«Por favor, contéstame la llamada, responde mis mensajes. Solo presiona ese botón verde y déjame hablar contigo, te lo suplico».
—No…—murmuro derrotado, escuchando por sexta vez el buzón de voz—. ¿Por qué?
—Porque no te quiere—dice Shara, entrando a mi habitación enojada.
—Hillary sí me quiere—defiendo su persona, aunque mi voz se ahoga un poco—. Ella lo hace—esto suena más un consuelo superficial que a una certeza mía.
Shara suelta una risa seca, a la vez que niega con la cabeza.
—Si te quisiera no te hubiera cambiado por esa perra de Marisol—finaliza poniendo una mueca de asco—. Ni a mí tampoco.
Entiendo que esté igual de herida que yo, ya que Hilly tampoco responde sus mensajes ni llamadas. Es como si dejáramos de existir para ella de un momento a otro, tirando nuestra amistad al río del olvido.
Ella aún no lo puede creer. Se la ha pasado dando vueltas por la casa tirando teorías del verdadero por qué. Aún no lo asume, igual que yo.
En mi caso, estoy aturdido por la repentina ruptura que no se terminó de concretar, debido a que jamás dijo que terminaba conmigo porque la charla quedó pendiente hace poco más de tres días.
—¿Será que su teléfono se rompió?—pregunto incrédulo en voz alta, haciendo que mi mejor amiga me lance una almohada con toda su furia.
—¡No te quiere contestar las putas llamadas, reacciona!—grita enfurecida, poniendo su rostro tan rojo como su cabello.
No me inmuto en su grito y enojo, al igual que ignoro el pesimismo que carga sus hirientes palabras. Entiendo lo que le deba doler esto, ambas chicas se acercaron mucho desde su “pelea” en la cafetería.
Fueron amigas por corto plazo, pero prácticamente pasaban todo el tiempo juntas; incluso Hilly me confesó que se dijeron muchos secretos que no le habían dicho a nadie más. Eso aumenta exponencialmente el cariño que se tenían.
Pero desde que volvió Marisol, una nube negra se ha pasado arriba nuestro, obstaculizando el camino y haciendo que nos alejemos por la densidad de la neblina que creaba dicha nube.
—¿No fueron al café?—me pregunta Shara, pero niego lentamente.
—Hoy no y es raro porque es domingo.
—Hillary debe estar cambiando la rutina de la zorra oxigenada para no ir al café.
—Lo dudo, siempre es al revés—confieso y Shara me mira con desentendida—. Hilly me contó que Marisol suele manipular a sus amigas para ir a lugares o hacer otras cosas, claro que no usó la palabra “manipular” sino “convencer”, pero tú sabes cómo son las personas como Marisol.
—Es cierto…—murmura rendida, acostándose en mi cama—. ¿Tu madre está mejor?—pregunta luego de un rato.
—Mejor que nunca—digo sonriendo—. Al parecer lo de papá la hizo más fuerte, ya que ahora se mueve por toda la casa haciendo los quehaceres y no le gusta estar acostada.
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Algo más que amigos [COMPLETA]
Teen FictionA Hillary jamás le interesó el romance. Piensa que simplemente no es para ella, jamás sintió algo parecido a un enamoramiento, tampoco experimentó las mariposas que nacen del amor. Este sentimiento es como un tipo de gripe el cual no quiere pillar...