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Antonieta Fernández

-La tenemos en la unidad de cuidados intensivos para ver su evolución, pero ahora se encuentra estable – afirma el doctor y siento un alivio inmenso –
- Gracias Dios – susurra Pilar mientras la abrazo y asiento –
- ¿Podemos verla? – pregunta Maite y volteo a ver –
- No, pero eres médico y al menos tú, colega si puedes ya en tu turno – responde y Maite asiente –
- Gracias colega – dice Maite y el doctor se disculpa para marcharse –

Me acerco a Paula y la abrazo fuerte, le repito que no es su culpa, pero se rehúsa a aceptarlo, sé que algo ocurrió y por eso Lucía salió de casa pero también sé que no es momento para hablar sobre ello.

-¿Amor? – pregunta mi esposa y me alejo de Paula para voltearme a verla – los niños están cansados – susurra y asiento –
- Vamos a casa – digo y asiente –

Nos despedimos de todos y le pido a Maite que nos avise cualquier cosa y que mañana venimos, acepta y mientras yo cargo a Valeria, Pilar guía a Gabrielle, caminamos hasta salir de emergencia y nos acercamos al coche, al llegar Pilar baja el seguro y subo a Valeria mientras que Gabrielle se sube a su lado.

Me subo al copiloto y me pongo el cinturón de seguridad, Pilar hace lo mismo y enciende el coche, suspiro pesadamente y mientras mi esposa maneja a casa, alzo la mirada al cielo y agradezco que mi mejor amiga va a estar bien, sin ella yo no sabría como seguir, ahora entiendo que Paula tiene mucha valentía y fuerza de seguir adelante sin Valeria, yo no sabría como hacerlo, cierro los ojos y una lágrima corre por mi mejilla, respiro profundo y el silencio da la comodidad que ahora mismo necesito para mantenerme tranquila.







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Anna Valencia
Dos días después…

-Perdón, mamá y papá quisieron entrar – susurra Juan y niego –
- Tranquilo bebé – susurro y le doy un casto beso –
- Hola – saludan y me giro para ver a mamá saliendo de la habitación de Lucía –
- Paula, Juan nos contó sobre el accidente de Lucía y a penas hoy nos desocupamos ¿Cómo sigue? Lucía es una buena tía – dice mi suegro y asiento –
- Esta mejor, adentro recuperándose – responde mamá y agarro la mano de mi novio –
- ¿Podemos entrar a verla? – pregunta mi suegro y mamá asiente no muy segura –
- Yo iré a hacer una llamada, saludos a Lucía – dice mi suegra y se va –
- ¿Todo bien? – pregunto y mamá asiente –
- Entremos – pide mamá y asiento –

Entramos a la habitación y Lucía saluda a mi suegro, sonríen y siento tranquilidad, algo me dice que con Ana no sería igual, también mi novio saluda a Lucía como ayer cuando vino y nos pusimos a hablar un rato entre mamá y Maite, Lucía, mi suegro y nosotros nos reíamos de los cuatro.

Tocan la puerta y Maite pide que entren, me preocupa que sea mi suegra y Lucía se ponga mal, abrazo a Juan David y escondo mi rostro en su pecho, escucho una voz que reconozco y me alejo de golpe, la veo allí y detrás de ella aparece él, me quedo paralizada y siento la mano de mi novio entrelazar la mía, volteo a verlo y sonrío.

-¡Mamá, perdón! – repite una y otra vez Alberto –
- Tranquilo bebé – susurra Lucía –
- No, yo sentí que se me iba todo cuando supe de tu accidente, por orgulloso perdí todos estos meses de no hablarte, por orgulloso me di cuenta que puedo perderte y me dio mucho miedo – siento una lágrima correr por mi mejilla y es que he sido testigo del dolor de Lucía por el hecho de que Alberto no le hablase –
- Estáis aquí y es lo único que valoro bebé – dice Lucía y le deja un beso en la frente – que grande estáis mi niño – dice orgullosa –
- Es el primero en su clase – dice Brenda y Lucía sonríe orgullosa –
- Siempre orgullosa de ti – susurra la rubia y Alberto asiente –
- Hola Anna – me saluda Brenda – Hola Paula – saluda a mama y ambas asentimos –
- Hola Brenda – decimos mamá y yo al unísono –

I believe in your love II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora