Parte 33

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Jimin corrió sintiendo su corazón desbordarse mientras veía a Jungkook salir de la SUV. Cuando llegó a el, se arrojó a sus brazos y hundió su rostro en el cuello del alfa hipando.El alfa lo envolvió fuerte contra el pecho y besó su cabello. —Estoy aquí, bonito.—murmuró cerca de su oído mientras lo levantaba para enrollar las piernas del omega en su cintura.—Todo va a estar bien.

—Y-yo sabía que volverías. Te extrañé tanto, Jungkook.—chilló.

Segundos después, el alfa sintió el pequeño cuerpo de Ji Ah abrazarse a su pierna derecha y balbucear.—Kokoo, Kokoo.
Jungkook apenas y pudo acariciar la pequeña cabeza de la niña porque Jimin seguía colgado a él como un Koala.

—Aww.-Jin se tocó el pecho conmovido por la emotiva escena.

—Está bien nene, no llores, estoy aquí.—acarició su espalda impregnándolo de su aroma.

Jimin se enderezó y miró a los ojos al alfa haciendo un puchero molesto.—Estuve tan asustado.—lo golpeó levemente con el puño en el pecho y después volvió su rostro al escondite.

—Bienvenido Kook.—interrumpió Namjoon  palmeando el hombro de su hermano.—Supongo que hablaremos más tarde.—echo un vistazo a Jimin que continuaba aferrado al cuerpo del alfa.

—Si, iré a casa, mañana podremos vernos.—asintió.

—Ji Ah ,bebé vamos. Deja que tío Kook vaya a casa, más tarde lo veremos—Jin tomó a su hija en brazos.

—¿Cómo estás?—Namjoon se dirigió a Yoongi que aún lucía bastante herido. Había recibido dos balazos, uno en el brazo y otro en el estómago.

—Mucho mejor.—respondió el alfa impasible.

—Te llevaré a casa. No te ves nada bien.— dijo Hoseok.—Aún tienes que descansar. ¡Hombre, dos balazos y sigues vivo! ¡Eres un maldito maniático con suerte!

—Esos malditos.—siseó Yoongi.

—Vamos.—Hoseok asintió a su hermano pequeño que jugaba con las mangas de su suéter ansioso—Llevemos a Yoongi a casa.

Jungkook se encaminó finalmente a casa con Jimin, después de despedirse del resto.

—Namjoon me dijo que no quisiste ver a Choi.—murmuró mientras avanzaba hacia su hogar aún cargando el cuerpo de Jimin.

El omega se despegó de su pecho y le mostró el rostro colorado.—Estábamos esperando por ti.—puchereó.

—Jimin, tienes que cuidar del cachorro.

—El cachorro está bien. Cuide de él. Yo sabía que volverías, para verlo juntos.—Sorbió su nariz logrando que Jungkook lo mirara con una mezcla de devoción y felicidad.

—Mañana mismo le diré a Choi que venga. Ahora deja de llorar, bonito. No me gusta verte llorar.—limpió la humedad del hermoso rostro de Jimin con el pulgar.

—Perdóname.—gimoteó.—Fui malo antes y te dije cosas feas, nunca pedí disculpas por ello.

Jungkook sonrió.—No tienes que disculparte, Jimin.

—Quiero hacerlo. Huí de ti y dije cosas malas, pero solo estaba asustado.

—Lo sé.

—Le prometí a la Luna que me disculparía, le pedí todos los días para que volvieras y ella me escuchó.

—Estoy aquí, contigo.

—Los girasoles han florecido. Esperaron por ti, como yo.

Jungkook lo cortó con un beso. Saboreo el dulce sabor de sus labios por unos segundos.—Eres hermoso y yo soy el bastardo más afortunado del mundo, Jimin.

Monster in love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora