes que ir, así te coges a uno-

Le di un sape.

- ¡Cómo chingas! ¿Haber, nomás viniste a hacerme esa propuesta?

Mario: La pregunta ofende, no, vine por qué alguien ya es mayor de edad. Te traje un regalo digno de una reina, China.

•Ella Llegó En Una Troca Blanca• (countryhumans) [En Edición Y En Curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora