Usado. Una palabra precisa en donde él se identificaba, se sentía como si fuera un juguete desechable, tanto fue sus desiciones que lo llevaron a la perdición, todo por poder, todo por querer...¿destacar?Querer demostrarle a los demás que tienen que temer por él, rogar por sus almas... tal acción le daba satisfacción. Pero, al parecer no salió tal lo planeado.
El trato parecía tentador en un principio. Anhelaba ascender en las filas infernales, superando a sus rivales y reclamando un lugar junto a los overlods más poderosos del infierno. Sin embargo, lo que había comenzado como un camino hacia el poder pronto se convirtió en una prisión de su propia creación. Cada tres veces a la semana, cuando las sombras lo envuelven como si se formara un collar, siente cómo su esencia es arrastrada hacia la voluntad de Lilith, su cuerpo convertido en un títere en manos de la reina del infierno, utilizado para complacer a tipos cachondos.
Su subconsciente le reclama y lo llama estúpido, al pensar que hacer un trato con la esposa del rey del infierno lo haría más poderoso...
Solo alguien tan desesperado como él lo aceptaría.
— Te portaste muy bien lindura —lo de siempre, un demonio como cualquiera que salía de su interior, asquerosamente llenándolo por completo.
Su cuerpo estaba desgastado, apenas podía moverse y era normal después de todo. Tener sexo más de 5 veces al día lo dejaba sin motivación de querer terminar el día con las pocas fuerzas que le quedaba.
Era un viernes, encerrado en la misma habitación desde que inició con el dicho trato, ya era costumbre que se supiera de memoria la cantidad de hojas que había en ese árbol.
Sus orejas se movieron cuando vio al hombre que se acercaba a él, comenzando a masturbarse mientras lo tocaba violentamente, optó por cerrar los ojos, esperando a que terminara, lo cual, no pasó.
No comprendía el motivo por él cual fue asignado a esta estupidez
— E-Espera —la notoria voz entrecortada del ciervo hizo que por fin el demonio se detuviera por un momento.— Terminamos por hoy.
La sonrisa burlona del contrario asustó por completo a Alastor.
— A mí nadie me dice cuando tengo que terminar, putito —se abalanzó contra el, presionando con fuerza las manos del cervatillo— Mereces un pequeño castigo~
—. lo comenzó a lamer desde el cuello hasta el abdomen, el hombre notó una gran herida del hombro hasta la cadera, un deseo se le pasó por la mente.El sabe que ya está completamente perdido.
— ¿Q-Que planeas hacer? —tembló Alastor, con una idea de lo que planeaba este hombre.
— Tranquilo. Lo disfrutarás.
Un simple trato lo estaba destruyendo, si tan solo se hubiera aceptado como tal.
Y aunque en lo más profundo de su ser anhelaba por un rescate un tanto imposible, porque en el fondo de su corazón sabía que era una fantasía inalcanzable, una ilusión destinada a desvanecerse en el abismo del infierno.
De igual manera, el demonio de la radio aceptaba su destino con una resignación sombría, esperando el día en que la muerte finalmente lo liberara de su pesadilla. En la oscuridad eterna, encontraba una extraña paz en la certeza de su propia mortalidad, sabiendo que algún día, incluso las cadenas más fuertes se romperían y su alma encontraría la libertad que tanto ansiaba.
Una limusina de color morado lo dejó afuera del hotel, después de haber tomado una pastilla para el dolor, le fue mucho más fácil caminar, aunque desearía que también existiera una para no recordar.
Al entrar, presenció a todos reunidos en la sala.
— ¡Alastor, llegaste justo a tiempo! —dijo Charlie con una gran sonrisa, lo tomó ligeramente del brazo y lo llevó hacia la sala.— Te presento al nuevo integrante del hotel hazbin.
Lucifer permanecía sentando en unos de los sillones de la sala, acompañado de los demás, con ese sombrero más grande que la misma estatura del rey del infierno.
Rápidamente la mirada de este chocó con la de él, estando aún más presente esa maldita tensión de rivalidad.
Terminando de hablar con los demás, Lucifer se levantó y se acercó hacia el.
El demonio de la radio se quedó en completo silencio.
— ¡Te lo iba a contar! —mencionó la rubia un poco apenada.— Es solo que como no te vi todo el día...
— Charlie, cariño —habló Lucifer mirándola— No es necesario dar explicaciones, al fin de todo, este es TU hotel —.al decir lo último, miró burlonamente al ciervo.
— Papá...
— Bueno, como sea —suspiró— Vengo a darte las gracias por cuidar de mi hija y de sus amigos, Charlie me contó que hiciste lo posible por mantenerlos a salvo con tu escudo, aunque, cabe mencionar que no duraste ni diez segundos.— rió este.
— Aquí vamos de nuevo —susurró Husk tomando una botella de tequila, mientras que los demás esperaban la dicha respuesta pasivo-agresivo del otro.
Para sorpresa de todos, simplemente Alastor lo miró de abajo hacia arriba.
— Bienvenido al Hazbin Hotel, su majestad — sonrió retorcidamente, teniendo un tick en su ojo— Seguiría la plática pero ¡Oh! No estoy a su altura —señalo con su brazo una supuesta estatura más pequeña que la de este.— Me retiro a mi habitación, buenas noches —dijo para desvanecerse, sin quedar rastro alguno.
— Bueno... esa no me la esperaba — Angel estiró sus largos brazos, retirándose también de la sala.
— Voy a matar a ese hijo de puta — murmuró Lucifer.
La chica cruzó de brazos — Alastor hizo bien en evitar una posible discusión — dijo — Deberías ser más amable con el, papá.
— Los dos deberían, pero ambos son muy orgullosos para serlo, así que a la mierda —dijo Husk para después agarrar otra botella y regresar a su puesto.
— ¡Hey, eso no es verdad!
— Por lo menos, ¿podrías intentarlo? — preguntó Charlie juntando sus dos manos.
— Por favooor....
— Como sea.
Desde que vi la IA de Alastor cantando poison, no pude sacarme esta idea de la cabeza, así que dije: A la m### los estudios (mentira no puedo hacer eso 😭)
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Chained; appleradio
FanfictionDebido a su trato celestial con Lilith, Alastor está obligado a realizar ciertos trabajos en donde su cuerpo es la pieza principal. Luego del último exterminio en donde salieron victoriosos, el rey del infierno, Lucifer, decide mudarse al Hazbin Hot...