Capítulo 45

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Jungkook exhaló frente al espejo después de acomodar su corbata oscura y alinear lo más natural su cabello. Odiaría lucir como si se hubiera esforzado para verse demasiado formal, la manada no era amable incluso en días como estos y no dudarían en hacer bromas de ello. Aseguró las mancuernillas de su traje negro dando un último vistazo a su reflejo en el espejo y metió las manos en los bolsillos sintiéndose conforme con el resultado. Un golpe en la puerta lo sacó de su ensimismamiento.—¡Pasa!

No había nada que lo hiciera sentir más en paz y al mismo tiempo recordarle lo cansado que ahora estaba, que esa pequeña sonrisa sin dientes y mejillas abultadas. Ijun era hermoso y era una pequeña versión pícara de su padre omega.

El cachorro estiró sus brazos hacia él emocionado balbuceando un idioma que Jungkook aún no terminaba de entender.

—Es demasiado enérgico—sonrió Jin pasándole a su hijo—mucho más que Ji Ah a su edad.

—¿Estás listo?—preguntó Namjoon llevando a su hija de la mano.

Jungkook asintió—Nunca lo he estado más.

—Me adelantaré con Ji Ah y les dejaré un rato a solas, tiene que estar lista para arrojar los pétalos y lucir hermosa.—Jin tomó a su hija para salir—¡Felicidades Jungkook!
Jungkook asintió en respuesta esbozando una media sonrisa.

—Lo haz hecho bien, ahora tienes una familia y estoy orgulloso de ti—Nam palmeó su hombro.

—Gracias, cuidaré de ellos y de toda la manada...hasta que podamos acabar con él.

—Lo haremos—asintió—la noticia de tu matrimonio ha ayudado en los negocios. Tal parece que un hombre casado es señal de confianza y estabilidad. Es hora de que otros en la manada sienten cabeza.

—¿Por qué lo dices?—Jungkook frunció el ceño.

—Hoseok y Yoongi armaron un desastre hace dos noches—resopló el líder—los rusos están molestos y solo negociarán si tú estás presente. Según sus palabras "no quieren lidiar con idiotas irresponsables"—el alfa hizo una pausa tallando su rostro y chasqueando la boca—Hoseok se acostó con la hermana de Pietrov y por supuesto enfureció cuando se enteró; se armó una pelea en la que Yoongi noqueó a tres de sus hombres y ahora muchos clientes están enterados del desastre y de los rusos furiosos.

—¡Imbeciles!—murmuró el menor— me ausento una semana y joden todo, pero ¿vas a pedirles que se casen? No creo que lo acepten.

—No tienen opción, es eso o están fuera. Nadie quiere lidiar con un libertino y un idiota incontrolable. Ya tengo algunos prospectos en la mira para esos dos pero me tomaré mi tiempo con ello.

—Esto será interesante—rió Jungkook—no puedo esperar a ver sus caras.

—Es un castigo que tendrán que pagar y tal vez de paso los haga sentar cabeza, si espero a que ellos lo decidan se quedarán solteros y seguirán causando problemas. Uno nunca sabe, se los diré después de tu boda, no quiero que terminen discutiendo y arruinando tu día.

A las once menos diez Jungkook se situó con su pequeño cachorro en brazos enfrente de la gran sala. El traje negro del alfa contrastaba con las ropas completamente blancas y clásicas de su cachorro. El pequeño se balanceaba entretenido jugando con el boutonniere de rosas color blanco en su bolsillo.—Ijun, detente vas a arruinarlo—murmuró el alfa tomando entre sus dedos la pequeña mano inquieta de su hijo.

Las sonrisas conmovidas y divertidas de los presentes fueron interrumpidas por la música de violines que comenzó a sonar mientras la puerta se abría dejando entrar a su futuro esposo.

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