Agatha aún podía ver como la mujer sollozaba de manera desgarradora en el cuerpo del chico, sin embargo, Agatha no sintió nada, ni pena ni rabia, como si sus sentimientos se hubieran apagado, tan solo podía escuchar el maldito pitido en sus oídos que la manteia de alguna forma consciente de lo que estaba presenciando, se había olvidado de la maldición, de hecho ya no lograba ver en donde se había metido, ni le importo, tan solo quería desaparecer y volver a los brazos de su Madre para que le dijera que todo había pasado y que todo estaría bien. Agatha pasó un largo tiempo en la misma posición, imaginando que nada había ocurrido, hasta que escucha una voz femenina proveniente de la puerta, ella se gira lentamente pensando que a lo mejor, la maldición había vuelto, sin embargo se encuentra a su dulce y pequeña mejor amiga observándola con una mirada totalmente aterrorizada, como si estuviera viendo un monstruo, sí, Agatha sentía que ella era ese monstruo que había asesinado accidentalmente a cuatro personas por ser una inutil y estupida, por no saber utilizar correctamente su poder maldito, todo lo que no tenía que hacer, lo hizo.— Liz, todo fue mi culpa, ¡todo fue mi maldita culpa!.- Agatha comienza a sollozar.- No veas esto, vete... ¡VETE!.- Liz sin saber cómo, comienza acercarse a su amiga lentamente, aún cuando ella había expresado que se fuera, ella quería abrazarla, pues se veía tan débil y desprotegida, ignoró todo el miedo que le provocaba la escena y los gritos de ella, tan solo podía ver a su amiga.
— Tranquila, todo estará bien, ya estoy aqui...- Liz se agacha a la altura de Agatha, para limpiar sus lágrimas que se mezclaban con la sangre que le había salpicado en la cara, para luego darle un fuerte abrazo, cerrado los ojos para no ver los cuerpos muertos en el salon. La relación se había invertido, ahora Liz era la que protegía a Agatha.
— Sueltame, no merezco tu amistad, soy un puto monstruo, por favor.- Suplico Agatha en los brazos de Liz, totalmente debilitada.
Un fuerte crujido se escucho a las afueras del aula, por lo que ambas chicas miran quien era la persona que había llegado, siendo este el profesor de canto de Liz. Al llegar, su mirada era diferente a la de Liz, la cual su primera impresión fue de total terror, pero el Profesor Kai tenía una mirada de decepción, como si hubiera llegado tarde al sitio. Liz se para rápidamente para quedar frente a Agatha, protegiendo de alguna forma que el profesor viera de quien se trataba, sin embargo, no lograba pronunciar ninguna frase que pudiera defender a su amiga, pues nuevamente un escalofrío había corrido por su cuerpo, dificultando su habla.
— Mierda, esto no puede ser ¡Joder! — El profesor Kai camina en el salón observando los cuerpos inertes en el suelo, quedando frente a la mujer que aún sollozaba en el suelo, Agatha se preguntó si él podía verla también, pues él miraba con el cejo fruncido en dirección a la mujer. De un momento a otro, el profesor Kai saca una daga negra cubierta de un cuero rojo con unas simbologías raras. Ambas chicas se sobresaltaron, el profesor por su lado, con un movimiento ágil, empuña su daga en el cuerpo de la mujer, disolviéndose en polvo automáticamente el cuerpo de esta, sin antes dar un gran grito ahogado. Ambas chicas miraron en dirección a él, Agatha pensó que si tal vez Liz también había escuchado el grito, por su extraña expresión pero rápidamente pensó que eso se debió al movimiento realizado por el profesor, el cual tenía totalmente impactadas a ambas chicas, sobre todo a Agatha, pensando de inmediato si se trataba de un hechicero por las extrañas simbologías en su daga, las cuales le recordaban a las armas que su Padre tenía en su recamara escondidas, sumando el hecho de lo que había hecho la mujer, ¿Era ella la maldición? O se trataba de un alma en pena, Agatha no entendía nada, su cabeza palpitaba y su cuerpo le dolía, tan solo quería dormir, dormir para siempre.
El profesor sin mayor reparo, mira a ambas chicas con una expresión completamente diferente al que habían conocido en el taller de coro, ahora estaba serio y con una gran mueca de molestia. Sin dejar de verlas, sobre todo a Agatha, saca su teléfono del bolsillo del pantalón, marcando rápidamente un número y colocando el teléfono en su oído. Agatha también tenía la mirada fija en él, pero también en la daga que estaba en su mano izquierda, le llamaba mucho la atención.
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"𝐀𝐧𝐝𝐫𝐨𝐦𝐞𝐝𝐚" | 𝐉𝐮𝐣𝐮𝐭𝐬𝐮 𝐊𝐚𝐢𝐬𝐞𝐧
Fanfiction✰*⭒⋆ ༅ 𝑻𝒂𝒌𝒆 𝒊𝒕 𝒊𝒏 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒉𝒆𝒂𝒓𝒕 𝒏𝒐𝒘, 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒉𝒆𝒓 ༄ ⋆⭒*✰ Una joven hechicera conocida como Agatha Takano descubre que sus habilidades mágicas provienen de un ser cósmico llamado "Andromeda", quien reside dentro de ella, utilizán...