08; la cruda realidad

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En la oscuridad de la habitación, la figura de Lilith se alzaba frente a él con una presencia que irradiaba una mezcla inquietante de poder y seducción

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En la oscuridad de la habitación, la figura de Lilith se alzaba frente a él con una presencia que irradiaba una mezcla inquietante de poder y seducción. Su mirada, penetrante y llena de promesas oscuras, parecía desafiar la misma esencia de Alastor.

— ¿Qué tal si te ofrezco un trato? —susurró Lilith con una sonrisa siniestra, sus ojos brillando con una luz maligna. Alastor, cegado por la arrogancia y el deseo de más poder, acepto sin dudarlo. En un instante, la habitación quedó vacía, dejando solo a Lilith y Alastor frente a frente.

Una cadena apareció de la nada, serpenteando como una serpiente venenosa antes de envolver su cuello con un agarre frío y cruel. Alastor sintió cómo la presión se apoderaba de su garganta, ahogándolo en un abrazo mortal.

Los ojos de Lilith brillaban, mientras agarraba la cadena con una mano. Una sonrisa retorcida se curvó en sus labios, revelando dientes afilados como dagas en la oscuridad. Las risas burlonas resonaron en la habitación, envolviendo a Alastor en un sonido desagradable, sintiendo como perforaban específicamente sus labios.

Alastor se levantó bruscamente, sus respiraciones agitadas resonando en la habitación silenciosa.

Con gestos instintivos, buscó la herida que lo había marcado con tanto dolor, pero para su sorpresa, solo encontró la suave tela de una camisa blanca cubriendo su pecho.

Con dedos temblorosos, exploró el área donde solía estar la herida, encontrando solo una cicatriz perfectamente curada. La confusión se apoderó de él cuando se dio cuenta de que no estaba en su habitación habitual.

Exploró en su entorno, observando la habitación con creciente curiosidad y desconcierto. No reconocía los muebles ni la decoración, y el aire de la habitación tenía un aroma extraño que no podía identificar

Con cada respiración, una sensación de inquietud crecía en su pecho. ¿Cómo había llegado allí? ¿Quién lo había curado? Las preguntas se agolpaban en su mente, pero las respuestas seguían siendo esquivas, como sombras bailando en los rincones oscuros de su memoria.

Sus ojos se detuvieron en un estante adornado con varios objetos curiosos, pero fue un pequeño patito de hule lo que capturó su atención. Parpadeó un par de veces, sintiendo una extraña sensación de familiaridad al observar el objeto.

Antes de que pudiera reconocerlo, la puerta se abrió y Lucifer entró en la habitación, llevando una bandeja llena de hot cakes.

Se sorprendió al verlo, su mente luchando por reconciliar la imagen ante él con los fragmentos de memoria que comenzaban a emerger.

Cuando sus miradas se encontraron, algo en el fondo de la mente de Alastor se agitó, una imagen de Lucifer arriba de él, esos ojos mirándolos con pura lujuria, sintiendo el toque electrizante, cada vez que este pasaba por todo su cuerpo. Observó como Lucifer estuvo a punto de quitarse el cierre de sus pantalones.

Chained; appleradioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora