Capítulo 16: La mudanza

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Nico finalmente había decidido mudarse a su propia casa, si bien amaba a su familia, quería tener algo más de independencia. Había estado buscando el lugar perfecto durante semanas, y finalmente lo había encontrado. Quedaba cerca del complejo deportivo, era espacioso y a la vez acogedor; pero lo más importante: tenía un bonito y amplio jardín. A él le encantaban los espacios abiertos, el verde y las flores, por eso se había decantado por una casa en vez de un apartamento, además podría pedirle a Jude que trajera a Merengue a corretear por el patio. Si, a pesar de su resistencia en un principio a tener un gato, el moreno se terminó encariñado con él, tanto así que cuando Nico le contó que se mudaria a una casa propia y ahora si podía tenerlo, Jude se negó, con la excusa de que el michi ya se había acostumbrado a su casa y mudarse lo estresaría. Tal vez podrían llegar a un acuerdo de régimen de visitas, pensó divertido.

El día de la mudanza llegó y Jude se ofreció a ayudarlo. Sin embargo, para su sorpresa, al llegar al lugar se encontró con que Arda también estaba allí.

Durante la mudanza, no pudo evitar notar la cercanía entre Nico y el otro alfa. Cada vez que Arda se acercaba al rubio para ayudarlo a mover una caja o montar un mueble y aprovechaba la situación para sonreírle coquetamente o rozar la mano del beta, Jude sentía un nudo en el estómago. Intentaba disimularlo concentrándose en su propia tarea, pero sus ojos siempre volvían a lo que fuera que estuvieran haciendo los otros dos.
Aunque intentaba ocultarlo, su comportamiento lo dejaba en evidencia,   volviéndose incluso algo infantil, marcando territorio discretamente; a veces no tan discretamente, y buscando la atención de Nico cada vez que podía, tratando de ser él quién lo ayudara.

Arda por su parte parecía disfrutar de la situación, provocando sutilmente a Jude. Nico, en cambio, parecía estar ajeno a la tensión entre los dos, concentrándose en la mudanza y agradeciendo la ayuda de ambos.

Más tarde, mientras tomaban un descanso, Jude observó a Nico y Arda sentados juntos en el piso, el rubio estaba tomando un trago de su botella de agua y el turco no dudó en tomarla de su mano y darle él también un trago del pico mirándolo a los ojos. El argentino lo miró con falsa indignación, acto seguido Arda se inclinó para decirle algo al oído, haciendo que Nico le diera un suave codazo en el costado mientras ambos reían de forma complice. Jude sintió una punzada de celos, comenzaba a sentirse la tercer rueda y no le gustaba para nada. Sin pensarlo, se acercó a ellos, interrumpiendo su conversación y se sentó entre ambos con su mejor sonrisa fingida, poniendo su mano sobre la rodilla flexionada de Nico como un sutil e inconsciente reclamo de propiedad. El rubio tuvo que tragarse la risa que amenazaba con salir al ver el comportamiento un tanto posesivo del mayor.

Parecía que Arda tenía razón.

Hace unos días, el menor había confrontado a Nico para preguntarle acerca de sus sentimientos hacia Jude. Había notado el comportamiento de ambos en varias ocasiones, y más aún en la fiesta de Tchouaméni, donde ambos habían estado bastante cercanos de forma “no tan amistosa”, más específicamente cuando Nico se había sentado en el regazo de Jude y éste se había comportado como un novio cariñoso con él. Había que ser ciego para no notarlo.

Nico, quién no servía para mentir, terminó confesando su enamoramiento hacia Jude. Arda lo entendió. Él sentía un pequeño crush por Nico, tal vez generado por la amabilidad del argentino hacia él, y bueno, también por su belleza, claro, pero entendía que lo que sentían Nico y Jude el uno por el otro era más fuerte y, priorizando su amistad, decidió dar un paso al costado.

Sin embargo, como muestra de buena voluntad, le propuso un plan para conquistar a Jude: darle algo de celos, la vieja confiable. Aunque al principio Nico estaba inseguro, Arda le aseguró que esto podría hacer que el mayor se diera cuenta de sus propios sentimientos, o mejor aún, tomara coraje para decidirse.

Así que, durante la mudanza, actuaron más cercanos de lo usual, provocando los celos de Jude. Aunque Nico se sentía un poco culpable por provocar al mayor, no pudo evitar sentir cierta satisfacción al ver que su plan parecía estar funcionando. Después de lo que había pasado en la fiesta de Tchouaméni se sentía optimista respecto a los sentimientos de Jude hacia él, aunque bien puede que el comportamiento del mayor haya estado algo influenciado por los tragos, pero él moreno parecía estar en sus cinco sentidos, y él era fiel creyente de que el alcohol no hace más que sacar a la superficie lo que tenemos dentro y no nos atrevemos a expresar.

Ahora todo lo que quedaba era esperar y ver cómo reaccionaría. Nico esperaba que Jude se sincerara con sus sentimientos y que pudieran hablar sobre ellos. Al fin y al cabo, él estaba dispuesto a luchar por lo que sea que hubiera entre ellos.

Jude por su parte, a pesar de los celos que amenazaban con invadirlo, se esforzó por ayudar con la mudanza. Después de todo, quería que Nico se sintiera cómodo y feliz en su nuevo hogar.  





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El partido contra el Cádiz estaba en pleno apogeo, pero Jude estaba luchando con sus propios conflictos internos, sus sentimientos comenzando a afectar su juego.

En varias ocasiones durante el partido, Jude tuvo la oportunidad de pasarle la pelota a Arda, pero en lugar de eso, optó por jugadas más arriesgadas o pasó la pelota a otros compañeros de equipo. Su comportamiento no pasó desapercibido. Los entrenadores y algunos de sus compañeros de equipo comenzaron a notar su reluctancia a trabajar con el jugador turco.

En un momento, Jude tuvo la pelota y Arda estaba en una excelente posición para recibir un pase y marcar un gol. Pero en lugar de pasarle la pelota, el inglés decidió intentar una jugada individual que resultó en la pérdida de la pelota.

Sus compañeros estaban algo confundidos  por su comportamiento, no entendían por qué estaba evitando a Arda, y su forma de actuar estaba afectando el rendimiento del equipo.

Por su parte, Arda parecía desconcertado y un poco molesto por la actitud de Jude. Intentó hablar con él durante el medio tiempo, pero éste se mantuvo evasivo, insistiendo en que solo se estaba concentrando en el juego.

Pero en el fondo, Jude sabía que sus acciones eran impulsadas por sus celos no resueltos. No le gustaba la idea de Nico y Arda siendo cercanos, y estaba permitiendo que esos sentimientos afectaran su rendimiento en el campo, no se estaba comportando de forma profesional y sabía que estaba equivocado; pero no podía evitarlo, su coherencia a veces no funcionaba cuando se trataba del rubio.

Tony Kroos, el veterano futbolista había notado la tensión entre los dos alfas en el campo, él sabía que era por Nico, había sido testigo de lo que pasaba entre el argentino y Jude, por otro lado pudo notar que Arda también tenía interés en él rubio y, aunque no era su estilo meterse en los asuntos personales de sus compañeros, esta vez sintió que tenía que intervenir. Así que cuando entró a los vestuarios se dirigió a Jude y le pidió que se quedara un rato más para tener una conversación.

–we need to talk Jude–

Jude no podía decir que lo tomó por sorpresa, el alemán era un referente en el vestuario, y obviamente habría notado su actitud con su compañero. Lo que sí lo tomó por sorpresa fue que le hablara sobre su relación con Nico. Él esperaba un sermón acerca de su falta de profesionalismo, no de su vida sentimental. Cuando el mayor comenzó a llevar la charla desde su falta de compañerismo con Arda hacia su relación con el beta, Jude no sabía dónde meterse ¿tan obvio estaba siendo? Y si, él sabía que el mayor los había visto besándose en el vestuario, pero creyó que los tres habían hecho una especie de acuerdo tácito de fingir demencia respecto a eso.

La conversación terminó con un pedido de disculpas de parte del menor, pero las palabras del alemán quedaron resonando en su cabeza el resto del día

"Nico es un chico muy bonito y agradable al que no le faltarán pretendientes, si no das un paso al frente, alguien más lo hará, y vas a tener que convivir con eso"

Sabía que tenía razón, pero también sabía que admitir sus sentimientos por Nico cambiaría todo.

Sin embargo, la idea de perderlo por no actuar le daba más miedo que cualquier cambio. Y la sola idea de que otro hombre le pusiera un dedo encima a su rubio lo hacía prenderse fuego por dentro, no podía seguir engañandose a sí mismo.

“No puedes ignorar tus sentimientos para siempre, y si realmente te importa Nico, no deberías. Se que es complicado pero sabes que tienes nuestro apoyo."

Quizás era momento de dejar de ser un cobarde.

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