♦ Capítulo 2♦

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—Asi que... Usabas mi nombre para evitar bailar con alguien?—Hablo con curiosidad Adrien, a su lado apoyada en la barra, se encontraba una muy avergonzada Marinette.

Nino y Alya se había perdido en la pista de baile hacia rato y según Marinette era lo mejor; era incómodo ver cómo por un poco más y hacían cosas sucias delante de ella. ¿El lado malo? Adrien había decidido quedarse junto a ella, invitándola una botella de vodka, la cual obviamente gustosa acepto.

—Nino dijo que si estábamos en problemas te nombraramos y bueno, lo hice. —Confeso, dando un largo sorbo a su vaso.

Adrien la contempló con detalle.

—No veo cual sería el problema en bailar con alguien en un club, o solo vienes a embriagarte?—Bebió un poco de su vodka, sintiendo la mirada sería de la azabache sobre el.

—Pues aquí el término "bailar" es lo más cercano a follar. Ese es mi problema.—El rubio rió y se inclino hacia ella aún apoyado en la barra.

—Entonces que fue lo de hace rato en el callejón? No tuviste problema en casi follar conmigo allí y créeme, me hubiera encantado hacerlo, debe ser el jodido cielo.—Marinette abrió en grande sus ojos y un notorio sonrojo hizo presencia en sus mejillas. Miró con vergüenza al rubio quien solo le sonreía inocentemente, como si hubiera dicho algo totalmente cotidiano.

—Eres un desvergonzado.—Desvió su mirada hacia la pista de baile, dónde la mayoría de personas ya se encontraban lo suficientemente ebrias, tanto que chocaban unos con otro al menear sus cuerpos.

—Pero te encantó que este desvergonzado te tocara, dime... Que tan atrevida eres?—Cuestiono Adrien con lo que Marinette pudo notar, era reto en su voz.

¿Cómo se atrevía a siquiera cuestionarla? Obvio que era atrevida, demasiado, tanto que el no lo soportaría. Decidió aceptar el reto no mencionado directamente y luego de vaciar su vaso, miró con sorna al rubio.

—Soy una persona muy atrevida, diría que demasiado para tu gusto.—Acerco su rostro al del rubio, logrando que sus alientos se mezclen. El rubio podía oler a tan corta distancia, el aroma a alcohol que emanaba de la pequeña boca de la encantadora chica.

—Pruébame...—La mano del blóndo subió lentamente hasta posarse en el cuello de Marinette, un ligero escalofrío recorrió la espalda de la fémina al sentir el cálido y embriagante tacto del rubio.

Con lentitud Adrien fue subiendo sus dedos en una suave caricia, descansandolos en el cabello de Marinette, jalando su cabeza con un poco de fuerza hacia atrás. La menor se permitió liberar un pequeño aunque audible gemido, el cual solo Adrien pudo escuchar, satisfecho obvio.

—Ven conmigo...

La mano en el cabello de Marinette aflojo el agarre y antes de darse cuenta, se encontraba siendo jalada a través de la pista de baile. A lo lejos pudo apreciar a Alya totalmente ebria, derritiéndose en los brazos de aquel amigable moreno. Pronto la multitud fue disminuyendo y se encontró saliendo por la puerta directo a aquel solitario callejón, testigo de su primer (y caliente) encuentro con el misterioso rubio.

—Sube.—Hablo Adrien, extendiendo hacia ella, el casco que lo vio usar al llegar.

—Que? Y tú? No puedes manejar sin casco.—Adrien rió y se acercó a la bajita chica delante de él, colocándole con cuidado el casco, no tardando mucho en apretar bien el seguro.

—Creeme, he hecho cosas más peligrosas que manejar sin casco.—Marinette rió suavemente y se subió a la motocicleta con cuidado, acomodando su corta falda para evitar incidentes vergonzosos.

El rubio se subió luego y encendió el vehículo, dando marcha a un desconocido destino para la menor detrás suyo.

Marinette sabía que si sus padres estuvieran viendo sus actos ahora mismo, estarían primeramente decepcionados y segundo; preocupados. ¿Quien en su sano juicio se sube a la motocicleta de alguien a quien conoció hace apenas una hora? Algo en el rubio le daba seguridad y confianza, agregando que todos en el club -y la zona según Nino- le tenían un respeto increíble. Lo cual seguramente se debía a qué era una persona importante o al menos algo parecido. Nadie respetaría tanto por ejemplo; a un ladrón, violador o asesino, así que podía al menos sentirse con tranquilidad respecto a eso.

I'll Die For You | Adrinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora