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Luego de que Charlotte, la madre de Tom, revisara a Bill antes de irse a su trabajo y asegurara que el pelinegro estaba bien, el trenzado recién pudo respirar tranquilo.

- Tom estas exagerando, te dije ya había ido al hospital - murmuro Bill acariciando la cabecita de Lucifer, Tom había ido a buscar al gatito arriba al cuarto.

Tom solo nego con la cabeza intentando esconder su sonrisa viendo como Bill tenía al gatito apoyado en el pecho mientras le hacía cariñitos en su cabeza. Aprovechando que había subido también se puso una camiseta, los pantalones le daban igual porque no sería la primera vez que salía a comprar en pantalones de pijama, pero no iria a comprar con una camiseta de los ositos cariñositos.

"- Solo quería asegurarme que estabas bien Mäuschen -" dijo Tom para acto seguido dejar otro beso fugaz en sus labios.

Después de ese pequeño intercambio de cariño, Tom se levantó con su típica sonrisa de infomercial de pasta dental y, señalando hacia abajo, expresó:

"- Voy a comprar cosas para Lucifer. ¿Necesitas algo, amor? -"

Bill, aún acariciando al gatito, le sonrió y le hizo un gesto negativo con la cabeza. Mientras Tom se dirigía a la puerta, Bill aprovechó para decir:

- No tardes mucho, quiero seguir disfrutando de la compañía de Lucifer y... la tuya también, claro. -

Tom le lanzó una mirada y le guiño el ojo antes de salir de la casa. Mientras caminaba hacia la tienda de mascotas, pensaba en las cosas que podría llevar para su nuevo hijo felino. Mientras tanto, en casa, Bill seguía jugando con Lucifer, pensando en lo afortunado que era por tener a alguien tan especial como Tom en su vida.

Tom termino demorando más de lo que pretendía y estaba que se arrancaba las trenzas de la cabeza de la pura frustración. El dependiente de la tienda no le entendía lo que quería decirle (igual mala suya por haber dejado el móvil en casa) y llevaban "discutiendo" cerca de diez minutos porque no podía dar con el alimento que Tom quería comprar.

"Por el amor de Dios, es un puto alimento para cachorros ¡Y encima se lo estoy señalando!"

Pensó pasandose las manos por la cara con frustración. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Tom logró salir de la tienda con todo lo necesario para Lucifer. Se apresuró de vuelta a casa, pensando en la adorable escena que encontraría al regresar. Al entrar, vio a Bill aún jugando con el gatito en el sofá.

Dejo las cosas sobre la mesa y se tiro con cuidado al lado del pelinegro, totalmente derrotado.

- ¿Tan mal te fue? - preguntó Bill riendo, observando como el minino se montaba sobre la espalda del Tom y se ponía a juguetear con sus trenzas.

Tom suspiró dramáticamente y asintió con la cabeza, dejando que Lucifer jugara con sus trenzas mientras le contaba a Bill con gestos exagerados lo que había ocurrido en la tienda.

"- Estuve peleando diez minutos por una puta bolsa de alimento para gatos porque el dependiente me veía como si fuese un alien, pero la conseguí -" exclamó Tom, señalando triunfalmente la bolsa sobre la mesa.

Bill rió ante la actuación de Tom y acarició la cabeza de Lucifer.

- Al menos la pelea valió la pena. Lucifer y yo estábamos extrañándote aquí. - Bill sonrió, agradecido por el esfuerzo de Tom hacía el nuevo miembro de la familia.

Tom se relajó en el sofá, disfrutando del ambiente acogedor de su hogar con Bill y el pequeño Lucifer. El resto del día prometía ser tranquilo y lleno de momentos felices en compañía de sus seres queridos.

Y lo fue, hasta cierto punto. Le dieron de comer al gatito, desayunaron y luego se acostaron en el sofá con Tom abajo y Bill encima suyo, estuvieron haciéndose mimos el uno al otro hasta que escucharon como Lucifer tiraba algo de uno de los estantes.

Era un álbum de fotos, el álbum de fotos de Tom.

- ¿Huh? ¿Qué fue eso? - preguntó Bill alzando la cabeza. - Tom, mira, Lucifer tiro algo -

El pelinegro se levanto de encima del trenzado y camino hasta el pequeño libro de color blanco, lo recogió y al examinarlo en detalle se dio cuenta que era un álbum de fotos, el álbum de fotos de la infancia/preadolescencia de Tom.

- Tom, ¿Qué es esto? - preguntó.

Tom soltó un largo suspiro, era momento de contarle la verdad a Bill, de hablarle sobre su pasado. Se incorporó en el sofá y palmeo el lugar al lado suyo.

"- Sientate Mäuschen, tengo algo que contarte -"

.........
Tengo ideas para una nueva historia.

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