« Soy mudo, tonto. »
......
• Toll (No relacionado)
• Esta historia no busca ofender a nadie, se me ocurrió leyendo un manga donde el protagonista es mudo.
• Prohibidas copias o adaptaciones sin autorización.
Puesto 7 en el #toll 14/05/24
Puesto 10...
Mientras Bill se cambiaba su ropa por el pijama, Tom en la cocina preparaba dos tazas de té de manzanilla y dos sándwiches de jamón y queso para Bill, estaba seguro de que el pelinegro no había comido nada antes de ir hasta su casa. Él ya había cenado y además a su sistema digestivo no le agradaba el comer en plena madrugada.
Acomodo todo en una bandeja y nuevamente emprendió rumbo a su cuarto. Al entrar se encontró con Bill recostado en su cama,nya envuelto por las mantas dejando a la vista solamente su cabeza.
« Es tan tierno »
Pensó Tom con una pequeña sonrisa, dejando la bandeja con el té y los sándwiches en una pequeña mesa que tenía en su cuarto para cuando le apetecía comer allí (normalmente cuando estaba dibujando en su cuaderno.)
— Gracias... No debías de molestarte — agradeció Bill un tanto avergonzado, a pesar de los meses aún no terminaba de acostumbrarse del todo a las atenciones de su novio.
Tom negó con la cabeza dejando un sonoro beso en la frente del pelinegro para después sentarse a su lado y agarrar su celular para "hablar" con mayor facilidad.
"No es molestia Mäuschen, estoy para ti aquí y siempre"
Bill sonrió al leer el mensaje en la pantalla.
— ¿Ratoncito? ¿Soy tú ratoncito, Tom? — preguntó con un tono de voz juguetón. No iba a decirlo en voz alta pero había sentido calentito en el pecho de solo imaginarse a Tom llamándole "ratoncito"
Tom asintió, aguantándose la risa para no despertar a su madre que tenía que ir a trabajar en unas horas más.
"Anda, come primero y después hablamos ¿De acuerdo Mäuschen?"
Bill asintió resignado, no tenía hambre en esos momentos, traía el estomago revuelto pero sabia que debía comer para no preocupar aún más al de trenzas. Tomo uno de los sándwiches y comenzó a comerlo despacio, alternando con sorbos a su taza de té y así estuvo unos minutos hasta que se termino todo.
Tom recogió la bandeja con los platos y taza ya vacíos, y la dejo fuera de la habitación para bajarla a la cocina mañana en la mañana. Regreso de vuelta a la cama y se acostó al lado de Bill teniendo cuidado de no lastimar aún más su brazo.
"Soy todo oidos, Bill"
El pelinegro tomo una inhalación profunda antes de empezar, sentía un nudo en la garganta, pero debía decirle todo a Tom, no podía seguir ocultandole lo que vivía, ya no más.
— Mi casa nunca ha sido un lugar seguro, para mis padres fui un accidente, ellos no querían hijos en ese momento ni tenían planeado tenerlos en un futuro. Nunca me demostraron cariño, siempre todo fue gritos, peleas y golpes — guardo silencio por un segundo. — Pero mis abuelos maternos fueron mi salvación durante mucho tiempo, ellos me cuidaban, me mimaban y me querían como si fuera su hijo. Y así fue, hasta que murieron, de mis abuelos paternos nunca supe mucho. —
Los ojos de Bill se aguaron mientras hablan, sentía que le picaba la garganta como cuando quería llorar, pero no podía llorar, no ahora que finalmente se había atrevido a abrirse con su pareja.
— Siempre me han rebajado, siempre han desquitado sus frustraciones conmigo y yo, como una esponja lo absorvi todo. Me escondí tras el papel de chico problema al que no le importan los sentimientos de los demás, que solo buscaba desquitarse con el resto — la voz de Bill sonaba ahogada. — Nunca había lastimado a alguien que no fuera yo físicamente...Hasta que te golpee a ti, por haber tomado mi canción sin permiso. Tom, y-yo aún lo siento, e-en serio —
Bill estaba llorando. Se aferro desesperadamente al cuerpo de Tom como si fuese un salvavidas, importándole poco si era muy brusco o no con su brazo lastimado, sentía que los sentimientos que tanto había reprimido lo estaban desgarrando por dentro.
— D-De verdad lo siento, nunca quise golpearte, p-pero estaba molesto y act-tue cegado por la i-ira — el chico hablaba entre hipidos. — Después vi sangre corriendo de tu nariz y yo y-yo m-me asus-ste mucho —
Tom abrazó a su novio con más fuerza, sintiendo la angustia en sus palabras y comprendiendo la carga emocional que llevaba consigo. Con ternura, le acarició la espalda intentando consolarlo. Sabía que Bill necesitaba liberarse de esos sentimientos reprimidos que tanto daño le hacían.
Se dedico a repartir pequeños besos por todo el rostro de su amado, buscando brindarle el consuelo que no podía darle con palabras. Le secaba las lágrimas con el dorso de su mano mientras le decía mil y un veces te amo de forma silencosa, aún sabiendo que Bill no podía oirlo y mucho menos verlo.
Al final, Bill se quedo dormido en los brazos de Tom, con restos de lágrimas secas en sus mejillas. Seguramente al día siguiente sus ojos amanecerían hinchados e irritados, y Tom, se quedo dormido cuidando el sueño de su ratoncito.