Si dios quiere

C.36 Una orden es una orden

A pesar de que el tiempo se les había agotado y de que kara prácticamente solo contaba con un cambio de ropa, su pasaporte y visa en su mochila, pudieron abordar en último momento a Vancouver, lena por supuesto ya tenía su lugar en la zona de primera clase mientras kara tuvo que conformarse con un boleto de turista que era del chofer de lena

Para cuando lena salió del avión buscó a su compañera que ya la esperaba con su mochila y una enorme sonrisa perlada que brillaba como el cielo de sus ojos, lena ya no estaba sola y los problemas los tratarían de resolver ambas con más aplomo, apenas la doctora estaba descifrando la mirada de su novia cuando observo que su rostro apacible, angelical y divertido cambiaba en un segundo en uno de desconcierto, enojo e inquietud, lena desvió la mirada hacia donde kara tenia su foco visual y se fijó el tipo calvo de traje negro que la seguía de cerca, lena dejo que el tipo la rebasara para desenmascarar sus intenciones mientras se cobijaba en un abrazo con su novia – creo que me estoy volviendo paranoica – dijo kara mientras besaba en la frente a lena – ¿Cómo te fue en tu viaje? –

–bien... creo... tenia miedo de encender a ZOI y que los controles del avión se volvieran locos, además desde el 9-1-1 el FBI tiene acceso a los celulares de los viajeros y pueden arrestarte si tienes conversaciones sospechosas –

–mmmmm ¿Cómo lo sabes? ¿eso no es ilegal? –

–sospecho que tu padre tuvo que ver con el programa que lo permite, realmente es un genio y ayudo mucho al gobierno cuando necesito de la seguridad nacional –

–esperemos un momento más, el tipo de traje no me dio buena espina – dijo kara sin perder de vista al hombre de negro que aun las miraba extraño

–ni a mi... tenemos que ir al hotel para volver a registrarnos, nos veremos con Frank en un restaurant cerca del hotel –

–entonces... ¿tienes un plan? –

–realmente no, pero tenemos esto – lena se señaló la cabeza haciendo saber que todo lo recabado por su increíble memoria daría frutos y aunque no tenía un plan se las arreglarían para salir avante – no suelo hacer planes... a veces las cosas no salen como uno espera, es mejor improvisar – eran una de sus grandes diferencias, aun así kara y lena se admiraban ese tipo de discrepancias

–no soy muy buena improvisando...siento que esto me va a provocar ansiedad – ambas retomaron su paso hacia la salida donde lena ya tenia un taxi esperando por ellas el cual las llevaría a su hotel

–señorita luthor... un placer volverla a tener aquí – dijo el mánager del hotel son una impecable presentación

–usted ¿me recuerda? – pregunto lena con una sonrisa, claro que ambos se recordaban

–la convención de ajedrez del 2012... usted le gano a ese tipo petulante de Japón – dijo mirándola de reojo mientras las conducía hacia la recepción

–toshiro Kurasawa –

–ese pobre diablo, después de varios años sin usted en el concurso aun podíamos ver que su trasero le dolía por la paliza de ese día –

–jajaja – lena rio haciendo que el corazón de kara se hinchara de orgullo y de amor – 10:15 –

–¿le ganaste en 10:15 minutos? –

–no jajaja fueron 10:15 segundos jaja jajá – dijo lena riendo a discreción esperando con cada pausa recuperar el aliento

–los mejores diez segundos de mi vida... realmente fue una paliza – dijo el hombre para revisar la computadora y la libreta de anotaciones –bueno ya que está aquí he decidido darle la mejor suite del décimo piso, solo por recordar su marca – dijo el hombre entregando la tarjeta de acceso de la habitación 1015 – por la noche hay bufete de mariscos y comida china –