Inocencia en la oscuridad

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                                          Prólogo

Ruslan

Levante la cabeza y mire por el cristal de la ventana. Me llamo la atención un destello naranja.
Llevaba puesto el suéter que le regalé el día de su cumpleaños. El naranja era su color preferido, aunque siempre me había extrañado mucho, ese color no iba para nada con su personalidad. Lenna era una mujer aburrida, no recuerdo verla sonreír ni una sola vez.
Suspire, sintiéndome culpable de su desdicha, sabía que no era la clase de esposo que ella hubiera querido.
Me aparte de la ventana, ese paseo debíamos hacerlo juntos, con nuestra hija, pensé. seguramente eso haría muy feliz a Nehir, un paseo en familia por los jardines.
Fui por Nehir y salí de la mansión, me dirigí hacia el jardín con mi pequeña en brazos, siguiendo los pasos por donde había desaparecido mi mujer hacía tan sólo unos instantes. Caminaba más rápido que ella, así que no tardaría mucho en encontrarla y asegúrame de que esta tarde sería diferente, sería un lindo recuerdo en familia.

Camine por el jardín, la mansión contaba con una área verde de aproximadamente tres millas. seguí las huellas de mi mujer, anoche cayó una fuerte tormenta y el suelo está blando, por la humedad, Parece que Lenna lleva puestas sus botas de tacón, porque están perfectamente definidos en la tierra.
Las huella me llevaron hasta el lago, forcé la vista para localizar a Lenna, pero no lograba verla.

–¿Dónde está mami?.– preguntó mi pequeña.

–Debe estar por aquí, o tal vez está jugando a las escondidas, y quiere que la busquemos.

–Me gusta ese juego.– dijo Nehir con una linda sonrisa.

No puede decir nada más, me quedé helado, cuando mire aquella imagen, fue como si se hubiera detenido el tiempo. El cuerpo de Lenna estaba flotando boca abajo en el lago, no sabía que hacer hacer, aún me encontraba un poco lejos del lago. Baje a Nehir al suelo, y le ordené con severidad no moverse del lugar.

–¡Lenna!,– grité, echándome a correr, aunque pudiera volar aún tardaría algunos minutos para llegar antes de que...

Cuando llegue a la orilla del lago me zambullí en el agua y nade lo más rápido que puede hasta llegar donde ella estaba. Tome su cuerpo entre mis brazos y la lleve hasta la orilla con cuidado de mantener su cabeza fuera del agua, aunque parecía que no respiraba. Al final cuando llegue a la orilla, puse su cuerpo en una zona plana cubierta de tierra, con movimientos rápidos revise sus signos vitales, pero no logré sentir su respiración, tampoco los latidos de su corazón. Le di respiración boca a boca, puse su cuerpo boca a bajo, le di golpecitos en la espalda, pero nada funcionó. Mi esposa, la mujer con la que había convivido durante seis años estaba muerta, y yo sostenía su cuerpo entre mis brazos.
Se veía tan pálida, fría, y sus labios de un color morado. ¿Por qué lo hiciste?, ¿por qué no pensaste en Nehir?, ¿por qué?.

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