gorgeous ; blas polidori

cuatro

Había sido una noche difícil, no había logrado dormir ni un poco. Había estado pensando en todo lo que estaba sucediendole a causa de su amigo. Cuando el chico tenía pareja ella se sentía bien, normal aunque sea, porque se veía como ese algo inalcanzable. Había estado escribiendo y borrando canciones por horas, sin lograr pegar un ojo. Quizás tendría que buscarle pareja al chico, para olvidarse o aunque sea aislarse de esos pensamientos un rato, sabrá Dios por cuando tiempo pero sería suficiente.

Su plan era ese, buscarle pareja al chico. Así que se puso a ver si entre sus conocidos y contactos alguien podría llegar a interesarle al chico. En eso que miró la hora se había hecho la 1 de la tarde, lo cual la sorprendió y comenzó a arreglarse y partió rumbo a su estudio.

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-Hola Fer. -Habló la rubia entrando al edificio, saludando a la recepcionista, quien se encontraba ordenando unos papeles.

-Hola Oli. ¿Está todo bien?

-Sí, ¿Por qué?

-Está Polidori esperándote en el estudio, está preocupado.

¿Había escuchado bien? Blas la había ido a buscar a su estudio como última esperanza, al ver que la chica no aparecía por ninguna parte. No quiso ir a su casa por motivos de privacidad, pero sabía que si iba a su estudio la chica eventualmente iba a aparecer.

-Hola. -Susurró la chica entrando al estudio, haciendo contacto visual con el chico casi que al instante.

El mayor se levantó de la silla y la abrazó, casi que con todas su fuerzas, sin embargo se sentía mal. Mal porque la rubia no tuvo la confianza suficiente para hablar las cosas, como ella le había pedido que hicieran.

-¿Qué pasó? No te llegan los mensajes, ni las llamadas, nada.

-Necesitaba un tiempo sola.

Se sentó en su escritorio y comenzó a sacar sus cosas, esperando a que su productor llegara y le planteara la idea que tenía en mente.

-Oli, no podes desaparecer así como así. -Tomó una bocanada de aire, sintiéndose un poco más aliviado. -No lo vuelvas a hacer.

-Está bien. -La castaña tomó su cabeza entre sus manos.

-Oli, mírame a los ojos y prometelo.

-Blas, no puedo prometer nada. -Separó su silla de la mesa y lo miró.

-¿Por qué no? ¿Que te está pasando, Oli? ¿En qué te puedo ayudar? -Habló haciendo una pausa entre pregunta y pregunta, acercándose a la chica y mirándola a los ojos.

-Blas. Hay veces que la gente se siente confundida, que no sabe lo que siente, que quiere desaparecer por unas horas para poder reflexionar acerca de lo que está viviendo. Eso me pasó a mí, ¿Sí? Me siento confundida, tengo ganas de decir y hacer tantas cosas, pero no es tan sencillo. Solo necesito mí tiempo, lo voy a solucionar. No tenés nada de qué preocuparte. -Tomó la mano del contrario y sonrió para dejarlo tranquilo. -Ahora necesito que salgas de mí estudio, que tengo una canción en proceso. Sin spoilers.

-¿Segura que estás bien?

-Segurisima.

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-Eso se me ocurrió. -Sonrió la castaña al ver la letra de la canción terminada.

-Tenés un talentazo tremendo.

-Gracias, ¿Entonces la aprobas?

-La re contra apruebo. -Sonrió el productor dirigiéndose a su computadora, así poder pasar la letra en limpio. Sintiéndose orgulloso de lo que la chica podía producir en tan solo unas horas.