Until I meet you (Chaelisa)

Finale

Cinco años después...

—Realmente agradezco este privilegio porque sabemos lo importante que es para ti resguardar la privacidad de tu vida personal— 

—Lo aprecio—

—Estoy segura que todos querrán saber cuál es la motivación detrás de esta sorpresiva decisión ¿Por qué es que ahora decidiste mostrarnos un lado tuyo que nunca antes habíamos visto?— 

Roseanne sonrió de medio lado y se acomodó en el asiento. 

—Porque perdí una apuesta—

—¿Disculpa?—

—Y mi esposa me obligó— 

—¡Roseanne!—siseó Lisa que observaba todo desde un rincón. La empresaria no pudo evitar reír. 

—¿Es... una broma?— 

—En absoluto. Mi esposa me exigió que buscara una manera de silenciar los rumores de un divorcio y mi socio apostó a que nunca me atrevería a hacerlo de manera pública asique aquí estamos—

—¿Esto es por los rumores que te vinculan con la princesa Ingrid de Noruega?—

—¿No tiene 24 años?—preguntó Roseanne. 

—Sabemos que tu esposa y tú tienen una gran diferencia de edad por lo que nos imaginamos que la edad no es realmente importante para ti—

—Supongo que tienes razón—comentó Roseanne divertida. 

—¿Entonces? ¿Podríamos decir que esta entrevista busca silenciar esos rumores con la princesa Ingrid?— 

—Ingrid es una chica increíble—repuso la empresaria.

—Esa no fue su pregunta—dijo Lisa frunciendo los labios, haciendo reír a su esposa una vez más. 

—¿Cuál fue la pregunta de nuevo?—preguntó la empresaria. 

—¡Ellas no tienen una relación!—respondió Lisa perdiendo la paciencia—Roseanne y yo estamos felizmente casadas. Por favor, destaca la parte que dice felizmente casadas—

—Oh... cierto. Sí, eso es cierto—comentó Roseanne intentando ocultar su risa sin éxito. 

—Entonces podemos descartar los rumores de divorcio— 

—Ni siquiera sé de dónde salieron esos rumores en primer lugar—comentó Roseanne. 

—¿Tal vez por las fotografías de ustedes cenando en románticos restaurantes? Y no podemos olvidar que la princesa mencionó que estaba encantada contigo y disfrutaba el tiempo que pasaban juntas— 

—Por favor no me lo recuerdes—bufó Lisa poniendo los ojos en blanco. 

—Si decido divorciarme, tendré en consideración sus palabras—bromeó la empresaria. 

—¡Rosie!— 

—Estoy bromeando, princesa. Ven aquí—repuso Roseanne divertida ofreciéndole su mano a Lisa, quien se acercó enfurruñada y tomó su mano sólo para ser arrastrada al regazo de la empresaria—No hay divorcio y nunca lo habrá. Estoy felizmente casada con mi mujer y hace poco celebramos nuestro quinto aniversario de matrimonio—

—Bueno, ciertamente su boda fue la celebración del momento. Todos los ojos del mundo estaban puestos en el matrimonio de la empresaria más exitosa de los últimos años—

—La segunda celebración de nuestro matrimonio—corrigió la empresaria—La primera fue privada y mucho más memorable—

—¿Cómo ha cambiado tu vida ahora que eres una mujer casada? Las personas solían decir que estabas casadas con tu trabajo—