Debido a su trato celestial con Lilith, Alastor está obligado a realizar ciertos trabajos en donde su cuerpo es la pieza principal.
Luego del último exterminio en donde salieron victoriosos, el rey del infierno, Lucifer, decide mudarse al Hazbin Hot...
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— Señor, le agradezco enormemente por salvar a Alastor —expresó Charlie con una mano en su pecho, asustada de hace unos momentos.
Este asintió con una sonrisa modesta, extendiendo su mano para ayudar a Alastor a ponerse de pie.
— El placer es mío, princesa —respondió cortésmente, presentándose con elegancia. — Mi nombre es Zestial, uno de los overlods más antiguos de este lugar.
Charlie devolvió el gesto con un apretón de manos, expresando su felicidad una vez más.
— Es un placer conocerte, seño- ¡Zestial!. Gracias por su ayuda — dijo con una sonrisa genuina.
Lucifer observaba la interacción en silencio, sus ojos agudos registrando cada detalle de la escena. No hizo ningún comentario, pero su presencia fuerte hizo que algunos demonios se dirigieran para sus habitaciones.
Al darse cuenta de una mirada fuerte sobre él, se sorprendió al reconocer al rey del infierno. Con un gesto de respeto, se inclinó ante este, demostrando su deferencia hacia la figura poderosa que tenía delante.
— Es un honor verlo aquí, majestad —dijo Zestial con una reverencia— Es realmente sorprendente tenerlo entre nosotros.
— No es necesario que te inclines, je, je... — dijo con medio sonriente, desviando la mirada hacia otro lado — Como verá, estoy aquí para ayudar a mi hija.
—Entiendo, su majestad —respondió con calma, sin perder su compostura— Es muy conmovedor verlo apoyando los sueños de su hija.
— Mhmm, si.
Un silencio incómodo llenó el espacio, escuchando solo los susurros de algunos.
— Zestial, ¿le gustaría quedarse para el almuerzo? —preguntó Charlie con una sonrisa, extendiendo una invitación cordial al recién llegado.
— Lamento interrumpir, querida, pero tenemos algunos asuntos urgentes que necesitamos discutir —explicó rápido Alastor, con una sonrisa nerviosa.
— Oh, no te preocupes, Alastor. Estoy seguro de que podemos discutir esos asuntos más tarde. Será un placer pasar un tiempo con todos ustedes —respondió Zestial con amabilidad, colocando un brazo sobre los hombros de Alastor.
Lucifer para nada se perdió esa acción, sintió una punzada de incomodidad en el fondo de su ser. No le gustaba la idea de que otro demonio se acercara tanto a Alastor.
Mantenía su expresión serena, pero con los ojos estrechados ligeramente.
— Alastor es el principal cocinero aquí —comentó Charlie con orgullo— Realmente es muy talentoso.
— Definitivamente soy admirador de la comida de Alastor —afirmó Zestial, mirando a alguien en específico— Es un verdadero placer deleitarse con sus delicias culinarias.
