La droga más fuerte de un humano es otro humano

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Danilo Sánchez

Habían pasado dos semanas de lo que pasó con Candela, y no me habían dado los huevos para ir a hablar ni con ella ni con el cochi. No me podía sacar a la wacha de cabeza, no podía, y no sabía por qué, por qué me costaba tanto, si yo nunca había tenido a alguien cómo ella.

- ¿Que le hicieron a Candela? - Dije entrando a la casa del cochi.
- Tranquilo uruguayo, vo' no podés saber nada de esto - Me respondió el cochi.
- No me importa si no puedo saber, decime que le hicieron salame.
- Acá no vas a venir a hablar así ¿me escuchaste pibito? Raja para tu casa dale.
- Yo no me voy hasta que no me digan nada de Candela.
- Uruguayo, no te metas en dónde no te llaman - El cochi sacó un arma del bolsillo, me estaba amenazando, así que no dije nada y me fuí.

(...)

- Hey nene, vení para acá - Escuché que me dijeron, era el cachucha, un pajero que todos conocíamos.
- ¿Que quere'?
- Necesito que me haga' un favor.
- No tengo plata - Le dije en seco.
- Yo tampoco, pero tengo falopa ¿quere'?
- ¿Que me vas a pedir? - El cachucha se quedó callado y me dió a entender lo que quería hacer, quería que lo toque.
- Dame lo mío primero - Le respondí.
- Toma - Me dijo, y me dió tres bolsas de cocaína, pero cómo no soy ningún salame, le pegué en la pierna y me fui corriendo con la droga que me dió.

Candela Olivera

Las últimas dos semanas había quedado muy mal por lo que había pasado con mi tía, no sabía que quería decir con lo que hizo, y obviamente mis viejos no me iban a contar nada, ni siquiera hablaban del tema, tampoco salía de mi casa para no cruzarme al cochi, o a Danilo, no quería ver a ninguno de los dos, pero como siempre el camino nos reunía, o al menos al uruguayo y a mí.

- ¡Hola Cande! ¿Cómo andas hija? - Era Adriana, la mamá de Carlos, me la había cruzado mientras iba a comprar.
- Hola Adri, ¿todo bien vos? - Le respondí.
- Bien acá comprando para comer.
- Si yo también venía por lo mismo, ahora que te encuentro, ¿te puedo preguntar algo?
- Si Cande ¿que pasa?
- ¿Lo viste al uruguayo en estos días?
- No, no se nada del uruguayo ahora que me lo mencionas, porque como Carlos se va a jugar a boca nunca lo vemos... Pero debe estar en su casa.
- Si, seguro que si, bueno Adriana, muchas gracias, nos vemos.
- Nos vemos Cande.

Aunque las cosas con Danilo no habían terminado bien, cómo ya dije antes, siempre de una manera nos volvemos a encontrar.
Estaba yendo a comprar a otro local cuándo lo veo en una esquina tirado, y cómo soy una tonta que no sabe distanciarse de el me acerqué.

- ¿Danilo? ¿Estás bien? - Le dije mientras me sentaba al lado de el y le tocaba la cara. Tenía todos los ojos rojos, y estaba re volado - ¿Danilo vos te drogaste?
- ¿Que deci'? Déjame tranquilo wacha... - Me respondió, pero estaba mareado.
- ¿Danilo vos tomaste cocaína? - Le volví a preguntar cuándo ví bolsitas blancas y una tarjeta.
- si, yo tome cocaína ¿algún problema?
- Si Danilo, obvio que hay un problema, mírate estás todo así nomás, transpirado, en una esquina, aparte me prometiste que no lo ibas a hacer.
- Yo nunca le prometí nada a nadie nena, te ilusionaste sola.
- Pero Danilo, somos amigos  - Le dije sollozando.
- No Candela, no somos amigos ¿no te das cuenta que te tengo unas re ganas? ¿que cada vez que estábamos juntos me alegrabas el día? Pero vos la cagaste sola acusándome con lo del cochi y de tu tía, no quiero saber nada con vos, nada, no sé qué era lo que teníamos pero se terminó.
- Danilo ni sabes lo que decís, estás bajo los efectos de la cocaína, todo lo que decís es mentira.
- No, no es mentira nena, ¿me querés hacer el favor de irte? Yo confíe en vos y me pagaste desconfiando de mi.

No le dije nada, nomás lo quedé mirando fijo, agarré mis bolsas y me fui, pero mientras el hablaba agarré las bolsas de cocaína. En el camino me quedé pensando en que ahora yo la había cagado, pero el me dijo que no quería saber nada más conmigo, y no podía obligarlo. Sigo pensando en que fuimos muy rápido y que tendríamos que haber esperado más, porque no estamos hechos uno para el otro, no funcionamos juntos, y es algo de lo que me había dado cuenta tarde, porque yo ya me había enganchado con el.
Cuándo iba de vuelta para mí casa, me distrajo un silbido y me di vuelta para ver quién era.

- ¿Que hace' linda? - Me dijo un chico.
- ¿Que querés? - Le respondí, no tenía ganas de hablar por lo de Danilo, y ni sabía quién era.
- Buenoo, no me respondas así hermosa, ¿vo' sos la novia del uruguayo, no?
- No, no soy la novia del uruguayo, ¿vos quien sos?
- Hernán me llamo, ¿no te acordás de mí?
- No, la verdad que no tengo idea de quién sos, me tengo que ir.
- Espera espera, te quería decir que hoy a la noche vamos a hacer una joda, si querés venir, ya se que ni me conoces pero vamos todos los del colegio.
- No, no estoy para esas cosas, gracias igual.
- Daa, vení, vas a ver qué la pasamos re bien.
- ¿Y dónde es?

(...)

- ¿Y cómo te fue Hernán? - Le preguntó el cochi.
- Me preguntó dónde era, le dije que acá pero se ve que no conoce.
- Bien, después te damos lo tuyo.
- ¿Y pero como vamo' a hacer? Nos va a reconocer la pibita - Dijo Jorge.
- Vamo' a hacer una joda de verdad, Hernán vos la tenés que dormir con lo que te vamos a dar, nosotros vamos a estar adentro y ella en ningún momento nos va a ver.
- Sigo sin entender qué querés de la pibita - Dijo Jorge.
- Esa chica va a pagar por lo que hizo su familia, la voy a matar, así de simple y sencillo.
- Es una locura lo que querés hacer cochi.
- Lo decís cómo si nunca hubiésemos matado a alguien Jorge.
- Pero nunca matamos a una nena de quince años.
- Y bueno, será la primera vez.

𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐕𝐎𝐒  | Danilo Sánchez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora