uno

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Eran las 4 de la mañana en el hogar de Olivia, la cual se encontraba plácidamente dormida porque al día siguiente le esperaban unas cuantas horas de trabajo duro por su nuevo álbum. Su plácido sueño se vió interrumpido por el sonido de su celular.

Se quejó un poco, pero pensó que si la llamaban a estas horas debía ser algo importante.

—¿Sí?

Habló adormilada escuchando un sollozo al otro lado de la línea.

—Lo volvió a hacer, Oli. —Se escuchó y en ese momento, todos los sentidos de Olivia se intensificaron y se sentó en la cama.

—Venite a casa.

Y eso fue todo lo que necesitó decir, para que el mayor simplemente le hiciera caso, no tardando más de veinte minutos. La chica de cabello claro se levantó de la cama, poniéndose un saco.

Se encontraba en el sillón de su casa esperando a que el mayor llegara, lo cual no tardó demasiado.

—Oli. —Habló con algo de dificultad para luego pasar y largarse a llorar con todas sus fuerzas abrazando a la menor.

—Ya está, ya pasó. Vamos a mí pieza que está el aire acondicionado.

Los dos chicos se dirigieron a la habitación de la más baja y ahí se sentaron en la cama,
Blas más cansado que nunca y Olivia más atenta que nunca a lo que su mejor amigo tenía que decirle.

—Me cagó de nuevo Oli. —La menor se mordió el labio y abrazó a su amigo, sintiendo como en su bolsillo vibraba su celular. —Debe ser ella.

—Dame, que atiendo yo. —El mayor la miró. —No la voy a insultar, dame.

El chico con algo de inseguridad le dio el teléfono, sabiendo de lo que su amiga podía ser capaz.

—Amor, escuchame por favor.

—Acá la que va a escuchar sos vos. Me parece re desubicado hacerle todas estas mierdas al pibe que te apoyó y siempre estuvo ahí para vos, ¿Cagarlo de nuevo? Claaaro, Blas no te va a decir nada, ¿Pero sabes quién si? Yo. —Habló enojada. —Y es horrible ver a mí amigo mal por una piba que si llegas a llevarla a una verdulería no te dan ni dos kilos de papa negra a cambio amiga, reflexioná, porque Blas es la persona más linda que existe y que vengas a boludearlo a mí no me pinta. Espero que Bla se de cuenta de lo mierda de persona que sos y te deje, porque él se merece todo lo bueno que existe en este puto planeta contaminado, y vos no lo mereces a él. Me parece cualquiera que llames ahora después de hacerle cornudo. ¿Cómo te da los cara? ¿Vos realmente pensas que estás bien del bocho, nena? Medicate.

Y colgó la llamada, sin dejarla hablar, porque era lo mejor que podía hacer, ignorarla. Ella enojada, y Blas al lado sorprendido de que alguien pensara tales cosas acerca de el.

—¿En serio pensas todo eso de mí? —Sonrió levemente.

—Aunque a veces te pongas denso, sí. Ahora dale, acostate que mañana tengo grabación.

El mayor se quedó tieso.

—Dale boludo, no voy a dejar que te vayas a tu casa donde tienen te idealizada a la boluda esta para que sufras solo. Acostate o te acuesto.

El chico sonrió y se acurrucó al lado de su amiga buscando no morir del frío.

—Lo mejor que podes hacer, al menos por ahora, es ignorarla o tratarla desde la indiferencia, eso le va a doler más a que le digas que vale menos de dos kilos de papa.

Los dos rieron y la menor sobó la espalda del castaño.

—Buenas noches. —Apagó la luz de su lámpara.

gorgeous ; blas polidori Donde viven las historias. Descúbrelo ahora