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Agatha abre los ojos al sentir que alguien le estaba moviendo, encontrándose una especie de conejo y cerdo mezclados, ese era uno de los muñecos que estaba junto Yaga cuando le hizo la entrevista. La chica ya lo había visto anteriormente, sin embargo fue imposible no asustarse al verlo encima de ella, aún no se acostumbraba a la existencia de esas cosas. El jugai salta encima de ella, para luego dirigirse a la puerta y saltar nuevamente, como si quisiera que lo siguieran. Agatha se levanta para dirigirse donde estaba el Jugai y le abre la puerta, este sale saltando hacia afuera pero aún esperando que la chica lo siguiera.

— ¡Cierto! ¡Tengo que ir a clases! .- Un fuerte dolor de estómago apareció de repente, la chica estaba demasiado nerviosa, era la chica nueva, obviamente no iba a pasar desapercibida, más cuando llegaba dos meses tarde. Respiro hondo y comenzó a seguir al muñeco, el cual en vez de caminar, saltaba por el pasillo. 

Cuando ya estaba al frente de una puerta corrediza, el muñeco salta golpeando la puerta, para luego irse por el pasillo sin mirar atrás. Agatha de inmediato se dio cuenta que estaba al frente del salón de clases, nuevamente un dolor apareció en el estómago de la chica, la cual la comienza apretar con su mano, como si de esa forma iba a calmar el dolor.

— Denle la bienvenida a su nueva compañera, Agatha, entra por favor.- La chica logra escuchar al profesor decir su nombre y su corazón comenzó a acelerarse. 

Agatha se quedó unos segundos parada, tratando de calmar su ansiedad.

— ¿Qué puede salir mal? Tan solo sé tú Agatha.- La chica dice para sus adentro y luego abre la puerta, encontrando a su profesor parado al frente de una pizarra de tiza. Agatha camina hacia el podio, encontrándose tan solo tres personas y un pupitre vacío ¿Por qué había tan pocos estudiantes? ¿Los hechiceros son tan escasos? Pregunto para sus adentros mientras veía a cada uno de sus compañeros, uno más extraño que el otro. 

— Hola, me llamo Agatha Takano, soy mitad australiana y mitad Japonesa, un gusto conocerlos.- La chica da una reverencia hacia sus compañeros, sumamente atemorizada porque las miradas estaban fijas en ella, había demasiada tensión en el ambiente. 

— Un gusto Agatha, que bueno que llegaste, ¡ya no soy la única mujer en este horrible lugar! .- Responde la chica de cabello corto con ojos enérgicos, ella era la única que la miraba de manera amable, los otros dos, la miraban demasiado extraño, sobre todo el peliblanco, el cual era el que más la intimidaba con su mirada arrogante y ojos demasiado celestes para ser reales, el otro, no podía deducir si era molestia o simplemente desinterés.

— Bueno, como nadie va a presentarse como corresponde ante su nueva compañera, yo lo haré.- Yaga da un paso hacia delante junto Agatha y comienza a apuntar a cada uno de ellos.- Ella es Shoko Ieiri, es hábil con la técnica de maldición inversa, por lo que es muy valiosa para la escuela.- Agatha pudo escuchar un gracias de fondo proveniente de la chica, al parecer tenía la misma habilidad que la anciana de Australia, ¿Será igual de poderosa?, se preguntó. En cuanto apariencia, es linda, parecía un personaje del manga “Nana”, ojalá poder ser amiga de ella, pensó Agatha.

— El es Suguru Geto, un hechicero de grado especial con la técnica de manipulación de maldiciones.- Ahora el chico le dedicó una sonrisa amigable y sus ojos afilados formaron una línea, mientras movía una de sus manos saludándola. Manipulación de maldiciones, que poder tan útil, ojalá trabajar con él, fue lo primero que pensó Agatha. Lo más característico era su mechón, su apariencia le recordaba a un integrante de una banda de rock-emo genérica, interesante. 

— Y por último… .- Yaga fue interrumpido por el peliblanco.

— Y no menos importante, el más valioso y poderoso de la escuela, por supuesto.- Hablo el peliblanco con una sonrisa traviesa.

"𝐀𝐧𝐝𝐫𝐨𝐦𝐞𝐝𝐚" | 𝐉𝐮𝐣𝐮𝐭𝐬𝐮 𝐊𝐚𝐢𝐬𝐞𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora