9. El mal día

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Nick

El lunes llegó con una carga de estrés que pesaba sobre mis hombros. Como profesor de biología, siempre había amado a mis alumnos y disfrutaba enseñarles sobre el fascinante mundo de la ciencia. Pero ese día en particular, me encontraba lidiando con una situación desafiante.

Había asignado una tarea de parejas a mis alumnos, una actividad diseñada para fomentar el trabajo en equipo y la colaboración. Sin embargo, al revisar las entregas, me di cuenta de que la mayoría de ellos no habían cumplido con la tarea. Algunos ni siquiera estaban enterados de su existencia.

La frustración comenzó a apoderarse de mí mientras intentaba comprender por qué tantos estudiantes habían fallado en completar una tarea aparentemente sencilla. Me sentí desanimado al ver el desinterés y la falta de compromiso por parte de algunos de mis alumnos.

El resto del día transcurrió en medio de llamadas de atención, explicaciones repetidas y la sensación abrumadora de responsabilidad sobre mis hombros.
Soy profesor primerizo, pero no pensé que sería tan estresante.

Después de una larga jornada escolar llena de desafíos y frustraciones, finalmente llegó el momento en que pude escapar de las aulas y buscar un poco de alivio y tranquilidad. Mis pasos me llevaron directamente a mi cuarto, agarré mi computadora y me dirigí a sala de profesores, ya que no se me permitía permanecer en mi habitación en horarios de clases.

Me puse a hechar un vistazo en Shein, se acercaba San Valentín y necesitaba recuperar a mi novia de alguna forma, ella me extraña y yo a ella también, no quiero que una relación de años se acabe así como así.
Después de todo, nuestra relación significaba todo para mí. Era la mujer que más amaba, después de mi mamá.

Así que, con determinación en mi corazón, comencé a buscar el regalo perfecto para demostrarle cuánto significaba para mí. Después de navegar por varias opciones, mis ojos se posaron en un hermoso peluche que me pareció ideal. Era un pequeño cerdito de peluche, con un dizfraz de sapo de color verde menta. Tenía entre sus manos un peluchito que simulaba ser un vaso con jugo, con un pequeño aguacate dibujado en el centro.
Sin dudarlo, agregué el peluche al carrito de compras.

Charlie

El dolor seguía martilleando en mi cabeza, y la fiebre parecía no querer ceder. Me sentía agotado y débil, pero al menos mis amigos estaban ahí para cuidarme.

- No sabes lo estresado que se veía hoy el profesor Nick. - dijo Tao riéndose un poco.

- Sí, casi nadie le dio el trabajo que encargó. - agregó Jacob.

- ¿Le dieron el que hicimos Tom y yo? - pregunté con cierta ansiedad.

- Sí, no te preocupes. Se los agradece. - respondió Tao con una sonrisa.

Se suponía que Tom debía entregárselo, pero el tampoco fue, prefirió quedarse a mi lado en lugar de ir a clases, aunque sabía que también necesitaba recuperarse.

- ¿Ya comiste algo, Charlie? - preguntó Tao de repente.

Aunque todavía me costaba trabajo comer, me sentí orgulloso de poder decirles a mis amigos que sí había comido algo.

- Sí. - respondí con orgullo, mientras mis amigos se tiraban para abrazarme.

- Todavía me duele el cuerpo, chicos. - me quejé un poco.

- Lo siento, me emocioné.

Cuando el timbre sonó para la siguiente clase, me despedí de mis amigos.

- Dejen de estresar a los profesores mientras no estoy. - les dije, dejando escapar una risa al final.

Jacob y Tao se despidieron. Pero al poco tiempo volvió Tom, se lo notaba preocupado.

Teacher's Pet || Heartstopper Donde viven las historias. Descúbrelo ahora