C.4 Condenadamente maligna

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Lena siguió a kara hasta llegar con Alex quien las miraba raro – lena va a acompañarnos a ver a jeremy – dijo kara tratando de que lena asintiera pero ni siquiera cruzaba la mirada con alex – bien, vámonos – caminaron hasta el estacionamiento de la universidad, tenían lugares exclusivos por ser parte de la comunidad de celebridades del centro crocker y a pesar de que kara no tenía auto, tenía su espacio reservado

–no trajiste tu scooter – afirmó alex al ver el espacio vacío

–debió de haberse averiado la batería – kara espero a que lena subiera al auto pero eso no sucedió, en cambio estaba observando los árboles de los alrededores – ¿no tienes problemas con los autos verdad? –

– no – contesto al momento que se ponía unos enormes audífonos con orejas de gato, alex miró a kara quien se encogía de hombros al ver a tan encantadora lena escuchar su música a todo volumen

kara copilotaba el auto mientras no pasaba desapercibido el ruidoso aparato que Lena llevaba sobre las orejas, ¿acaso era black metal lo que escuchaba? las hermanas danvers se miraban una a la otra sin poder creer lo que observaban por el retrovisor, ella estaba cantando con su cara angelical mientras movía las manos como si tocara algún instrumento, en la cabeza de kara nada concordaba, lena vestía como si una abuela católica de los años 60 le consiguiera su ropa mientras escuchaba algo parecido al black metal en algún idioma y mantenía una sonrisa angelical en su rostro mientras cantaba y miraba por la ventana

–registrate kara, tengo que ir a pediatría por él – alex se disculpó mientras estacionaba dentro del gran recinto, lena por su parte no se movió de su lugar hasta que kara le abrió la puerta para salir

–vamos a ver mas niños, espero no te moleste – menciono la rubia subiendo ya las escaleras, jeremy estaba en el tercer piso pero siempre que iban a visitarlo decidían pasearlo un poco por los alrededores donde otros niños también las conocían debido a todos los trasplantes y cirugías que habían realizado ya, además de que alex pasaba casi todas las tardes junto con sam en aquel hospital, kara se preguntaba si eso iba a cambiar después del rompimiento de su hermana –lena es por acá – pidió kara al ver que lena se detenía con dos niños que estaban jugando ajedrez en una de las aulas de entretenimiento y ya no se movía

sin decir "agua va" lena se adentro para mirar de cerca, kara la siguió con la intención de llegar con jeremy, uno de los jóvenes le estaba dando una paliza al otro y lena parecía nerviosa viendo como lo destrozaba, la azabache no pudo controlarse y se agacho hasta el oído del más pequeño para susurrar algo en su oído a lo cual el niño reaccionó con una enorme sonrisa –jaque – dijo el joven de dentadura faltante mientras lena salió de la sala con cara de orgullo

–¿sabes jugar ajedrez? – preguntó kara

–soy maestro según la FIDE pero hace mucho que no compito – dijo lena alegremente, al parecer el ajedrez era "algo" para ella

–espera..... ¿cómo puedes llegar al nivel maestro si no compites? – kara cayó en cuenta de su propia pregunta – ¿acaso tienes un record?–

–intocable – dijo orgullosa mientras caminaba de nuevo hacia las escaleras

–tienes que mostrarme tu nivel, yo soy clase A supongo que podré darte batalla –

– A de Aficionado – dijo Lena tratando de hacer una broma ¿o no?

kara puso una mano en su pecho simulando dolor – ¿no crees que pueda darte batalla?–

–creo que hay una posibilidad remota de que llegues a la línea 5 antes de que te tenga en jaque  jajaja –la azabache río y kara pensó que después del sonido del carro de los helados,  las olas del mar y los ladridos de los cachorros, ese tal vez podría ser  su sonido su favorito, la risa de lena era totalmente franca pero con un dejo de maldad, también era tierna y entrecortada por largos suspiros de aire, cuando todo acabó lena parecía reponerse de su exabrupto con un gran suspiro

Si dios quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora