Chapitre vingt-huit

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Lisa no sabía qué pensar cuando Christopher la recogió del cabaret. Este no le dio ninguna pista del lugar al que irían a pesar de intentar sacarle la información con distintas preguntas. La pelinegra no sabía cuáles eran los planes de Roseanne pero dudaba que se tratara de algo simple. Con ella las cosas nunca serían simples. 

Mientras conducía, Christopher la distrajo preguntándole por su encuentro con Jiah. Quería saber cómo se había sentido y qué pensaba de ella.

—¿Entonces te agradó?—le preguntó Christopher después de escuchar todo y Lisa asintió—Realmente me alegra que se hayan llevado bien. Jiah es muy importante para Roseanne y aunque no lo demuestre, sé que estaba nerviosa del encuentro entre ambas— 

—¿Ella recuerda lo que pasó anoche?—preguntó Lisa con curiosidad y Christopher rio. 

—No me corresponde decirlo pero sí puedo decirte que tuvo una resaca de los mil demonios y que prometió nunca volver a emborracharse—

Lisa no pudo evitar reír. Cuando vio a la empresaria más temprano no parecía menos perfecta de lo habitual pero de nuevo ¿Acaso era posible para ella verse menos que perfecta? 

—Ya llegamos—comentó Christopher. Lisa estaba algo sorprendida. Había estado tan inmersa en la conversación que ni siquiera le había puesto atención a sus alrededores. Y es por eso que se mostró incrédula cuando vio que estaban en el aeropuerto. Christopher se estacionó cerca de un avión privado y luego bajó para abrir la puerta de Lisa. 

—¿Qué hacemos aquí?—preguntó la pelinegra mirando a todos lados sin atreverse a bajar del auto. 

—¿Qué crees que harás en un aeropuerto?—se burló Christopher. 

Lisa iba a responderle con sarcasmo cuando vio a Roseanne bajar del avión con calma y dirigirse a ellos. 

—Ya llegaron—comentó al llegar frente a ella y por primera vez Lisa pareció detectar cierto nerviosismo en ella—Gracias Christopher— 

—Por supuesto—dijo él guiñándole un ojo antes de volver al auto. Roseanne le ofreció su mano a la pelinegra y esta la aceptó, saliendo del auto con su ayuda. 

—¿Qué... Por qué estamos aquí?—preguntó Lisa.

—Porque quiero disculparme como corresponde—dijo Roseanne con su calma habitual—No sólo quiero disculparme sino que también creo que te debo una explicación—

—¿Y porque quieres disculparte y explicarme estamos aquí?—preguntó Lisa sin comprender cómo ambas cosas estaban relacionadas. 

—No haré todo eso aquí—repuso la empresaria divertida—Esto es sólo una parada. Nuestro transporte nos espera—dijo señalando con un gesto el avión privado. 

Lisa la miró con incredulidad. Tenía que estar bromeando. 

—No puedo simplemente tomar un avión e ir contigo—explicó Lisa—No le dije a nadie en el convento y el cabaret...— 

—Me encargué de todo—la interrumpió Roseanne—Hablé con la madre superiora y las hermanas en el convento y me aseguré que no tuvieras problema en el cabaret. Este fin no debes preocuparte de nada—

Lisa no estaba del todo convencida. Ya había faltado unos días al cabaret cuando Noah enfermó y ahora faltaría de nuevo ¿Cuánto tiempo más tolerarían su falta de compromiso? El salir con Roseanne no significaba que tenía privilegios. Aún si los tuviera, no querría usarlos. Pero la empresaria parecía tan decidida que era difícil decirle que no. Además, realmente quería escuchar qué tenía para decir. 

Until I meet you (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora