once

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Olivia observó el vaso con la pastilla y el agua, sintiendose frustrada. Agradecía el gesto de su madre, pero también se sentía abrumada por la idea de nuevamente depender de medicación para encontrar algo de paz esa noche. Sin embargo, sabía que su madre solo quería ayudarla, y eso significaba mucho para ella.

Tomó el vaso y lo colocó en la mesita de luz, junto a su cama, dejando la pastilla sin tomar por el momento. Se sentó en el borde de la cama y respiró profundamente, tratando de calmar sus pensamientos.

Decidió que antes de tomar cualquier medicamento, quería intentar encontrar algo de alivio a través de la música. Se levantó y tomó su guitarra que llevaba ahí desde que había empezado su afición por la música, dejándose llevar por los acordes que la transportaban a otro mundo.

Cantó con pasión, dejando que su voz llenara la habitación y la envolviera en una sensación de calma y serenidad. La música siempre había sido su refugio, su manera de escapar de los problemas y encontrar paz en medio del caos.

Después de un rato, se sentía un poco más relajada, aunque sabía que sus pensamientos seguirían rondando en lo sucedido la noche anterior. Decidió que era hora de enfrentarlos, de hablar con Blas y aclarar las cosas de una vez por todas.

Tomó el vaso de agua y la pastilla, sintiendo un leve temblor en sus manos mientras la llevaba a su boca. Tragó con dificultad y se recostó en la cama, cerrando los ojos y dejando que el sueño la envolviera lentamente.

Mientras se sumergía en la oscuridad reconfortante de la noche, Olivia sabía que mañana sería otro día. Y con el amor y el apoyo de su mamá a su lado, estaba segura de que encontraría la fuerza para seguir adelante, pase lo que pase.

Olivia despertó con un ligero zumbido en la cabeza, producto del clonazepam que había tomado la noche anterior. Se sentía un poco aturdida, pero al menos había logrado conciliar el sueño por unas horas. Se levantó lentamente de la cama y se estiró, sintiendo cómo la tensión abandonaba lentamente su cuerpo.

Decidió tomar una ducha caliente para ayudar a despejar su mente y empezar el día con energía renovada. Mientras el agua caía sobre su piel, dejó que sus pensamientos vagaran hacia lo que necesitaba abordar: la conversación pendiente con Blas.

Después de la ducha, se vistió con ropa cómoda que había quedado en su habitación y bajó a la cocina, donde su madre ya estaba preparando el desayuno. El olor del café recién hecho llenaba la habitación, reconfortándola.

- Buenos días, hija. ¿Cómo te sentís hoy? -preguntó su madre, con una mirada de preocupación en sus ojos.

Olivia le ofreció una sonrisa tranquila, tratando de transmitirle algo de calma a su madre.

- Me siento un poco mejor, gracias. Solo necesitaba un poco de descanso -respondió, aceptando una taza de café que su madre le ofreció.

Mientras desayunaban juntas, Olivia decidió abordar el tema de Blas. Sabía que tenía que aclarar las cosas y resolver las tensiones que habían surgido entre ellos.

- Mamá, anoche... me diste un clonazepam para dormir, pero no lo tomé. Decidí enfrentar mis pensamientos y hablar con Blas hoy. Necesito aclarar las cosas y resolver lo que pasó -dijo Olivia, con determinación en su voz.

La madre de Olivia asintió con comprensión, sabiendo lo importante que era para su hija resolver ese conflicto.

- Estoy orgullosa de vos, hermosa. Sabes que siempre estoy acá para apoyarte en lo que necesites -respondió su madre, poniendo una mano sobre la de Olivia.

Después del desayuno, Olivia se preparó mentalmente para enfrentar la conversación con Blas. Sabía que sería difícil, pero también sabía que era necesario para seguir adelante.

gorgeous ; blas polidori Donde viven las historias. Descúbrelo ahora