Parte 15

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Jungkook podía sentir la sangre correr por sus venas, entró por el corredor apretando la mandíbula y con las pupilas dilatadas.

—Supongo que no ha ido nada bien.—murmuró Namjoon.

—¡Qué se joda!—gruñó.

-¿Cuál es el plan? ¿Iremos por él o...?

—Le daré un par de días, no puede ser tan estúpido.

—Eso es mucho tiempo. ¿Cuál es el maldito problema?

—No puedo solo tomarlo, él no pertenece aquí—respondió dejando salir la frustración.

—Debiste pensarlo antes, es muy tarde para lamentarse...

—Para ti es fácil ¿no? Solo tomas lo que quieres sin importarte nada.

—No la tomes conmigo.—gruñó Nam—No fui yo el imbécil que tomó a un chiquillo inocente sin pensar en las consecuencias.

Jungkook tomó una respiración—El no es igual, Jin ya conocía todo esto, no era tan ajeno a lo que su padre hacía, a lo que tú hacías. Jimin... él no podría soportarlo Joon. No tiene idea de la clase de persona que soy.

—Lo siento Kook, sé que no será fácil pero no hay forma de resolverlo, ni tiempo. Cuando esto acabe, puedes dejarlo ir.

—Un par de jodidos días.—mordió—Yo mismo mataré a Seo Joon si le toca un pelo.

—Es a ti y a mi a quien quiere. Eso solo te llevará a la boca del lobo.

—Do Yun ya me tuvo una vez y no obtuvo nada.

—Está vez va a matarte, sin piedad. No cometerá el mismo error dos veces.

—No dejaré que lo haga.

—Jungkook no puedo arriesgarme, no contigo...

—Confía en mí.

—¿Te importa tanto ese omega? ¿Tanto como para arriesgar todo?

—Es inocente.

—No respondiste.

—Creo que sabes la respuesta...

—Y le pediste que se deshiciera del cachorro ¿De verdad?

—Es lo mejor...

—Kook, no puedes pedirle eso, es tu cachorro también.

—Te agradecería que no me juzgues. ¡No estaré ahí para cuidarlo! Su vida no es fácil, será mucho peor con un cachorro.

—Es su decisión, no la tuya. No creo que puedas convencerlo.

—Puedo intentarlo o matar al bastardo de Seo Joon antes de que lo encuentre, solo dos malditos días Nam.

—Bien, dos días. No tendrás más.

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El trabajo del sábado en la cafetería fue agotador para Jimin, pero tenía aún tiempo para comer algo y llegar a la graduación, se encaminó a la parada del bus, pero cuando daba la vuelta encontró al alfa recargado en su auto. Jimin giró sobre sus talones e intentó huir, pero no tardó en sentir su muñeca ser atrapada y ser jalado.

-¡Suéltame!—sintió su cuerpo ser encerrado en el muro a su espalda.

—Jimin, estoy haciendo esto por tu bien.!Quédate quieto!

—Voy a gritar.

—No lo harás.—murmuró acercándose a su costado y respirando el dulce aroma del rubio—Jimin, por favor, no puedes hacer esto.

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