gorgeous ; blas polidori

diez

Olivia se quedó sentada en silencio por un momento, dejando que las emociones la envolvieran mientras observaba cómo Blas y Luna se alejaban juntos. Se preguntaba cómo habían llegado a ese punto, cómo había permitido que su corazón albergara sentimientos que sabía que no deberían existir, que sentía completamente incorrecto.

Decidió tomar un respiro y ordenar sus pensamientos. La música siempre la había reconfortado en momentos difíciles, así que se concentró en la melodía suave que sonaba en el café y dejó que la letra de una vieja canción le guiara hacia la calma. Cerró los ojos y dejó que su voz se mezclara con la música, encontrando consuelo en cada nota que salía de su garganta.

"Don't say it isn't fair
You clearly weren't aware that you made me miserable

So if you really wanna know

When I'm away from you (when I'm away from you)
I'm happier than ever (happier than ever)
Wish I could explain it better (wish I could explain it better)
I wish it wasn't true (wish it wasn't true), mmm-mmm"

Cuando abrió los ojos nuevamente, se dio cuenta de que el café se estaba vaciando lentamente y que pronto estaría cerrando. Se levantó de la mesa con determinación, decidida a enfrentar lo que fuera que el futuro le deparara. Sabía que no podía quedarse atrapada en el pasado ni en los sentimientos no correspondidos.

Olivia salió del café con pasos lentos y pesados, sintiendo como si el peso del mundo estuviera sobre sus hombros. A medida que caminaba por las calles iluminadas por las luces de la ciudad, las palabras de Blas resonaban en su mente una y otra vez. "Oli, sos importante para mí. Siempre vas a ser mi mejor amiga, pase lo que pase."

Intentó contener las lágrimas, pero no pudo evitar que se deslizaran por sus mejillas mientras un nudo se formaba en su garganta. Se detuvo en una esquina, tratando de respirar profundamente para calmar su angustia, pero el aire parecía escaparse de sus pulmones.

Las imágenes de Blas y Luna juntos, riendo y compartiendo momentos íntimos, se agolparon en su mente, desencadenando una ola de dolor y celos que amenazaban con ahogarla. Se aferró a su pecho, sintiendo cómo el corazón latía descontroladamente, como si estuviera a punto de salirse de su lugar.

El mundo a su alrededor parecía borroso y distante, como si estuviera viendo todo a través de un velo. La sensación de estar perdiendo a su mejor amigo, de ser reemplazada por alguien más, la abrumaba hasta el punto de sentirse incapaz de respirar.

Ella conocía bien esa sensación de falta de aire, y en su desesperación intentó llamar a Blas, la única persona que la ayudaba cuando entraba en una de sus interminables crisis de ansiedad, buscando desesperadamente el consuelo y la calma que siempre encontraba en su voz.

Sin embargo, después de varios tonos, la llamada pasó a buzón de voz. Intentó nuevamente, pero esta vez el teléfono de Blas seguía sonando sin respuesta. La ansiedad de Olivia se intensificó, sintiendo como si el mundo se desmoronara a su alrededor.

Necesitaba a Blas más que nunca en ese momento, pero él no estaba ahí para ella. Una oleada de dolor y abandono la invadió, haciéndola sentir más sola y desamparada que nunca.

Intentó controlar su respiración, recordando las técnicas que Blas le había enseñado para lidiar con sus ataques de ansiedad, pero sus pensamientos seguían girando en círculos, alimentando su miedo y su angustia.

Finalmente, se dejó caer en el suelo, abrazando sus rodillas mientras las lágrimas seguían fluyendo sin control. Se sentía abandonada y traicionada, como si Blas hubiera roto una promesa sagrada al no estar ahí cuando más lo necesitaba.